25 de septiembre del 2002
Isaac Bigio
Rebelión
En el día que el parlamento británico debe discutir una eventual guerra contra Irak, el premier Tony Blair ha publicado su tan prometido dossier sobre las 'Armas de Destrucción Masiva de Irak'. Días antes él había reclamado que las revelaciones de dicho documento son tan significativas que harían inclinar la balanza en favor de una actitud dura contra Hussein.
Mientras que en EEUU se requiere una votación congresal para declarar una guerra, en el Reino Unido esta facultad únicamente la tiene la monarca. Gran Bretaña no es una república y al parlamento varias veces se le han presentado los hechos consumados después que el gobierno haya atacado otro país.
Sin embargo, el debate parlamentario es importante para ganar a la opinión pública, la misma que no es partidaria de una nueva incursión bélica. Una reciente encuesta publicada hoy en The Guardian muestra que los laboristas están perdiendo puntos. En Europa hay una creciente desconfianza hacia un nuevo conflicto en el medio oriente que se teme podría sacudir toda la región. Una de las bases de la re-elección del canciller germano Schroeder fue la de haber querido capitalizar ese sentimiento.
Blair ha logrado ir ganando a varios de sus ministros a su posición así como al jefe de la oposición conservadora, Ian Duncan Smith. Este último sostiene que el peligro irakí es real y amenaza la seguridad británica. Previamente él ha llegado a declarar que no quisiera un ataque nuclear contra Irak, pero que no descarta esa posibilidad.
Mas, el Dossier de Blair no ha convencido a diversos congresistas de su partido. Algunos laboristas han hecho suyas las posiciones del derrotado candidato presidencial demócrata Al Gore quien asevera que un ataque contra Irak es nocivo pues implicaría distraer fuerzas en la lucha contra el terrorismo. Mucho se ha planteado la posibilidad que Gran Bretaña aliene a sus más de 3 millones de musulmanes así como a su imagen dentro del mundo árabe e islámico.
Charles Kennedy, el jefe de los liberal-demócratas, la tercera fuerza, se ha pronunciado en contra de cualquier acción militar contra Irak sin la ONU, y ha cuestionado todo posible uniletaralismo de Londres o Washington sosteniendo que él ve elementos de imperialismo en la posición norteamericana.
En su documento Blair se basa en informes del JIC (comité conjunto de inteligencia del Reino Unido). Según éste Hussein tiene significativas cantidades de armas químicas y bacteriológicas, las mismas que podría activar a 45 minutos de dada la orden. Saddam ha demostrado que ha usado dichas armas contra su propia población y hay planes para hacer eso.
Bagdad, según dicho informe, ha desarrollado laboratorios móviles y muchas de las plantas que procesan armas químico-bactereológicas tiene doble uso, por lo que pueden ser camufladas como fábricas que producen bienes civiles. En contra de resoluciones de la ONU se habrían ilegalmente retenido 20 misiles al-Husseini, los mismos que tienen un alcance de 650 kilómetros y que pueden hacer detonar armas químico-bacteriológicas. Mas, ello es una cifra muy pequeña en relación a los misiles que Hussein poseyó antes. Según este informe Irak lanzó 500 misiles Scud contra Irán, antes de la guerra del golfo Irak habría importado unos 250 misiles Scud y 93 fueron empleados en dicha confrontación. También Irak estaría ilegalmente financiando programas militares con ingresos de $ 3,000 millones que no son controlados por Naciones Unidas.
Irak estaría burlando numerosas resoluciones de Naciones Unidas y burlando a los inspectores de ésta. Una forma de hacerlo es evitar que ellos puedan entrar a complejos que el estado aduce ser palacios gubernamentales.
En cuanto a armas nucleares el informe claramente concluye que Irak no posee ninguna planta de energía atómica y que los dos reactores nucleares que construyó ya no existen, uno de ellos fue destruido por bombardeos israelíes (Junio 1981) y el otro se paró su edificación. Sin embargo, hay informes que Irak habría estado comprando uranio en un país no especificado del África y que ello podría permitir, aunque el informe no detalla muy bien cómo se haría ello, que en uno o dos años este país lograse contar con un arma similar a la detonada por EEUU en Hiroshima.
