17 de marzo

Viernes 21 de marzo de 2003

Informe de situación

Entre Bruselas y Bagdad

Modesto Emilio Guerrero
especial para ARGENPRESS.info

Mientras las tropas británico-norteamericanas del sur cruzaron la línea de frontera, traspasaron el territorio que hasta hace 5 días estuvo bajo mando de la ONU, y asedian el principal puerto iraquí (Unkasar) y la segunda ciudad (Bassora), la invasión toma un curso que tiende a definirse militarmente, por lo menos desde el lado imperialista.

Fracasado el intento de cirugía militar, denominado por el corresponsal francés Alain de Chalbran, 'decapitación del Estado y del ejército en un solo acto', tratando de matar a Saddam Hussein, sus hijos y su Estado Mayor con mísiles digitados, lo que sigue es la ocupación de Bagdad, que se prevé entre tres y cinco días.

Sin embargo, hay problemas nuevos. Al límite norteamericano de ingresar con 60 mil tropas por el norte, hay que sumar el avispero kurdo. Turquía tuvo que frenar el jueves a la madrugada su intervención militar en el Kurdistán. El corresponsal en esa región montañosa, Vincent Nguyen, develó la clave del asunto: 'Casi presenciamos una explosión social y militar aquí en el Kurdistán cuando los mandos militares, que son pro norteamericanos en este momento, se enteraron de la posible entrada de tropas turcas a su territorio' (TV5, París, mediodía del Kurdistán, jueves 20 de marzo).

Temor en la burguesía europea

Esto ocurre mientras el gobierno de Bélgica, uno de los forjadores de la 'vieja Europa', pareció despertar del sopor de una breve pesadilla, y de un salto llevó de urgencia al Consejo de Europa un proyecto de Resolución.

El jueves 20 de marzo, todos los jefes de Estado se reunieron en Bruselas para proclamar dos cosas centrales: 'Europa no puede perder su protagonismo' (Chirac, premier francés), y: 'La ONU tiene la oportunidad de demostrar su vigencia y su papel en las relaciones internacionales, poniéndose al frente de la ayuda a los desplazados y refugiados' (Gerard Schröder, canciller alemán).

En el mismo escenario, Tony Blair declaró que 'tomar Bagdad y cambiar el régimen no será cosa de una noche', como previendo más dificultades que las proclamadas. La burguesía europea percibe que la Europa del Euro ha quedado en riesgo en la recomposición del poder mundial post Irak. Su vulnerabilidad como región imperialista es directamente proporcional a su impotencia para frenar una guerra que no le conviene. Especialmente porque se trata de un país y una región cuya inestabilidad la afecta en primer lugar y donde el triunfo británico-norteamericano no garantiza, automáticamente, un nuevo equilibrio.

La estrategia iraquí

Habrá que esperar por lo que ocurra en el principal escenario bélico de esta guerra, Bagdad. Allí el régimen iraquí concentra el grueso de sus tropas, artillería, comandos, cuerpos de élite, y voluntarios del partido Baas, en lo que parece ser, hasta hoy, la única megatrinchera de resistencia. Este elemento, sin embargo, no da indicios de una estrategia militar de defensa, al contrario de 1991, cuando eran perceptibles los movimientos y maniobras del entonces poderoso ejército de casi un millón de hombres.

Es lícito plantearse que algo ha cambiado en las fuerzas armadas iraquíes, sobre todo en su relación con Saddam y el poder político central. Llama poderosamente la atención que en las tres apariciones del dictador por la televisión, el único llamado al pueblo no fue para que acompañe a su ejército en la defensa, sino para que invoque a Alá en la condena moral de Bush.

El actual difuso llamado al patriotismo, dista de exclamaciones anteriores como 'la guerra santa de todo el pueblo musulmán contra el imperialismo invasor' que le escuchamos durante la invasión yanqui de 1991. Todo se ha concentrado en la abigarrada capital de construcciones bajas, que la corresponsal española en Bagdad Angela Rodicio, ha definido como 'una ciudad espectral que no sabe lo que debe hacer ni lo que espera' (TVE, noche del jueves 20). Eso no se puede asegurar desde tan lejos, lo que sí se puede definir es la dirección política que indican los discursos del líder de la nación y su Ministro de Informaciones, y sobre todo, lo que parece ser su única estrategia: Bagdad.

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