México D.F. Lunes 24 de marzo de 2003
"Si Frida viviera con nosotros estuviera en contra de la guerra": Gael García Bernal
Frida se llevó dos estatuillas: mejor maquillaje y banda sonora Chicago se alzó con seis
JORGE CABALLERO Y AGENCIAS
La Jornada
El tradicional guión de los Oscares se vio intervenido en su 75 aniversario por el ataque de Estados Unidos a Irak y, con una gran participación de México, el actor Gael García Bernal fue el primero en pronunciarse abiertamente en contra de la guerra: "Si Frida viviera con nosotros estuviera en contra de la guerra", lo que provocó buena cantidad de aplausos entre el público, mientras la cámara enfocaba a Salma Hayek. El comentario, hecho en inglés, antecedió la actuación de la también mexicana Lila Downs y el brasileño Caetano Veloso para que interpretaran Burning in blue.
Otra enérgica declaración contra la guerra la hizo Michael Moore, quien al recibir el premio al mejor documental, Bowling for Columbine, invitó a sus contrincantes al estrado. "Estamos contra la guerra, señor Bush. Debería usted avergonzarse. Vivimos en tiempos de ficción, donde resultados electorales ficticios nos traen a presidentes ficticios que nos mandan a la guerra por motivos ficticios. Señor Bush, si las Dixie Chicks y el Papa están contra usted es porque algo está muy mal", dijo un encolerizado director, conocido por su críticas al gobierno estadunidense.
Antes, Chris Cooper dijo en su participación: "Deseo que todos tengamos paz", con las lágrimas escurriéndole por las mejillas. Cooper recibió de manos de Jennifer Conelly el primer gran galardón al mejor actor de reparto por su interpretación del locuaz horticultor en el Ladrón de orquídeas. Muchas de las estrellas asistentes a la gran fiesta del cine estadunidense decidieron expresar luto por el conflicto bélico vistiendo sobrios trajes negros y luciendo en la solapa broches con la paloma de la paz.
El exuberante musical Chicago se alzó con el Oscar a la mejor película de 2002 con seis estatuillas: mejor película, mejor actriz de reparto (Catherine Zeta-Jones), mejor sonido, mejor edición, mejor dirección artística y mejor vestuario. La gran perdedora fue Pandillas de Nueva York, que de 10 categorías no se llevó absolutamente nada.
Pero la sorpresa de la noche la protagonizó la película de Roman Polanski El pianista, al llevarse el galardón al mejor director, actor y guión adaptado. Polanski, prófugo de Estados Unidos por haber tenido sexo con una menor, no asistió a la ceremonia; no así el actor Adrien Brody quien se llevó el Oscar al mejor actor por encarnar a un judío que vive la invasión nazi a Varsovia. Brody dejó atrás a los favoritos: Jack Nicholson y Daniel Day-Lewis, además de Nicholas Cage y Michael Caine. En un emotivo discurso Brody, quien por cierto es el actor más joven que recibe el galardón, dijo: "Soy el tipo de actor que me gusta conectarme lo máximo posible con la mente del personaje. En seis semanas bajé de 75 kilos a 58. Estaba sufriendo. Pero me llevó la mente a un nivel de angustia y vacío que iba mucho más allá que las ganas de comer... en estos raros tiempos la filmación de la película me dio la oportunidad de concientizarme sobre el sufrimiento de la gente... en estos tiempos raros de deshumanización y de todas las repercusiones que trae la guerra, todos, creo, esperamos una solución pacífica. Tengo un amigo soldado en Kuwait, mi vecino en Queens, y deseo que regrese con vida"; el público se lo agradeció de pie.
La australiana Nicole Kidman, quien encarna a la escritora Virginia Woolf, en la cinta Las horas, se alzó como la mejor actriz de la velada.
El director español Pedro Almodóvar fue galardonado por el guión original de Hable con ella. Después de agradecer a sus colaboradores Almodóvar sacó el acordeón y dedicó el premio a "a las personas que levantan su voz a favor de la paz".
Frida se llevó dos: mejor maquillaje, en el cual venció a La máquina del tiempo, y banda sonora, que entregó la estrella de Chicago Renée Zellweger, quien después de presentar a los postulados y de tener problemas para abrir el sobre con el nombre del ganador por fin lo dijo: fue Elliot Goldenthal, también de Frida, quien dijo en su discurso: "Para ti, México".
