17 de marzo

30 de marzo del 2003

Primeras conclusiones de la guerra

Informe de iraqwar.ru del del 28 de marzo a las 14:48

www.iraqwar.ru

Traducido para Rebelión por Germán Leyens

Marzo 28, 2003, 1448hrs (GMT +3), Moscú. Según las últimas comunicaciones de radio interceptadas, el comando del grupo de fuerzas de la coalición cerca de Karabela solicitó por lo menos 12 horas más para prepararse para atacar la ciudad. Esta demora se debe a pérdidas mucho más pesadas de lo esperado sufridas por las tropas de la coalición durante las tormentas de arena. Sólo en el caso de la 3ª División de Infantería Mecanizada de EE.UU. hubo más de 200 vehículos de combate de varios tipos incapacitados. Además, los refuerzos recientemente entregados requieren descanso y tiempo para prepararse para los combates.

Al mismo tiempo las Fuerzas de EE.UU. han reiniciado sus ataques cerca de An- Nasiriya y An-Najaf desde las 6.30 a.m. y están aumentando continuamente su intensidad. Durante la noche y en la madrugada del 28 de marzo las posiciones iraquíes en esas áreas fueron sometidas a ocho ataques aéreos de bombarderos y de aviones de ataque de superficie. Sin embargo, hasta ahora la coalición no ha logrado penetrar las defensas iraquíes.

También durante la madrugada, las unidades británicas comenzaron a avanzar a lo largo de la península Fao. Las últimas intercepciones de radio de esta área muestran que bajo un continuo bombardeo de artillería y aéreo los iraquíes han comenzado a retirar gradualmente sus fuerzas hacia Basora.

Los primeros combates entre tropas de la 82a División Aerotransportada y las fuerzas iraquíes ocurrieron en el norte de Irak en el área de Mosul. Al mismo tiempo, se observó la llegada de hasta 1.500 soldados al área. Hasta ahora no ha quedado en claro a cuál de los movimientos políticos kurdos pertenecen esas fuerzas. Los dirigentes del mayor partido de trabajadores kurdos niegan categóricamente la participación de sus tropas. Creen que puede tratarse de unidades de una de las tribus locales no controladas por las autoridades centrales de la autonomía kurda "dispuestas a batirse por cualquiera" por dinero.

Según información verificada, durante las últimas 48 horas de contraataques iraquíes las fuerzas de la coalición sufrieron las siguientes pérdidas: hasta 30 muertos, más de 110 heridos y20 desaparecidos en acción; hasta 30 vehículos de combate perdidos o incapacitados, incluyendo por lo menos 8 tanques y dos sistemas de artillería autopropulsados, 2 helicópteros y 2 vehículos aéreos sin tripulación. Las pérdidas iraquíes fueron de unos 300 muertos, más de 800 heridos, 200 prisioneros y más de 100 vehículos de combate de los cuales 25 eran tanques. La mayor parte de las pérdidas iraquíes ocurrieron debido al fuego de la artillería y los bombardeos aéreos que recomenzaron en la noche del 27.

Primeras conclusiones resultantes de la guerra:

La primera semana de la guerra sorprendió a numerosos analistas y expertos militares. La guerra en Irak mostró una serie de problemas que previamente no fueron discutidos seriamente y que destruyeron varios mitos importantes.

El primer mito trata de las armas guiadas de precisión como factor determinante en la guerra moderna, armas que permiten obtener una superioridad estratégica sin contacto directo con el enemigo. Por otro lado, tenemos que durante los últimos 13 años las guerras fueron ganadas por Estados Unidos con pérdidas mínimas y, básicamente, en primer lugar a través del uso de la aviación. Al mismo tiempo, sin embargo, el comando militar de EE.UU. ignoró porfiadamente que el factor decisivo en todas esas guerras no fue la derrota militar de los ejércitos atacados sino el aislamiento político combinado con una fuerte presión diplomática sobre la dirigencia política del enemigo. Fue la creación de coaliciones internacionales contra Irak en 1991, contra Yugoslavia en 1999 y contra Afganistán en 2001, lo que aseguró el éxito militar.

El comando de EE.UU. prefirió ignorar los obvios fracasos militares de las expediciones a Granada, Libia y Somalia, pasándolas por alto como "operaciones locales" que no merecían mucha atención.