Si se examina bien el reporte se puede ver que el radio máximo de acción que podrían tener los misiles irakíes se limita a Israel o Chipre. Ninguna nación europea como tampoco cualquiera de las potencias del Grupo de los 7 está a su alcance. Tampoco se reclama que Bagdad tenga arsenal nuclear.
Uno de los elementos que se ha venido azuzando para bombardear Irak es que su régimen tendría lazos con Al Qaeda o el terrorismo internacional. Mas, nada de ello se plantea en el dossier de Blair.
Hay un capítulo dedicado a mostrar el terror que usa Hussein, pero éste se circunscribe a las matanzas que él ha cometido contra su propia población o contra la de sus dos vecinos con los que estuvo en guerra (Irán y Kuwait). No hay ninguna sugerencia que la dictadura de Bagdad estuviese patrocinando grupos que promuevan atentados en occidente.
En el informe Blair se explica que en Irak se iniciaron los proyectos de guerra química en 1971 y los de guerra biológica a mediados de los 1970s. 'Irak ha usado armas químicas extensivamente desde 1984.' En marzo 1988 aviones irakíes dispararon gas mostaza contra conacionales kurdos asesinando 5,000 civiles en Halbja.
Lo que el informe no quiere abordar es examinar cual fue la relación que tuvo el reino Unido o Estados Unidos frente a Irak en esos años. Occidente apuntaló a Hussein desde que él fue presidente (1979) hasta cuando él invadió Kuwait (1991). Gran parte del arsenal químico- bacteriológico de Saddam fue proporcionado por miembros de la OTAN.
El informe detalla como Hussein lanzó cientos de misiles contra civiles iraníes y que la guerra Irak-Irán costó dos millones de vidas. También el dossier sostiene que Hussein fue quien inició dicho conflicto por temor al estallido de la revolución iraní de 1979. Entonces, el principal oponente de dicho levantamiento era EEUU y sus aliados. Para la OTAN el derrocamiento del Shá amigo había generado un régimen hostil que amenazaba sus intereses petroleros en la zona y a Israel. La mejor carta que tuvo occidente para contrarrestar a dicha insurgencia iraní fue empujar a su vecino mejor armado (Irak) en contra suya. Saddam invadió Irán por encargo occidental y de las petro-monarquías árabes asociadas.
El informe Blair denuncia a Hussein por haber ejecutado 4,000 prisioneros en la prisión de Abu Ghraib en 1984 pero entonces occidente le veía como un régimen que estaba haciendo el trabajo sucio contra Irán y se desentendía de apoyar a la oposición democratizante irakí. Hasta 1985 Gran Bretaña vendía oficialmente armas a Irak, aunque después de esa fecha se afirma que se mantuvo un flujo no-oficial de éstas. En 1986 dejó de hacerlo pero las exportaciones británicas a Irak crecieron a $655 millones. Al mes del exterminio de 5,000 kurdos con gases en Junio 1988, Alan Clark, representando al departamento de comercio británico, voló a Bagdad para ofrecerles $340 millones de créditos de exportación. En 1987 EEUU ofreció un crédito de mil millones de dólares para adquirir productos agrícolas.
La guerra que Hussein libró contra Irán y contra disidentes kurdos y chiítas en los 1980s sirvió a occidente para controlar la amenaza de los ayatolas. En Irán el conflicto sirvió para reprimir a la oposición interna y consolidar la nueva teocracia.
El informe Blair ha vuelto a mostrar algo que es compartido por la mayor parte de la opinión pública mundial. Esto es, que en Irak hay una dictadura brutal que tiene armas químicas y bacteriológicas y que éstas han sido utilizadas contra civiles.
No obstante, no se ha probado que Irak esté preparando una guerra contra algún vecino o que esté ligado a operaciones terrorista contra Occidente, Irán o Rusia. Ninguno de los vecinos, incluyendo a quienes Irak invadió, le consideran una amenaza seria.
Diversos críticos a Blair sostienen que mientras Londres busca invadir Irak no dice mucho cuando en esos mismos momentos la sede de la Autoridad Palestina viene siendo atacada por el ejército de Sharon. Según diversos laboristas en el Medio Oriente hay otro país que ha violado muchas más resoluciones de Naciones Unidas, que sí tiene arsenal nuclear, químico y biológico, que sigue atacando a poblaciones civiles que controla y que está encabezado por un mandatario acusado de crímenes de guerra contra la humanidad por un tribunal belga. Sin embargo, el régimen del general Ariel Sharon es considerado democrático y aliado a Occidente.
