14 de marzo del 2003
Miguel Ángel Ferrari
Hipótesis
Ayer sesionó nuevamente el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. ¿Quién hubiera pensado, hace algunos meses atrás, que países tradicionalmente aliados fueran a enfrentarse de este modo?
Una síntesis apretada nos dice que los Estados Unidos, Gran Bretaña y España, que abogan por una segunda resolución (la primera sería la 1.441, que se está aplicando con las inspecciones de armas de destrucción masiva en territorio de Irak) a la que le han agregado una enmienda que establece como último plazo el lunes 17 de este mes para que Bagdad se desarme totalmente y si ello no ocurre, que abra automáticamente las puertas a una brutal ofensiva militar en aras de la "credibilidad" de Consejo de Seguridad de la ONU.
Por su parte, el canciller francés, Dominique de Villepin, que lidera la oposición a la política de los halcones petroleros estadounidenses y sus gobiernos vasallos de Gran Bretaña y España, reiteró una vez más que no se les debe poner plazo a las inspecciones y que el desarme por la vía pacífica está dando sus resultados. Esta actitud cuenta con el apoyo de Alemania, Rusia y China, que seguramente lo harán valer en la reunión del martes próximo.
El periodista catalán Rafael Poch de Feliú escribió -a mediados del mes pasado- en La Vanguardia de Barcelona: "¿cómo se explica que tras haber colaborado activamente o aplaudido tres campañas militares en los últimos 13 años (Irak, Yugoslavia y Afganistán), la matriz de la Unión Europea se oponga, ahora, a la guerra contra Irak? ¿Qué hace 'pacifistas' a los financieros de Francfort, y por qué no ven del todo clara la guerra de Bush los editorialistas de 'The Economist'? La respuesta -añade Poch de Feliú- puede ser que estemos ante una pulso decisivo, y muy significativo, entre el dólar y el euro".
Ciertamente, todo hace pensar que el mundo se encuentra una vez más -en menos de cien años (desde 1914 a 2003)- ante una confrontación de intereses entre las potencias capitalistas más desarrolladas. Desde la caída de la Unión Soviética, en 1991, un enorme espacio geopolítico ha quedado situado en una zona que atrae ciclones. Hasta ahora los ciclones eran conducidos desde Washington, en virtud de su superlativo poderío militar, acompañado de cierta bonanza económica -especialmente durante el gobierno de William Clinton- y de una muy bien coordinada penetración cultural.
Pero, la bonanza ha comenzado hace cierto tiempo a disiparse, agravada con el considerable aumento del déficit fiscal, el déficit de la balanza comercial y el estallido público de la corrupción en no pocas empresas líderes de Wall Street.
Otro factor que ha contribuido a este enfrentamiento atlántico, tiene que ver con la actitud soberbia asumida por el equipo gobernante estadounidense, especialmente luego del ataque a las torres gemelas, en setiembre de 2001. La acentuación del unilateralismo, el pisoteo de las normas internacionales, el desconocimiento de los acuerdos y tratados adoptados por la comunidad internacional y más recientemente el proclamar que atacarán a Irak "con o sin autorización de las Naciones Unidas", ha espantado a algunos de sus aliados.
Esos aliados que estaban dispuestos a aceptar el rol de Washington como gendarme internacional, ahora ya no lo están. Con una claridad total, eminentemente gráfica, lo ha sintetizado Vladimir Lukin, vocero de la Duma (el Parlamento ruso). Lukin dijo: "¿ Usted conoce la diferencia entre un policía y un gangster? El policía cumple con reglas que son elaboradas, no por el policía, sino por una determinada comunidad democrática, aceptada por todos. Un gangster implementa sus propias reglas". ¿Le quedó claro?
Pero ahí no termina la cosa. Regresando al razonamiento del periodista catalán, ahora detengámonos en un fragmento de una investigación elaborada por el profesor William Clark, de la Universidad Johns Hopkins, de los Estados Unidos. En su trabajo "Las verdaderas razones para la próxima guerra contra Irak", el profesor Clark señala "la guerra es una estrategia de los Estados Unidos para prevenir una estampida de la O.P.E.P. (Organización de Países Exportadores de Petróleo) hacia el euro como moneda de referencia en las transacciones de petróleo. El control (militar -aclara William Clark-) del petróleo de Irak permitirá a los Estados Unidos desmantelar el control de precios de la O.P.E.P.. Esta guerra no tiene que ver con ninguna amenaza de las viejas armas de destrucción masiva de Saddam, ni con terrorismo. Esta guerra será por la divisa global para el petróleo".
Estudiosos rusos también aportan sus interpretaciones en tal sentido. La profesora Olga Butorina, del Instituto de Europa de la Academia de Ciencias, pronostica "es más que probable que los Estados Unidos harán uso de los numerosos medios de que disponen, incluidos los extraeconómicos, para impedir un paso masivo de la utilización del dólar a favor del euro". En tanto que Mijail Deliaguin, director del Instituto de Problemas de la Globalización de Moscú, puntualiza que el "debilitamiento de la eurozona", utilizando para ello los medios que crea necesarios, será uno de los objetivos fundamentales de la política de Washington, pues los norteamericanos consideran que esta tarea es "la condición estratégica para la supervivencia de los Estados Unidos como líder geopolítico mundial".
Por si alguna duda restara, el profesor William Clark escribe textualmente "Saddam selló su suerte cuando decidió adoptar el euro a fines de 2000 (para la comercialización del petróleo de Irak) y más tarde convirtió su fondo de reserva de 10 mil millones de dólares en la ONU, en euros. En ese momento -concluye el profesor estadounidense- , una nueva Guerra del Golfo prefabricada se hizo inevitable bajo Bush II".
Karl Liebknecht, el dirigente comunista alemán que fue asesinado en 1919 por oficiales militares de su país, luego de la insurrección de Berlín, solía decir "la ley básica del capitalismo es tú o yo, no tú y yo".
Nota emitida en el programa radial "Hipótesis", LT8 Radio Rosario, República Argentina,el sábado 08/03/03. Publicada en el sitio www.hipotesisrosario.com.ar
Tomado de Rebelión
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