17 de marzo

20 de marzo de 2003

LA AGONIA DE LAS NACIONES UNIDAS Y LA AUSENCIA DE LA DIPLOMACIA PERUANA

Guerra no, ¡masacre!

Herbert Mújica Rojas
ARGENPRESS.INFO

Las sinrazones de George Bush para lanzar a su país, el poderoso Estados Unidos, a una aventura por encima de Naciones Unidas, riéndose del mundo entero, para imponer, a sangre y fuego, su criterio geopolítico en Irak, son parte de una masacre y no de una guerra. El manejo mediático y la complicidad de pandillas políticas en todo el mundo, no son suficientes como para ocultar esta verdad verdadera, genuinamente vergonzosa y aterradora.

Cierto es que cuánto digan, berreen o exclamen los países latinoamericanos, embelecos insignificantes, ayer y hoy, en el ajedrez político del orbe, será, a lo más, expresión entre cuatro paredes y titular para una prensa perversamente de acuerdo a lo que digan los centros mundiales del poder mediático y bélico. Para eso existe CNN, BBC y todo ese menjunje de cadenas tributarias del corazón y cerebro de poder, Estados Unidos.

Naciones Unidas, ese inmenso conglomerado burocrático, su carta o su Consejo de Seguridad, han sido basureados en todos los idiomas, comenzando con el inglés, por Estados Unidos. ¿Cómo puede una potencia argumentar que su soberanía y defensa, le fletan la autorización para masacrar a quien le dé la gana y cuando quiera? Sólo la estupidez, que es otra virtud transnacional que la globalización ha hecho célebre, puede disimular lo que a todas luces es una prepotencia indignante.

Cuando el canciller Allan Wagner dice que sólo debe actuarse de acuerdo con la carta de Naciones Unidas, repite una verdad de Perogrullo. Parece que este señor no se ha dado cuenta que Estados Unidos ya enterró a NNUU con todos sus embajadores frívolos y muy bien pagados y sentados en sus butacas de cuero. En lugar de repetir lugares comunes y servilmente intelectualoides ¿porqué Perú no lanza la iniciativa de un nuevo organismo multinacional que frene desmanes como los actuales y en particular a Estados Unidos?

La idea puede parecer descabellada, pero así comienzan todas las grandes campañas. NNUU nació después de la guerra y hoy huele su putrefacción en un estado de aberrante militancia, porque sus integrantes están en Nueva York, disfrutando de sus sueldos, sinecuras, privilegios y no pueden hacer nada porque son cadáveres ambulantes. Lo cierto es que en Torre Tagle no hay luz, horizonte ni nada que lo parezca.

El oscurantismo de nuestra diplomacia ha trocado en una tradición que sólo destaca por los escándalos y puñales que se asestan entre sus miembros y por las complicidades con las dictaduras. Nada se corrige en Torre Tagle, todo se tapa, edulcora, disimula y arregla. Los protagonistas son siempre los mismos y hasta hoy, aunque suene cavernario, hay diplomáticos que siguen sosteniendo que Torre Tagle es una de las cancillerías más 'eficientes' de Latinoamérica. Mentiras como ésta, constituyen parte de la gran caricatura de la historia peruana, que no la promesa de Basadre, el intelectual canónico del siglo pasado.

Masacre y no guerra, abuso y no justicia, falacia y no lógica, es lo que el mundo está a punto de contemplar. El llano arde en llamas y su autor, George Bush, es tan facineroso como Saddam Hussein.

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