17 de marzo

1 de septiembre 2002

EEUU Y LA GUERRA IMPERIALISTA

Cheney insistió con que hay que atacar Irak cuanto antes

RESUMEN LATINOAMERICANO

La administración de George Bush volvió a hacer pública su posición respecto de Irak. "No debemos simplemente mirar para otro lado, esperando lo mejor. No hay dudas de que Saddam Hussein ya tiene armas de destrucción masiva". Así se expresó en las últimas horas el vicepresidente Dick Cheney, en el segundo discurso de alto voltaje que da esta semana. Pero más allá de la retórica, en los pasillos de la Casa Blanca aún no saben como encarar el problema iraquí, y analizan si es necesario lograr alguna señal de la ONU y del Congreso, antes de lanzar un ataque.

Para Cheney no hay mucho tiempo para lidiar con el tema iraquí. El vice de Bush aseguró que Estados Unidos no puede seguir esperando hasta que Saddam adquiera armas nucleares. Pero ante la creciente crítica internacional, la Casa Blanca si se debe involucrar a las Naciones Unidas para lograr que el Congreso de EE.UU. de el visto bueno a un ataque contra Saddam.

Lee Hamilton, un demócrata que fue presidente del Comité de Relaciones Internacionales durante la Guerra del Golfo en 1991, dijo que el discurso de Cheney "nos pone en un camino hacia la guerra. Ahora ser muy difícil que el gobierno se eche para atrás respecto a lo que dijo Cheney. Ya no se tratar de si vamos o no a la guerra, sino de cuando".

Richar Boucher, el vocero del Departamento de Estado, dijo el martes que los diplomáticos estadounidenses todavía no están tratando de obtener apoyo en todo el mundo para un ataque en contra de Irak porque el gobierno de Bus aún no ha tomado ninguna decisión.

Sin embargo, muchos observadores liberales y conservadores dijeron que el discurso de Cheney era una señal de una derrota de las voces más moderadas en el Departamento de Estado, incluida la del secretario de Estado, Colin Powell, quien se ha abstenido de opinar en público sobre la cuestión en los últimos días.

Ayer, un alto asesor de Bush explicó que el presidente debe decidir "si va solo o con la ONU" o si debe hacer, al menos, un último gran esfuerzo simbólico para que Hussein readmita en su país a los inspectores expulsados de Irak en 1998.

No es casual que Gran Bretaña esté analizando proponer a EE.UU. que fije un ultimátum a Irak para que acepte el regreso de los inspectores a Bagdad.

El canciller británico, Jack Straw, dijo ayer que el gobierno británico estaba listo para examinar una propuesta en ese sentido de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de los Comunes (cámara baja del Parlamento).

"El gobierno va a considerar esta recomendación", declaró Straw en su respuesta oficial a un informe consagrado al terrorismo realizado por esta comisión.

Sobre este tema, el vocero de la Casa Blanca, Scott McClellan, dijo a la prensa que "nuestro objetivo es el desarme" y agregó que "sabemos que no podemos verificarlo" en Irak.

Pero en el seno del gobierno norteame ricano están divididas las posiciones respecto de solicitar un voto de la ONU, que obligue al presidente iraquí a recibir a los inspectores de armas.

La posición de Naciones Unidas quedó en claro ayer a través de su secretario general, Kofi Annan, quien advirtió a EE.UU. que no emprenda una acción unilateral contra Irak, ya que solo el Consejo de Seguridad está facultado para decidir sobre la legitimidad de un ataque militar.

La misma advertencia repitieron ayer el presidente francés Jacques Chirac, y el canciller alemán Gerhard Schroeder.

A pesar de las advertencias, ayer trascendió que EE.UU. atacará a Irak a fines de noviembre, según advirtieron dos altos oficiales de las fuerzas armadas norteamericanas a sus colegas israelíes.

Por su parte, Saddam Hussein examinó ayer con los altos mandos del ejército los preparativos del plan de defensa ante un eventual ataque estadounidense. Hussein, según la agencia oficial INA, pidió a los participantes de la reunión "unir los esfuerzos para preparar una sólida base sobre la cual puedan apoyarse el pueblo y el ejército para derrotar a los enemigos y ponerlos en fuga".

En el frente diplomático, Irak se propone la semana que viene mantener reuniones al más alto nivel en Moscú para analizar las amenazas norteamericanas. El canciller iraquí, Haji Sabri, ya tiene agendado un viaje a Rusia para el 2 de setiembre.

El vice iraquí, Taha Yassin Ramadán, dijo, a su turno, que un ataque de EE.UU. se puede evitar si se emprenden negociaciones. Y agregó que las negociaciones con las Naciones Unidas sobre el regreso de los inspectores de armas al país no están trabadas.

Tomado de RESUMEN LATINOAMERICANO Nš 171

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