17 de marzo

México D.F. Lunes 24 de marzo de 2003

Confusión entre los informes dados a conocer por ambos bandos

Con errores angloestadunidenses el gobierno iraquí monta su propaganda

Los reporteros incrustados están sujetos a una censura destinada a confundir

ROBERT FISK
ENVIADO ESPECIAL THE INDEPENDENT

Bagdad, 23 de marzo. Hasta ahora los ejércitos angloestadunidenses han entregado su propaganda a los iraquíes en bandeja de plata. Primero, el sábado se nos dijo, por cortesía de la BBC, que Um Qasr, el pequeño puerto del Golfo, había "caído". Por qué las ciudades deban "caer" en la BBC es un misterio para mí; la frase viene de la Edad Media, cuando las murallas de las ciudades literalmente se venían abajo durante los sitios. Luego se nos dice, una vez más en la BBC, que Nasariya había sido capturada. Después su corresponsal "incrustado" nos informó -y aquí se despertaron mis sospechas de periodista- que había sido "asegurada". Los reporteros "incrustados" son los que viajan con las fuerzas estadunidenses o británicas, y están sujetos a una censura destinada a confundir a los escuchas de la BBC no sólo en Gran Bretaña, sino en todo el mundo.

Por qué la BBC debe utilizar esa expresión meretriz castrense de "asegurada" también es un misterio para mí. "Asegurada" pretende sonar como "capturada". Pero casi invariablemente significa, en la especie de jerga que han adoptado los reporteros "incrustados", que una ciudad ha sido pasada de largo o medio rodeada o, cuando mucho, que el ejército invasor ha logrado apenas entrar en sus suburbios. Y, claro, a la vuelta de 24 horas la ciudad musulmana chiíta que se levanta al oeste de la confluencia de los ríos Eufrates y Tigris resultó estar bastante poco "asegurada", de hecho nadie había penetrado en ella en forma alguna, porque al menos 500 soldados iraquíes, apoyados por tanques, seguían combatiendo allí.

En un momento del sábado, la BBC nos mostró a un reportero "incrustado" transmitiendo "desde Basora". Este reporte se hizo añicos cuando el corresponsal reconoció que no estaba "precisamente en Basora"; por eso después el presentador de noticias de la cadena en Londres lo despidió como corresponsal "en el sureste de Irak". Ni más ni menos. Pero lo que importa no son las tonterías que estos periodistas intentan hacernos tragar en estos asuntos, sino el tesoro en puntos a favor que están regalando a los iraquíes con ellas. Con qué júbilo nos informó hoy el vicepresidente iraquí Taha Yassin Ramadan: "dijeron que habían capturado Um Qasr, pero ahora ustedes saben que es mentira". Con qué felicidad el ministro iraquí de Información alardeó hoy de que Basora sigue "en manos iraquíes", que "nuestras fuerzas" en Nasariya siguen combatiendo.

Y bien que podían alardear, pues, pese a toda la faramalla que hacen los estadunidenses y británicos en Qatar, lo que los iraquíes decían en cuanto a estos temas es cierto. Las usuales afirmaciones iraquíes de naves aéreas y británicas derribadas -de las que cuatro fueron supuestamente "alcanzadas" en Bagdad y una cerca de Mosul- tuvieron cierta credibilidad gracias a la capacidad iraquí de probar que el colapso de sus fuerzas en el sur era falso, sin contar las imágenes de sus prisioneros difundidas esta noche. De hecho el gobierno iraquí está montando poco a poco su propio acto de propaganda y fue capaz hoy -por cortesía de un alto oficial del ejército, presentado en vivo (el general Hazim a-Rawi)- de leer en voz alta lo que dijo ser los tres partes más recientes de sus unidades militares en Basora y en los pantanos del norte. En ellos se informaba que 77 civiles habían sido "martirizados" por bombas de racimo lanzadas sobre Basora.