Hoy podemos ver que por sí solo el uso intenso de armas estratégicas y tácticas de precisión teleguiadas no da a EE.UU. una ventaja estratégica. A pesar del uso masivo de las armas más avanzadas, los estadounidenses hasta ahora no han logrado afectar la infraestructura de comando y control iraquí, las redes de comunicación, la dirección superior militar y política iraquí, las defensas aéreas iraquíes. Al mismo tiempo, el arsenal de armas de precisión teleguiadas ha sido reducido en algo como un 25%.

La única ventaja importante de las armas de precisión teleguiadas es que posibilitan evitar víctimas masivas entre los civiles en áreas densamente pobladas.

Lo que presenciamos es una obvia discrepancia entre la capacidad de ubicar y atacar un objetivo con armas de precisión teleguiadas y el poder de esa arma, que no basta para destruir con seguridad un objetivo protegido.

Por otro lado, la munición de precisión teleguiada demostró su superioridad sobre las municiones convencionales en el campo de batalla. La capacidad de atacar objetivos a larga distancia con el primer tiro es el factor decisivo en la superioridad de EE.UU. en las batallas terrestres.

El segundo mito destruido por esta guerra es el mito propagado por los partidarios de la guerra de "alta tecnología", que creen en la superioridad de las armas más modernas y en la incapacidad de las armas antiguas de contrarrestar los sistemas más recientes. En la actualidad, la brecha tecnológica entre las armas iraquíes y las de la coalición llega a entre 25 y 30 años, lo que corresponde a dos "generaciones" en el diseño de armas. Las principales armas iraquíes corresponden al nivel de principios de los años 70. Desde entonces, los estadounidenses, por otra parte, han lanzado por lo menos dos esfuerzos mayores de rearme; el "programa 75-83" y el "programa 90-97". Además, EE.UU. se encuentra actualmente en otro importante programa de modernización y rearme que continuará durante los próximos cinco años. A pesar de esa obvia brecha, la resistencia iraquí ya ha sido calificada públicamente por EE.UU. como "fiera y fuerte". Los analistas creen que la correlación de pérdidas es perfectamente aceptable para los iraquíes y no ven ninguna ventaja estratégica de la coalición en esta guerra. Una vez más, esto demuestra que el éxito en la guerra moderna es logrado no tanto por la superioridad tecnológica sino sobre todo por el entrenamiento, el mando competente y la resistencia de las tropas. Bajo esas condiciones, incluso armas relativamente viejas pueden infligir fuertes pérdidas a un enemigo tecnológicamente superior.

Dos enormes errores cometidos por el comando de EE.UU. durante las etapas de planificación de esta guerra resultaron en su obvio fracaso estratégico. EE.UU. subestimó a su enemigo. A pesar de su extraordinaria capacidad en la realización del reconocimiento de la infraestructura militar iraquí utilizando una amplia red implantada con los equipos internacionales de inspectores de armas, a pesar de una dominación ilimitada del espacio aéreo, el comando militar de EE.UU. no logró evaluar adecuadamente la preparación para el combate del ejército iraquí y sus capacidades técnicas; EE.UU. no estimó correctamente la situación social y política en Irak y en el mundo en general. Esas fallas condujeron a decisiones totalmente inadecuadas en el terreno militar y político:

Las fuerzas de la coalición fueron claramente insuficientes para una operación en tan gran escala. La cantidad de efectivos desplegados fue por lo menos de un 40 por ciento inferior a los niveles requeridos. Es el motivo por el cual hoy, después de nueve días de guerra, EE.UU. se ve obligado al despliegue de emergencia de más de 100.000 soldados del territorio de EE.UU. y de Europa Esto, en esencia, es la misma cantidad de soldados que la que se encuentra combatiendo en Irak.

La concentración y distribución de las fuerzas de la coalición ha sido realizada con un burdo descuido de todas las reglas básicas de combate. Todas las tropas están concentradas en un área pequeña, lo que condujo a cinco días de combates incesantes para ampliarla. El ataque inicial comenzó sin ninguna preparación aérea o de artillería importante y esto llevó casi inmediatamente a un avance a un ritmo reducido y a duras batallas por posiciones.

Vemos actualmente que el avance de EE.UU. se caracteriza por acciones desorganizadas e "impulsivas". Las tropas están tratando simplemente de encontrar sitios débiles en las defensas iraquíes y de irrumpir por ellos hasta que enfrentan la siguiente emboscada o la siguiente línea de defensa.

Ni un solo de los objetivos fijados por las fuerzas de la coalición fue alcanzado puntualmente.

