17 de marzo

27 DE MARZO DE 2003

Trincheras de Ideas

¡Bush: renuncia!

Humberto Gómez García

El presidente norteamericano, en una maniobra política sin precedentes en los anales de la historia moderna, avalado por la cúpula oligárquica burguesa norteamericana, se autoproclamó presidente del orbe sin el voto de ninguno de los habitantes del planeta tierra. De hecho el gobierno norteamericano, prevalido del chantaje de la fuerza de las armas de destrucción masiva conque cuenta, saltándose a la torera el derecho internacional, cagándose en la carta de las Naciones Unidas e ignorando el equilibrio y la armonía de las naciones que convergen en el máximo foro internacional, se lanzó por su cuenta a una agresión de conquista y coloniaje de un país mucho más débil en recursos bélicos, pero infinitamente más digno que todos los opresores imperialistas anglo-norteamericanos.

Se pierden de vista los alcances devastadores en la política internacional producto de la absurda, torpe y extremadamente peligrosa decisión norteamericana de invadir a Irak para apropiarse de sus fuentes de energía. De entrada la cobardía de Cofy Anan al no condenar, aunque fuese a título personal, la agresión ya lo deslegitima como Secretario General de la ONU. Pero no es menos grave la posición de la ONU como instrumento de la paz y de organismo de salvaguarda del equilibrio mundial. El sionismo, las fuerzas imperialistas atrincheradas en las transnacionales y en gobiernos enemigos de los pueblos como el norteamericano, el inglés, el australiano, el español, el colombiano con su acción guerrerista, desconocieron el derecho de las mayorías, le asestó una puñalada mortal al organismo que de hecho ya cojeaba y actuaba como ministerio de colonia de las grandes potencias, un organismo que no ha podido impedir la barbarie sionista sobre la nación y el pueblo palestino, las hambrunas en Africa, el bloqueo a Cuba por parte de USA.

Se enzarza el gobierno norteamericano en una verdadera aventura estimulado por su afán de poder y gloria, y que a tan solo tres días de agresión a una nación y a un pueblo que le han legado al mundo una gigantesca y rica cultura, ya el pueblo norteamericano y el inglés sufren la pérdida irreversible de más de 100 de sus hijos, decenas de tanques de guerra y carros de asalto, de helicópteros y aviones.

Pensaban los perros de la guerra norteamericanos e ingleses, los criminales cinco estrellas de los ejércitos yanquis e inglés, la nómina mayor de propietarios de las empresas petroleras (shell, texaco, exxon...), los fabricantes de armas sofisticadas y de destrucción masiva que están probando en Irak, que con su avasallante poder militar, sus 250 mil soldados, el inusitado despliegue militar, eso era suficiente para avasallar a un pueblo y doblegarlo, hacer que si dirigencia se acobardara y ellos, como si fuera un baile de carquís, un paseíllo militar entraban victorioso a Bagdad, a Basora y se repartían entre Inglaterra y los Estados Unidos la millonaria guerra petrolera de la empobrecida nación árabe.

Pero lo que parecía un pic nick de fin de semana para las fuerzas invasoras, como que se va a convertir en un nuevo Vietnam. La resistencia que está presentando en pueblo iraquí a los nuevos colonialistas, las tretas militares (rendiciones que no son tales), las emboscadas, los movimientos de unidades militares, el conocimiento a fondo de terreno, la resistencia de la artillería anti aérea, la defensa a fondo, todo parece insinuar la derrota napoleónica de Moscú en 1812 o, más recientemente, las derrotas yanquis en Corea (1953), en Cuba (1961), en Vietnam (1975).