No se trata nada más de la confusa información que presentan estadunidenses y británicos: está también lo que sabemos que no se nos ha informado. Sabemos, por ejemplo, que los estadunidenses están utilizando una vez más municiones de uranio empobrecido (DU, por sus siglas en inglés) en Irak, como hicieron en 1991. Antes del inicio de la guerra aseguraban que intentaban usar esas armas, las cuales son fabricadas con desechos de la industria nuclear -para perforar blindajes- y, según creen miles de enfermos del síndrome de la guerra del Golfo, así como médicos iraquíes, son causantes de una epidemia de distintos tipos de cáncer. Hoy, la BBC nos informó que los marines de Estados Unidos habían utilizado aviones A-10 para hacer frente a "focos de resistencia" -un poco más de jerigonza militar en esa cadena-, pero no mencionaron que el A-10 utiliza municiones de DU. Así que por primera vez desde 1991 nosotros, los occidentales, estamos rociando estos aerosoles de uranio en los campos de batalla del sur de Irak y nadie nos informa de ello. ¿Por qué no?

¿Y de dónde, por Dios, han sacado esa torcida y totalmente deshonesta frase de "fuerzas de coalición"? No hay ninguna "coalición" en esta guerra en Irak. Están los estadunidenses, los británicos y unos cuantos australianos. Nada más. La "coalición", como la de la guerra de 1991, no existe. La "coalición" de naciones dispuestas a "ayudar" en este conflicto ilegítimo comprende, según un vasto esfuerzo de imaginación, hasta a Costa Rica y Micronesia y, supongo, a la pobre Irlanda neutral, con sus derechos de tránsito para los aviones militares estadunidenses en Shannon. Pero no son fuerzas de coalición. ¿Por qué la BBC utiliza esa frase? ¿Por qué, repito? Incluso en la Segunda Guerra Mundial, que tantos periodistas tienen la impresión de estar cubriendo ahora, no utilizábamos esa mentira. Cuando desembarcamos en la costa de Noráfrica, en la Operación Antorcha, lo llamamos "desembarco angloestadunidense".

Y esta es una guerra angloestadunidense, nos guste o no, y en esto incluyo a los "incrustados". Los iraquíes son lo bastante listos para recordarlo. Al principio anunciaron que los soldados estadunidenses o británicos que capturaran serían tratados como mercenarios, decisión que Saddam prudentemente corrigió hoy, al señalar que todos serían tratados "conforme a la Convención de Ginebra".

Haciendo un recuento de lo que sabemos, éste no ha sido un gran fin de semana para Bush y Blair. Tampoco, claro, para Saddam, aunque lleva jugando a la guerra más o menos la mitad de los años que Blair tiene de vida. Uno de nuestros Tornados ha sido derribado por los estadunidenses -después de que los británicos perdieron hombres en tres desastres de helicópteros- y aún no hemos capturado la primera población desde que dejamos la frontera con Kuwait. E incluso esos reporteros que han tratado con gran valentía de ver por sí mismos lo que ocurre sin protección de sus ejércitos -por ejemplo un equipo de la ITV cerca de Nasariya- están en peligro mortal de su vida.

Así pues, he aquí una pregunta de alguien que creía, hace sólo una semana, que Bagdad podía venirse abajo, que podíamos despertar una mañana y encontrar que la milicia baacista y el ejército iraquí se habían ido y que los estadunidenses patrullaban la calle Saddam con el rifle al hombro. Si los iraquíes pueden aún resistir después de cuatro días contra una fuerza tan abrumadora en Um Qasr, si pueden seguir combatiendo en Basora y Nassariya -ciudad esta última que se alzó en triunfante revuelta contra Saddam en 1991-, ¿por qué las fuerzas de Saddam no habrían de seguir combatiendo en Bagdad? Cierto, la historia iraquí no estará completa sin un nuevo episodio de "martirio" en la batalla eterna del país contra invasores extranjeros. Sea cual fuere el destino de Saddam, los últimos combatientes de Um Qasr se volverán en los años por venir hombres de cantos y leyendas. Hace mucho los egipcios hicieron lo mismo por sus combatientes caídos en Suez en 1956.

Por supuesto, todo esto puede ser un error de cálculo. La baraja puede ser más escuálida de lo que creemos. Pero de pronto, este fin de semana la guerra "fácil y rápida", el conflicto de "conmoción y pavor" -la frase misma del Pentágono es un lema clásico de las páginas de la vieja revista nazi Signal- no parece tan realista. Las cosas no van bien. No estamos diciendo la verdad. Y los iraquíes están sacando el mayor provecho de ello.

© The Independent
Traducción: Jorge Anaya

Tomado de La Jornada

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