Durante los nueve días de la guerra, la coalición no ha logrado:

-dividir en dos a Irak a lo largo de la línea de An-Nasiriya - Al-Ammara,
-rodear y destruir al grupo iraquí de fuerzas en Basora,
-crear un grupo de ataque entre el Tigris y el Eufrates con un frente hacia Bagdad,
-desmantelar el control militar y político de Irak, desorganizar las fuerzas iraquíes y destruir las principales fuerzas de ataque iraquíes.

Descubren directamente en el campo de batalla toda una serie de problemas que requieren sus propias soluciones. Así, el combate en Irak presentó serias preocupaciones por el problema de la coordinación entre las unidades de los diferentes servicios. El poco tiempo para tomar decisiones y para la capacidad de detectar y enfrentar a un enemigo a gran distancia, convierte al "fuego amigo" en uno de los problemas más serios de la guerra moderna. Por el momento, la coalición no tiene solución alguna para este problema. En uno u otro sitio, las tropas de la coalición se vieron, en cada día de esta guerra, atacando a fuerzas amigas.

El segundo problema de la coalición es su incapacidad de conservar el territorio capturado. Por primera vez desde la guerra en Vietnam los estadounidenses han tenido que enfrentar un movimiento guerrillero y ataques contra las líneas de comunicación de EE.UU. Actualmente, la coalición se apresura a formar algún tipo de unidades de defensa territorial para proteger sus líneas de suministro y para mantener el orden en los territorios ocupados.

Una serie de problemas técnicos con equipos ha sido revelada durante las operaciones de combate. La mayor parte de los operadores del principal tanque de batalla M1A2 Abrams están de acuerdo en que el tanque es inadecuado para la realización de las tareas fijadas de combate. El principal problema es la extremadamente baja confiabilidad del motor del tanque y de su transmisión en condiciones de desierto. El calor del sol, la tórrida arena y el polvo caliente en permanente presencia en el aire anularon casi totalmente las ventajas ofrecidas por las miras térmicas montadas en la torreta. El alcance de visibilidad de esas miras no excedía los 300 metros durante el movimiento en convoy y entre 700 y 800 metros durante las detenciones. Sólo durante noches frescas la visibilidad llegaba a entre 1.000 y 1.500 metros. Además, una gran cantidad de miras térmicas y otros instrumentos electrónicos simplemente fallaron. Las minúsculas partículas cristalinas de arena causaron subidas de tensión y desbarataron equipos electrónicos.

Fue el motivo de la decisión del comando de la coalición de detener los movimientos de tropas de noche cuando se consideraba probable un contacto con el enemigo.

El principal lado fuerte de las fuerzas de la coalición ha sido su amplio arsenal de sistemas modernos de reconocimiento y comunicación que le ha permitido detectar al enemigo a larga distancia y reprimir rápidamente al enemigo con acciones bien coordinadas de los diferentes tipos de fuerzas disponibles.

En general, los soldados de EE.UU. mostraron una resistencia suficientemente elevada en condiciones de combate. Aun bajo condiciones climáticas extremadamente difíciles, los soldados mantuvieron su estructura de control e interpretaron adecuadamente la situación. El espíritu combativo siguió siendo elevado. La mayoría de los soldados siguen confiados en su capacidad, y siguen creyendo en la superioridad de sus armas y manteniendo una razonable confianza en la manera en la que se está librando la guerra.

Debería señalarse, sin embargo, que la manera como se está librando la guerra creó un cierto sentido de desilusión en la mayoría de los soldados. Muchos sienten que se les ha mentido y hablan abiertamente de la estupidez del alto comando y de sus groseros errores. "¡Esos idiotas del Pentágono cubiertos de estrellas nos prometieron una marcha victoriosa y flores sobre el blindaje. Lo que sucedió en cambio fue que esos malditos fanáticos están combatiendo por cada duna y que la arena se nos mete por el trasero!" dijo uno de los heridos que se recuperan en un hospital en Rammstein.

Sin embargo, a pesar de las tormentas de arena, el terreno favorece las acciones de la coalición al permitirle que emplee todo su arsenal de armas a la mayor distancia posible, lo que dificulta las operaciones de combate de los iraquíes afuera de las áreas pobladas.

La sobreestimación de la capacidad de las fuerzas aerotransportadas fue un lado débil de la coalición. Los planes para un uso en gran escala de helicópteros como una fuerza independiente no se pudieron realizar. Todos los intentos del comando de EE.UU. de organizar operaciones aéreas y de superficie mediante el uso exclusivo de fuerzas aerotransportadas han fracasado. Por esos fracasos, al terminar el cuarto día de la guerra, todas las unidades aerotransportadas fueron distribuidas entre las unidades de la coalición y utilizadas por las fuerzas atacantes para reconocimiento, apoyo del fuego, y para contener al enemigo. El principal peso del combate fue realizado por las unidades "pesadas" de la infantería mecanizada y de los tanques.

