17 de marzo

28 de enero de 2003

NORMAN MAILER / Escritor

"Con Irak, estamos inaugurando el imperio mundial americano"

Taki Theodarcopoulos
Corriere della Sera / El Mundo

El escritor Norman Mailer (1923), considerado por muchos como el novelista vivo más carismático de Estados Unidos (ha recibido dos premios Pulitzer y en su extensa obra se encuentran títulos reconocidos como Los desnudos y los muertos, Los ejércitos de la noche y la más reciente El evangelio según el Hijo), muestra en esta entrevista su férreo rechazo al imperio mundial que está construyendo la Administración Bush.

Se está hablando mucho de Irak...

-No soy partidario de la guerra. Siempre pensé que tenía que haber algo por debajo de la inquina de la Administración Bush hacia Irak. Hace algún tiempo se decía que Irak constituía una amenaza nuclear. Ahora se dice que ya no lo es. Después, la gente de Bush comenzó a proclamar el enorme peligro de un ataque bioquímico contra nosotros, pero no consiguió demostrar que Irak esté dispuesto a realizar esta terrible posibilidad. Y por último, han lanzado otra acusación: Irak es la cueva de los terroristas. Si yo fuese Sadam, las últimas personas a las que querría en mi país sería a los terroristas de otros países.

Me ha sorprendido un artículo que subrayaba que todo el mundo se pregunta por qué no hay un plan sobre lo que se hará en Irak después de ganar la guerra. Y el autor sostenía que ese plan existe. Ocupar Irak durante mucho tiempo. Todo comienza a tener sentido. Porque eso significa que estamos inaugurando el imperio mundial americano. Eso es lo que hay debajo. Y tenga en cuenta que le está hablando un conservador de izquierdas.

-Todo estaba mucho más claro cuando usted se decía anarquista. Entonces se sabía qué significaba eso. Pero, ¿qué significa conservador de izquierdas?

-Creo que en lo que queda de la filosofía de la izquierda (que no ha tenido muchas ideas nuevas en los últimos 30 años) hay elementos que todavía vale la pena mantener.

-¿Por ejemplo?

-La idea de que un hombre muy rico no debe ganar en un año 4.000 veces más que un pobre. Últimamente, en Norteamérica hay dos tipos de conservadores. Aquellos a los que yo llamo conservadores de valores, porque creen en los valores comunes conservadores: la familia, la casa, la fe, el trabajo, el deber, la fidelidad y las virtudes humanas. Y después están los conservadores de bandera, de los que la Administración actual es un ejemplo perfecto. Le gustan palabras como 'mal'. Uno de los peores errores de la retórica de Bush es utilizar la palabra 'mal' como si fuese un botón que se puede pulsar para aumentar su propio poder.

-Volvamos a la cuestión del imperio...

-Detrás de los conservadores de bandera no hay locura, sino lógica. Yo no estoy de acuerdo con ella, pero hay que reconocer que es una lógica potente. Según los conservadores de bandera, Norteamérica se está debilitando. Los medios de comunicación son demasiado libres e incitan al vicio. En el fondo, lo que pretenden es que Norteamérica vuelva a ser una inmensa máquina militar, en la que cada cual tenga su cometido, y donde la libertad sexual se vaya a hacer puñetas. Trabajo y dedicación se convertirán necesariamente en los valores nacionales.

-¿Qué habrían hecho los constructores del imperio sin el 11 de Septiembre?

-No habrían procedido de esta forma. Sin el 11 de Septiembre no se habría planteado una guerra contra Irak. Pienso que la Administración Bush estaría pasando apuros. La atención de los medios estaba centrada en los problemas económicos, en el aumento del paro, en los escándalos de la Iglesia y de las empresas, en los asesinos en serie de los colegios y en la droga.

-En los periódicos de la derecha americana se suele decir a menudo que el Islam es una religión maligna. Dígame qué piensa del Islam, cómo se sitúa el Occidente cristiano y postcristiano respecto al Islam y cómo podría terminar todo esto.

-Los conservadores de bandera no son cristianos. Porque uno de los fundamentos del cristianismo es la comprensión, que, a menudo, suele brillar por su ausencia. Pues bien, lo mismo se puede decir de los musulmanes. En teoría, el Islam es una religión igualitaria. Pero la realidad es muy diferente. Nosotros damos la espalda al cristianismo en cada momento y lo mismo hacen los musulmanes con el Islam. ¿Me pregunta usted si, al final, habrá una guerra? Creo que sí.

- ¿Podemos afrontar el problema de Israel y de su inevitable dilema existencial que son los palestinos? Creo que no ha escrito mucho sobre esto...

-No. Nunca estuve allí. Por una razón: siempre estoy escribiendo un libro. Ir a Israel querría decir otro libro a escribir, y me haría dejar de lado lo que estoy haciendo, que es algo que me interesa mucho.

-Pero usted nunca fue antisionista...

-No. Le diré unas cuantas ideas sencillas sobre Israel. Cuando nació era un país muy pequeño. Si los jefes árabes hubiesen tenido un poco de corazón, habrían dicho: 'Estas personas han estado en el infierno, tratémosles con caridad islámica'. Pero lo que hicieron fue declararlos sus enemigos. Y los israelíes no han tenido más remedio que reforzarse y buscar nuestra alianza. Y al hacerlo, algunos de los mejores aspectos de la naturaleza hebrea, como la ironía, el amor por la verdad, por la sabiduría y por la justicia, perecieron en el intento. Israel se convirtió en otra potencia mundial y ahora trata a los palestinos como si fuesen los hebreos del gueto. Es una de las grandes ironías de la Historia.

-¿Cree que hay alguna manera de terminar este conflicto?

-No la veo. Al menos, no por ahora. Si la guerra contra Irak termina con los americanos instalados en Oriente Próximo, Israel se sentiría mucho más seguro durante las próximas décadas. Pero el apoyo americano podría revelarse peligroso. Porque los americanos del imperio se preguntarán en qué medida el apoyo a Israel puede serles ventajoso y en qué medida puede perjudicarles.

-¿Qué piensa de Ariel Sharon?

-Es lo que es. Un bruto. Un general bravucón. Si hubiese vivido en el gueto, probablemente habría sido uno de los hombres más fuertes y menos amados. Pero ahora es un israelí. Y lo que prima en la mayoría de los israelíes es el patriotismo. Todos son muy patriotas. ¿Cómo no iban a serlo, después de Hitler? En este sentido, estoy seguro de que Sharon piensa que está haciendo lo único que puede hacer, que está haciendo lo justo.

Tomado de Rebelión

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