17 de marzo

29 de marzo del 2003

El encuentro Bush-Blair

Isaac Bigio
Analista Internacional

Bush y Blair se han reunido para evaluar los resultados que no le son muy satisfactorios sobre la guerra. Sus medios afines pronosticaron una rápida incursión en la cual el aparato saddamista se desplomaría y los iraquíes saldrían a saludarlos como 'liberadores'. Eso no ha ocurrido. En más de una semana de conflicto aún no se han asegurado de ninguna ciudad.

La insospechada fuerte resistencia de un ejército con pocos pertrechos y repuestos ocasiona una serie de reprimendas entre círculos poder. La prensa empieza a cuestionar una serie de informaciones que no tardan en aparecer como falsas. Una guerra que se prometió que se iba dar bajo el manto del conejo de seguridad sólo ha contado con el apoyo de 4 de sus 15 miembros. En más de una semana no se encuentra ningún arma de destrucción masiva. Cuando se anuncia que Hussein puede estar muerto o herido él aparece con discursos desafiantes. Cuando se afirma que se ha capturado el puerto de Umm Qasr aparecen partisanos árabes resistiendo allí. Se habla de un levantamiento popular anti-Hussein en Basora pero las evidencias indican lo opuesto. En vez de concitar el apoyo popular iraquí a los invasores se está logrando potenciar a Hussein como símbolo de resistencia nacional árabe y miles de refugiados iraquíes que se escaparon de su dictadura retorna al país para combatir a los aliados.

Las llamadas armas precisas contra blancos militares ya han cobrado más de 200 civiles muertos y han caído en otros países e incluso contra efectivos aliados.

Mil paracaidistas norteamericanos han llegado al norte iraquí. Mas, no hay indicios que se busque impulsar a las decenas de miles de 'peshmergas' kurdos a lanzarse en masa. Los aliados no quieren usar tropas nativas y árabes pues desconfían de ellas. Piensan que ésta no acepten un ulterior protectorado, que fragmenten al país o que puedan dar paso a revoluciones.

Los aliados están entrampados. Si quieren ganar la guerra con apoyo popular deben impulsar rebeliones nativas, pero no quieren hacerlo. Podrían aplicar la política de tierra arrasada pero temen que ello enajenaría a una población a la cual quieren ganar y enemistarse con países amigos y el mundo. Mientras tanto Irak se defiende con armamento obsoleto pero con operaciones de guerrilla y queriendo obligar a los atacantes a entrar en la ratonera de la guerra urbana.


(*) Isaac Bigio es un analista internacional formado en la London School of Economics & Political Sciences. En ésta, considerada la principal universidad internacional especializada en ciencias sociales, él ha obtenido grados y postgrados en Historia y Política Económica, y ha enseñando.

Su especialidad son países en conflicto y transición entre distintos sistemas sociales. Ha pasado por las aulas del Instituto Europeo, la Escuela de estudios Asiáticos y Orientales, la escuela de Estudios Eslávicos y Europeo Orientales así como en otras dependencias de la Universidad de Londres.

Sus artículos han sido publicados en unos 200 medios en 5 continentes. En 1998 obtuvo 2 Premios significativos: el de la Excelencia de Dillons-Waterstone (la mayor librería británica), y el E.H. Carr del Departamento de Política Internacional de la Universidad de Gales, Aberyswyth (el primer departamento de dicha disciplina en el mundo).


Tomado de www.mbr200.com

Regresar
Home