Martes, 18 de febrero de 2003
Pedro Marset Campos, Eurodiputado IU, Responsable Relaciones Internacionales de IU
Al situarse Aznar al lado de la guerra de Bush contra Iraq, consciente de que la mayoría de españoles y europeos está en contra, traiciona la voluntad nuestra, y deteriora la imagen de España tanto en Europa como en todo el mundo. Es de dominio público que la guerra de Bush está motivada exclusivamente por el afán para apoderarse de la reserva de petróleo más importante del mundo, atacando a un país exhausto y debilitado por el largo embargo. Este afán responde a su vez a la creciente dependencia y debilidad de la economía norteamericana, para lo que usa su omnímodo poderío militar y toda clase de recursos, como se constata en el golpe de Estado permanente a que somete a Venezuela, país igualmente productor de petróleo.
Con esta irresponsabilidad de Aznar perdemos asimismo la consideración que gozábamos en el mundo árabe, equilibrada y a favor del derecho de los palestinos a su Estado propio. Por otra parte hemos visto en Porto Alegre, en el Foro Social Mundial, cómo la inmensa mayoría de la población en América Latina está igualmente contra la guerra. Por esa razón la imagen de España se deteriora a marchas forzadas en América Latina, unido a la postura de Aznar favorable al golpe de Estado en Venezuela, y contraria a la solución pacífica del conflicto de Colombia.
Es posible que la peor repercusión del lacayismo de Aznar con Bush tenga lugar en la Unión Europea (UE) por dos razones. La primera porque rompe el esfuerzo que tanto el Parlamento Europeo con su Resolución del 30 de enero, contraria a la guerra, la Comisión con Chris Patten, como el Consejo con Solana, y la presidencia griega (Simitis y Papandreu) junto con el eje Chirac-Schröder, ha hecho para que la UE tenga una postura común basada en la primacía de la ONU y en la solución pacífica del conflicto. La segunda razón es de más calado. En un momento en que se está construyendo el capítulo más trascendental de la UE con la Ampliación y la adopción de una Constitución para Europa, esta postura supone la imposibilidad para que la UE tenga voz propia en el panorama internacional. Pasamos a ser, gracias a Aznar, Blair y Berlusconi, un apéndice o protectorado de Estados Unidos.
Todo ello ¿por qué? y ¿a cambio de qué?. Parece que la razón más importante de la beatería de Aznar con Bush es la admiración sin límites y a partes iguales de su simplismo y del modelo neoliberal norteamericano. La fe del neoconverso fundamentalista neoliberal. Pero ¿a cambio de qué?. A cambio de colaborar en la estrategia norteamericana de "seguridad nacional" (Condoleeza Rice) para dominar el mundo. Una vez conquistado Iraq el siguiente paso es dirigir su petróleo, por oleoductos, a través de Israel, para lo que es necesario la derrota de Palestina y de su pretensión de ser un Estado independiente. Vaya papelón el de Aznar y la UE en ese supuesto. El consuelo puede ser una pequeña participación en los beneficios del petróleo.
Aznar pasará a la historia por esta alta traición a los españoles y a los europeos. No hay en su decisión a favor de la guerra de Estados Unidos contra Iraq ni un ápice de orgullo ni de conciencia españolas, ni mucho menos un sentido de la construcción y del futuro de Europa.
Tomado de www.iualdia.com
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