Cuando el jueves 20 de marzo comenzaron los indeseados bombardeos, todos los seres sensatos del planeta sentimos una rabia inmensa, una impotencia -que es la de millones de humildes hombres y mujeres de todo el planeta- por no tener el poder para detener esa barbarie, ese crimen super anunciado y que todo sabíamos se iba a producir, porque estamos en presencia de un grupo de gobernantes dementes y ambiciosos, que pretenden imponerle al mundo, por medio del chantaje de su poder militar, su voluntad. Ellos se autoproclamaron los dueños de la verdad universal, los únicos en capacidad de decidir qué es bueno o no para el género humano, cuál es el sistema de gobierno que le conviene a cada país, quién debe ser su gobernante. Autócratas, tiranos, los fascistas del siglo XXI.

Volvimos al medioevo pero con la tegnología y ciencia al servicio del mal. La humanidad atraviesa su período más negro y lóbrego, más triste. ¿A quién le tocará su cuota de genocidio después de Afganistán, Palestina e Irak? ¿A Irán, a Libia, a Sudán, a Argel, a Arabia Saudita, a Corea Democrática, a la India, a Cuba, a Venezuela...?

Porque de darse el triunfo norteamericano sobre Irak, sería un triunfo pírrico sobre una pobre nación reducida a la condición de paria de la humanidad; no es sólo por el petróleo como tanto se ha dicho, es que las hienas sedientas de sangre querrán más víctimas. De hecho la ONU, como dijimos, se fue para el carajo, ya es un trasto inútil que no le sirve a las grandes potencias que comienzan un nuevo reparto del mundo. Francia se quedará sin los negocios petroleros con Irak y tendrá que meterse la lengua dentro del rabo porque la política es algo más que retórica y maniobras diplomáticas. Difícil que la burguesía gala se enfrente a los yanquis, con todo y su bomba atómica. A los Estados Unidos sólo se los puede convencer con la fuerza de las armas, pregúntenle a China a propósito de la guerra de Corea, o a Vietnam, tal vez ahora a los iraquíes.

Las movilizaciones son muy importantes, pero no bastan, por ellos se cagan en la opinión pública mundial, en las movilizaciones y en las protestas, es preciso un nuevo tipo de enfrentamiento social, un levantamiento popular universal de tales dimensiones que los acorrale, los arrincone, que ese imperialismo genocida sienta la fuerza de las masas insurrectas del mundo defendiendo su derecho a la vida.

¿No dio Bush un virtual golpe de Estado o llegó a la presidencia mediante un fraude?

Allí está el costo de la vacilante clase media demócrata norteamericana, dejarse arrebatar el triunfo que estaba en sus manos no sólo por el Bush candidato sino por la contrarrevolución cubana que preparó la parte decisiva del fraude en La Florida y hoy es la proa de la subversión y terrorismo en Venezuela y otras naciones latinoamericanas.

Alemania, Francia, Dinamarca, Suecia, poderosas naciones imperiales están acorraladas, contra la pared, si no actúan ¡ya! veremos muchos Aznar o Berlusconis surgir en Europa y el poder gringo mimetizado en las políticas de sus "aliados".

Pero, como ayer el pueblo vietnamita defendió la dignidad del mundo ante la vil agresión del imperialismo norteamericano, el pueblo árabe iraquí está defendiendo en esta nueva etapa de crisis del capitalismo y del neoliberalismo que, urgido de energía y riquezas, se lanza a una aventura guerrerista y piratesca, en un nuevo reparto del mundo a la vieja usanza de los colonialismo decimonónicos del siglo XIX. Un colonialismo racista, xenófobo, anti islámico, anti asiático.

Como nunca antes un pueblo, el iraquí necesita del apoyo de la humanidad, de todos los pueblos del orbe para complementar la acción de presión, mediante las movilizaciones, marchas, paros, y detener los bombardeos, el avance genocida de los ejércitos ingleses y norteamericanos, el avasallamiento de una nación de una nación digna y decorosa como Irak. ¡Debemos derrotar la agresión yanqui y hacer retroceder a los invasores! Es la única forma de evitar una conflagración mundial.

El pueblo norteamericano debe exigirle a Bush la renuncia por mal gobernante y hundir a la nación norteamericana, exponerla al escarnio mundial y al odio de los pueblos.

(22-03-03) caracola@cantv.net / www.trincherasdeideas.net

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