Cuando Salma Hayek se enfiló para dar el nombre de la mejor película extrajera todos pensaron que El crimen del padre Amaro era la afortunada, pero el serio rostro de Hayek al leer el nombre acabó con la esperanza: el Oscar fue para Nowhere in Africa, película alemana que venció también a Zus and Zo de Holanda, a la finlandesa Un hombre sin pasado y a Héroe. Nowhere in Africa narra la historia de una familia judía forzada a quedarse en Africa durante la Segunda Guerra Mundial. El Oscar honorífico le otorgó al veterano actor irlandés Peter O'Toole, de 70 años, a quien se le rindió pleitesía con una gran muestra de su filmografía. La mejor fotografía fue para el filme de San Mendes: camino a la perdición.
El premio que sí dejó con la boca abierta fue la mejor canción, que fue para el irreverente rapero Eminem por el tema Lose yourself, de su película autobiográfica 8 mile, la calle de las ilusiones. Eminem no asisitió a la entrega, pero mandó por la estatuilla.
Mejor película animada, Spirit away, y los mejores efectos visuales fueron para la épica El señor de los anillos: las dos torres, que también se llevó la mejor edición de sonido.
En el reconocimiento a los actores que partieron en el año reciente se recordó a la mexicana Katy Jurado por la película Por lo que la tierra hereda, a quien, como se recordará, la ANDA desdeñó por haber fallecido en fin de semana, según declaraciones de su líder, Juan Imperio.
Los protagonistas de la 75 edición de los Oscares comenzaron a llegar al teatro Kodak de Hollywood por una muy reducida alfombra roja, donde lucían colores oscuros y atuendos sobrios.
La mexicana Ana Claudia Talancón, protagonista de El crimen del padre Amaro, fue una de las más puntuales. Luciendo un glamoroso vestido gris de Chanel, semitransparente y sembrado de diamantes, la joven mexicana daba la nota de brillo entre una concurrencia vestida mayoritariamente de negro y blanco.
Los actores Susan Sarandon y Tim Robbins, la pareja políticamente más activa de Hollywood y enérgicamente opuesta a la guerra, también llegaron vestidos completamente de negro.
Otro gran contrario a la invasión de Irak, el cineasta español Pedro Almodóvar, eligió, como Robbins, una camisa negra para ir con un esmoquin y una pajarita del mismo color. En la solapa lucía un broche en forma de paloma de la paz. Muchas estrellas decidieron este año vestir de forma menos frívola de lo habitual debido al contexto bélico y muchos de ellos prendieron broches pacifistas a sus ropas.
A varios metros del lugar, manifestantes contra la guerra en Irak intentaban hacer llegar sus voces a las estrellas y a la prensa internacional reunida para el acto. Estratégicamente instalados en tejados y ventanas en torno al teatro Kodak, francotiradores de elite vigilaron la celebración, rodeada de las mayores medidas de seguridad de la historia por temor a un atentado terrorista. El acontecimiento fue televisado en directo a más de 150 países.
La entrega de los Oscares fue blanco de una variedad de manifestaciones de protesta, mientras las fuerzas estadunidenses continuaban su arrasante marcha hacia la ciudad de Bagdad.
Dos importantes manifestaciones se efectuaron cerca del teatro donde tendrá lugar la 75 ceremonia de entrega de los premios de la Academia, una de ellas denominada Oscar por la Paz, en la que los manifestantes hicieron -unas horas antes- una parodia del evento, en la que una estatuilla de 2.5 metros era el signo V de la victoria.
"Hollywood festeja mientras Bagdad arde", criticaban los organizadores en una declaración.
Las protestas en Hollywood y Sunset Boulevard se producen luego de que centenares de miles de manifestantes se volcaron a las calles en distintas ciudades del país en oposición a la guerra.
Michael Moore, al recibir el galardón por mejor documental, dijo: ''estamos en contra de la guerra, señor Bush. Usted debería avergonzarse. Vivimos en tiempos de ficción, donde resultados electorales ficticios nos traen presidentes ficticios que nos mandan a la guerra por motivos ficticios''. El actor británico Andy Serkis (abajo), quien participó en El señor de los anillos, sostiene una pancarta que reza: ''No a la guerra por petróleo''. La actriz Susan Sarandon vistió un traje negro, como varios de sus compañeros, en señal de protesta contra el conflicto en Irak FOTOS AFP Y REUTERS
Tomado de La Jornada
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