17 de marzo

30 de marzo del 2003

EE.UU. busca extender la guerra en América del Sur

Marcelo Larrea
Adital

La orientación belicista de EE.UU., en lo que consideran despectivamente su patio trasero, no descansa estos días en los que el Pentágono está concentrado en la ofensiva militar contra Irak. Hoy el Jefe del Comando Sur, James Hill, se reúne en Miami con los máximos jefes de las fuerzas armadas de Ecuador y Colombia, Oswaldo Jarrín y Jorge Enrique Mora, para insistir en su demanda de regionalizar el Plan Colombia.

A sólo 8 días de su visita a Ecuador, en la que promovió una activa participación del país en la estrategia militar de EE.UU. en América del Sur, James Hill, pretende en está reunión imponer el Plan de Actividades propuesto por el Pentágono. Su contenido específico no se ha hecho público, excepto que se trata de una cooperación para enfrentar amenazas comunes: " la lucha contra el narcoterrorismo y la protección de las fronteras de los países afectados", y que "los generales no recibirán información acerca de qué tipo de ayuda recibirán", como lo explicó Raúl Duany, portavoz del Comando Sur.

El Pentágono busca que Ecuador cierre su frontera con Colombia, para bloquear la que ellos consideran es una fuente de abastecimientos de las FARC, en su propósito de asfixiar a la guerrilla. Pero una decisión de este género, a más de contener un acto de intervención en un conflicto interno de un país soberano, por orden de una potencia extranjera, afectaría severamente el comercio entre las dos repúblicas, una parte significativa de la economía de sus poblaciones fronterizas.

Washington, viene impulsando desde el inicio de su Plan Colombia, la concentración de miles de soldados ecuatorianos con una considerable capacidad de fuego en esa línea fronteriza, para impedir no sólo lo que podrían ser incursiones eventuales, sino fundamentalmente para cercar a las FARC. Las consecuencias de la aplicación de esta exigencia, contienen el relevo de Colombia de su responsabilidad de cuidar sus propias fronteras y la transferencia de ésta tarea que, no es de su competencia, el ejército ecuatoriano, con todos los costos humanos y económicos que pueda implicar. A lo que se suma, el riesgo de que Ecuador participe militarmente en el conflicto, apenas se desaten enfrentamientos armados como los promovidos por los paramilitares en la frontera sur de Venezuela, donde han muerto campesinos venezolanos masacrados por la Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), que han amenazado con quedarse en territorio de ese país, en un acto de clara provocación a Caracas, dirigido a incluir militarmente a Venezuela en el conflicto.

EE.UU. demanda también la protección del Convenio que le cedió la Base de Manta, donde instaló un denominado Centro de Operaciones de Avanzada (FOL), el cual ya se encuentra operativo al 100% y ha registrado en el último año, 1.028 vuelos hacia la región. El Convenio está denunciado por haber sido suscrito sin observar las normas constitucionales del Ecuador y por su violación por EE.UU., al entregar su manejo logístico a la cuestionada empresa Dyn Corp, acusada de actividades criminales en Yugoslavia y de narcotráfico en Colombia.

La violación de EE.UU. de todas las normas internacionales en la guerra que hoy desarrolla contra Irak y los crímenes que está cometiendo en su ofensiva, subrayan el peligro que se cierne sobre Ecuador, Colombia, Venezuela, Brasil y América del Sur en su conjunto, atrás de la determinación del Jefe del Comando Sur, James Hill, de regionalizar el Plan Colombia.

* Marcelo Larrea es Director del periódico "El Sucre"


Tomado de Rebelión

Regresar
Home