Otro problema serio de la planificación de la coalición fue la protección excepcionalmente débil en la retaguardia de las fuerzas de ataque. Esto resultó en interrupciones constantes en el suministro de combustible. Las unidades de tanques pasaron a veces hasta 6 horas detenidas a falta de combustible, o sea, como objetivos para los iraquíes. En toda la guerra, el suministro de alimento, munición y combustible, sigue siendo un dolor de cabeza para los comandantes de EE.UU.

Entre los soldados de EE.UU. ha habido amplio descontento por la calidad de las nuevas raciones de combate. Los militares están calificando abiertamente esas raciones de "una mierda". Muchos soldados simplemente toman las galletas y los dulces y tiran el resto de la ración. Los comandantes de las unidades de combate están exigiendo al comando de la coalición que suministren de inmediato a los soldados comida caliente y que modifiquen todo el contenido de las raciones de combate.

Entre las ventajas de los soldados iraquíes están su excelente conocimiento del terreno, la alta calidad del trabajo de ingeniería defensiva, su capacidad de ocultar sus principales fuerzas de ataque y su resistencia y determinación en la defensa. Los iraquíes han demostrado buena organización en sus estructuras de comando y comunicación así como una estrategia firme y bien planificada.

Entre los defectos de las fuerzas iraquíes está la inflexibilidad burocrática de su comando, donde todas las decisiones se toman sólo a los niveles más altos. Sus comandantes superiores también tienden a ejecutar maniobras normadas de "plantilla" y hay insuficiente coordinación entre los diferentes tipos de fuerzas.

Al mismo tiempo, los comandantes de las fuerzas especiales de operación iraquíes hacen buen uso de las tropas y armas disponibles para realizar operaciones detrás de las líneas del frente del enemigo. Utilizan la ocultación, muestran astucia e imaginación.

Las primeras lecciones estratégicas de la guerra:

(Las lecciones de la guerra en Irak son discutidas considerándolas desde el punto de vista de una posible guerra similar entre Rusia y EE.UU.)

La principal de esas lecciones es la importancia cada vez mayor de la ocultación de las tropas como uno de los métodos fundamentales de combate. La ocultación y el estricto cumplimiento de los requerimientos de secreto y seguridad se han convertido en objetivos estratégicos de las fuerzas de defensa ante el hecho de que EE.UU. y sus aliados se basan en armas teleguiadas de precisión, reconocimiento electrónico y óptico, así como por su uso de armas tácticas a la mayor distancia posible, posibilitado por esos métodos de reconocimiento. La importancia de la ocultación se está viendo en Irak y fue claramente demostrada en Yugoslavia, donde el Ejército Yugoslavo mantuvo cerca de un 98% de su fuerza a pesar de tres meses de bombardeo. Dentro de nuestro teatro de batalla ruso/europeo, los métodos de ocultación ofrecerán al ejército ruso una inmensa ventaja sobre EE.UU.

La segunda lección de esta guerra es el papel estratégico de las defensas aéreas en la guerra moderna, como el servicio más importante de las fuerzas armadas. Sólo el total dominio del espacio aéreo de la coalición le permite continuar su avance hacia Bagdad y lograr la ventaja crítica en cualquier enfrentamiento. Incluso la breve interrupción en el apoyo aéreo causado por las tormentas de aérea dejó a las tropas de EE.UU. y de Gran Bretaña en una situación muy difícil.

[La Fuerza Aérea Rusa (VVS) y la Fuerza de Defensa Aérea (PVO) y el papel secundario de la fuerza de defensa aérea dentro de esta nueva estructura.]

La tercera lección de la guerra es la creciente importancia del reconocimiento de combate y la creciente existencia de armas antitanque capaces de atacar al enemigo a máxima distancia. Existe una necesidad en el campo de batalla de nuevos sistemas de armas para unidades pequeñas que permitan la detección del enemigo a máxima distancia de día y de noche; para el ataque efectivo contra tanques modernos entre 800 y 1000 metros; para el ataque de la infantería del enemigo a una distancia de 300 a 500 metros incluso con el equipo de protección personal más moderno de la infantería.


Tomado de Rebelión

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