17 de marzo

1 de abril del 2003

El invasor imbécil

Guillermo Cieza
Retruco

Días antes de comenzar la invasión de Estados Unidos a Irak, un amigo me advertía: "El peligro americano no es que tengan un presidente imbécil. El peligro es que el norteamericano medio es imbécil".

Los argumentos de mi amigo eran los esperados: la incapacidad del ciudadano medio norteamericano para tener un criterio independiente, su pasivo sometimiento a la manipulación informativa de los grandes medios de comunicación, su ignorancia y peligrosidad manifiesta, cruza del Pato Donald con los personajes bélicos de Swarzeneger.

Una semana después de iniciada la invasión - un brutal genocidio donde Estados Unidos aplasta con un aparato bélico de última generación a la chatarra iraquí, con un poder de destrucción masiva inversamente proporcional a las razones de la participación en el conflicto - la advertencia de mi amigo sigue rondando mi cabeza.

Por ahora, no alcanza la claridad de James Petras, la inteligencia de Chomski, el compromiso de un puñado de actores e intelectuales, el casi medio millón de personas que se movilizó en Nueva York, los miles de pacifistas que se movilizan y frecuentemente son arrestados. Se hubiera esperado mas del pueblo que nos dio un Walt Withman, un John Reed, un Tenesee Williams, un Hemingway.

Resulta poco menos que patética su sorpresa por la resistencia del pueblo iraquí. " Es incomprensible venimos a liberarlos y pelean con ferocidad" , se lamenta el analista imbécil. Y es de suponer repiten millones de norteamericanos.

El pueblo iraquí padece la misma " incomprensión " que tuvieron los pueblos originarios cuando vinieron a ser liberados por personajes como el analfabeto cuidador de cerdos, Francisco Pizarro o las culturas milenarias asoladas por los mercaderes y verdugos británicos, sin mas argumentos que el fuego de sus cañones.

Parece una broma histórica, los principales aliados de Estados Unidos son precisamente España y Gran Bretaña, dos ex potencias imperiales, cuyas víctimas se cuentan por millones y su legado de "progreso y humanismo" puede rastrearse en sus colonias, donde dejaron sus secuelas : analfabetismo, hambre, atraso y enfermedades de la pobreza.

La invasión contra Iraq confirma que los mayores arsenales del mundo están en manos de una bestia imbécil . Y al definir la bestia puede ser que mi amigo exagere, pero seguro se confirma lo que vaticinábamos hacia finales de los 80. El triunfo transitorio del capitalismo no garantiza la paz, por el contrario un mundo unipolar es un mundo amenazado.

El dato mas alentador de estos tiempos es la movilización de los pueblos de todo el mundo. La extendida conciencia no solo sobre el valor estratégico de la paz, sino sobre lo que significa Estados Unidos como amenaza imperialista.

Hace algunos años muchos bienintencionados creyeron que la invasión a Panamá fue por Noriega y no por el Canal. Hace menos tiempo algunas personas honestas creyeron que lo de Afganistán fue por Bin Laden y no por el gas.

Pero hoy solo los cómplices fingen creerle que nada tuvo que ver el petróleo con la invasión a Irak. Y nadie cree que , después Irak, Estados Unidos no seguirá invadiendo otros países , oprimiendo pueblos y despojándolos de sus recursos naturales.

La historia enseña que un imperio necesita algo mas que superioridad militar y económica para sobrevivir. La dominación imperial incluyó siempre una pretendida superioridad cultural , necesitó asentar la opresión en formas de admiración de los oprimidos hacia el amo, del colonizado hacia el colonizador.

Cuando el imperio solo le quedan los cómplices y los pueblos empiezan a sospechar que lo que tienen enfrente es nada mas una maquinaria opresora manejada por imbéciles, el destino de los poderosos empieza a jugar tiempo de descuento.

Porque al fin de cuentas un mono con navaja es peligroso. Pero no es un semidios. Es nada mas que un mono.


Tomado de Rebelión

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