El mismo día que Blair hace conocer su informe, el diario The Independent trae un artículo donde se consigna que 7 organizaciones de mujeres hebreas han enviado una carta a las víctimas de la masacre de Sabra y Chatila, perpetuada hace 20 septiembres, en la cual se solidarizan con los cientos de mujeres y niños árabes que allí fueron asesinados bajo la mirada complaciente del ejercito de ocupación de su propio país. Estas mujeres judías afirman que buscan conseguir la paz y la hermandad entre su pueblo y que quieren que Sharon sea juzgado como criminal de guerra.
La cuestión de Israel genera sentimientos encontrados en occidente. Muchos conciben que ser críticos a ese país es jugar con el anti-semtismo o poner en riesgo al que es considerado la única democracia viable de la región. Sin embargo, para muchos judíos la mejor manera de defender a su comunidad y expandir la democracia es, precisamente, distanciándose de acciones contra otros pueblos, las cuales a la larga pueden ser contraproducentes.
Todos los estados árabes que pueden ser usados en un ataque contra Irak también tienen autocracias que han masacrado civiles y reprimen minorías étnicas. Turquía tiene un historial de mayores atrocidades contra los kurdos y armenios que Irak. Rusia ha destruido por completo la capital chechena arrasando decenas de miles de civiles en el Cáucaso.
A la par del Informe Blair el presidente Bush ha publicado La nueva estrategia de seguridad nacional de Estados Unidos. En éste documento se delinea la nueva estrategia norteamericana que pasa por renunciar al multilateralismo que siguieron su padre y Clinton. La nueva tesis es que EEUU debe sacar ventaja de su abrumadora supremacía militar para poder irrogarse el derecho de poder entrar en cualquier parte del planeta donde sienta que sus intereses o los del modelo de economía libre de mercado que patrocina se sientan amenazados. EEUU incluso acepta la posibilidad de poder desplegar sus ataques sin venia de la ONU. El nuevo enemigo serían ya no estados expansionistas sino 'fracasados'.
Mientras Blair y Bush presentan sus respectivos documentos EEUU está planteando a la OTAN crear una fuerza multi-nacional rápida de 20,000 hombres que pudiese ingresar a cualquier país. Francia y Alemania quisieran que ésta se sometiese a la ONU, pero EEUU busca que sea un ente autónomo bajo su conducción.
Para Washington las relaciones con Berlín han quedado 'envenenadas' debido a que la Socialdemocracia germana se ha valido de utilizar sentimientos anti-estadounidenses en su campaña electoral para plantear que ni si quiera bajo autorización de la ONU su país apoyaría una incursión contra Irak.
El informe Blair se ha publicado en Londres, en medio de una semana que ha estado abierta por la mayor marcha conservadora de la historia y que se cerrará este Sábado 28 con la que promete ser la mayor movilización anti-guerra. Dentro de los organizadores de ésta no sólo hay quienes quieren la paz con Irak sino también sectores revolucionarios que prefieren la victoria militar de Irak por que aducen que ésta debilitaría la prepotencia de la mayor potencia nuclear. Algunos de ellos sugieren que si se estalla la guerra contra Irak el 'cambio de régimen' se dará en Londres y no necesariamente en Bagdad, pues los británicos pueden acabar echando al premier por esa incursión impopular.
El Dossier Blair ayudará al campo intervencionista a probar que Hussein representa una amenaza real a la civilización democrática occidental y que se requiere atacar al cachorro antes que se vuelva león. Los ataques preventivos como el que se daría contra Irak ayudarían, según este sector, a democratizar y estabilizar al medio oriente.
Para los oponentes a una guerra, el Dossier Blair no ha probada nada nuevo. Es mas, ha demostrado que Irak no tiene armas nucleares ni de largo alcance y que tampoco promueve el terrorismo en otros países.
Sea cual sea la votación del parlamento británico ésta es irrelevante. Si la reina es movida por Blair a declarar la guerra Gran Bretaña atacaría Irak. Lo importante del debate es que, en caso de darse el conflicto, se pudiese ganar o neutralizar a la opinión pública.
(*) Isaac Bigio, es Analista Internacional
Tomado de Rebelión
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