México D.F. Viernes 21 de marzo de 2003
Cuauhtémoc Cárdenas
La Jornada
El gobierno de México ha tomado una decisión correcta en el caso de la guerra que desata George W. Bush contra el pueblo de Irak, al asumir una posición apegada al mandato de nuestra Constitución y al hacer un llamado a la comunidad internacional para que se encuentre una solución pacífica al conflicto.
Esta posición del gobierno de México, externada en la voz del titular del Ejecutivo, tendrá repercusiones, unas desfavorables, otras favorables, para el gobierno y para el país.
No se contradice al imperio, no se va contra el imperio sin que éste responda en consecuencia.
Puede ya adelantarse que los cruces de la frontera, para personas y mercancías, se harán más lentos y difíciles, que el cumplimiento de los compromisos financieros y los apoyos que en este campo pudieran venir del vecino, van a entorpecerse y algunos es probable que incluso se cancelen, que por ahora habrá que olvidarse de un acuerdo migratorio y que no deben descartarse otros tipos de represalias tanto económicas como políticas.
Si éste es el costo de cumplir con nuestra Constitución y de recuperar la dignidad de la nación, se trata de un costo bajo.
La actitud pacifista de nuestro gobierno cuenta con amplio apoyo popular, con amplio apoyo político y social, como puede constatarse por las numerosas expresiones pacifistas que desde las más diversas posiciones han llegado a la opinión pública.
Habrá que cuidar celosamente lo ganado. El poderoso estará siempre al acecho para someter al disidente.
Mantener la firmeza y con ella preservar la dignidad, hacer sentir que México es México, que constituimos una nación y un pueblo que se guía por principios y no por los intereses de unos cuantos, que sabe cumplir los compromisos que contrae, sea como parte de los organismos internacionales multilaterales, sea con la comunidad financiera internacional, puede atraer apoyos más amplios y más fuertes.
Al mantenerse sin titubeos ni desvíos en el camino de la dignidad, mucho podrá hacerse de aquí en adelante por México y los mexicanos.
Tomado de La Jornada
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