17 de marzo

11 de febrero de 2003

LA CRISIS MUNDIAL

Irak condenado sin remedio

Enrique Oliva
ARGENPRESS.INFO

Una mirada sobre la crisis mundial del ex corresponsal del diario Clarín en Medio Oriente, Enrique Oliva (Francois Lepot).

La colonización iraquí ya está decidida. Pese a todos los esfuerzos de la humanidad y las declaraciones pacifistas de tantos gobiernos y especialmente de los pueblos de la tierra, el ataque ha comenzado (lo informó el diario La Nación del domingo 2 de este mes de febrero). Es ilusorio suponer que la dura posición del Vaticano, del buenazo de Mandela, del Parlamento Europeo y de representativas personalidades científicas y culturales del globo, van a detener la invasión a un país donde los inspectores de la ONU por años buscan infructuosamente pruebas de la existencia de armas de destrucción masiva que signifiquen un peligro para la humanidad.

Por la desgracia de tener mucho petróleo

Ahora, dispuesto a actuar por las suyas, el domingo 9 del corriente febrero, Bush ha mandado un ultimátum a Bagdad, dándole 48 horas (es decir hasta el miércoles 12, para abandonar Irak, y 7 días a la ONU para que autorice el ataque.

No es de suponer que las altisonantes declaraciones de Berlín, París, Beijin, Moscú, Bruselas y tantas otras capitales tendrán éxito. Pese a la opinión de sus pueblos, ninguna gran potencia está dispuesta a quedarse fuera de la repartija del petróleo que pasará a manos norteamericanas. Algún acuerdo o subterfugio encontrarán para un imposible intento de salvar las apariencias y dejarle las manos libres al imperio colonizador, como lo entendió rápidamente la Gran Bretaña. Tampoco puede imaginarse que entre todos los objetores juntos a la operación armada, tengan la suficiente fuerza para interferir en las decisiones de Washington, al menos por ahora. Esperan que se le compliquen las cosas a Estados Unidos, cuando está lejos de terminar la operación Afganistán, país demolido y aun no pacificado ni menos democratizado.

Es inútil el entretenimiento actual de ampliar el número de inspectores y buscar una nueva resolución del Consejo de Seguridad, cuando el presidente Bush está tercamente dispuesto a concluir su cruzada petrolera. ¿Y quien se atreverá a impedírselo? Su objetivo es dominar Irak, cuando ya tiene suficientes bases militares en Kuwait y Arabia Saudita para imponer su voluntad.

Tan evidente y cruda es la realidad, que el mundo ya conoce el plan de ocupación de Irak. The New York Times adelantó parte del programa el 6 de diciembre último. Allí anunciaba que Estados Unidos tomará el total control militar (y económico) por lo menos durante 18 meses, sin la injerencia de nadie. Para esa 'administración? Bush está completando el proyectado envío a la región de 250.000 hombres, cuando no espera 'combates terrestres?. El Sunday Times de Londres ya dijo avergonzado que el ejército inglés cumplirá en la ocupación de Irak solo el papel de 'bobby? (es decir, cuidarán el orden callejero y dirigirán el tránsito), como lo ha repetido irónicamente el ABC de Madrid el 27 de enero.

Medios del viejo mundo han difundido una encuesta de EOS Gallup Europe, diciendo que el 82 % de los europeos no quiere la guerra sin la aprobación de la ONU. Y el 79 % de los españoles 'ni con la UNU?. El 73 % de los europeos opinan que Washington solo busca el petróleo y este porcentaje sube al 95 % en Grecia. En otra nota del primero de febrero pasado, el enviado especial del conservador ABC, informa que no dejan de llegar a Bagdad delegaciones solidarias (incluso para servir de escudos humanos) provenientes del mundo entero, excepto de Israel y Kuwait. ¿Imaginó alguien que una sangrienta locura petrolera podría llegar a colocar a la mayoría de la humanidad al lado del pueblo iraquí, a pesar del dictador Hussein?

¿Cómo será esta guerra?

Espantan los difundidos comentarios de cómo se desarrollará el monstruoso operativo. Con todo entusiasmo, el belicista Washington Times de la secta Moon (no confundir con el Washington Post) informa: 'Bush aprueba el uso de armas nucleares como respuesta a los ataques terroristas con armas biológicas y químicas. Por su parte, The Angeles Times, afirma que el Pentágono analiza un golpe nuclear táctico inclusive en forma preventiva.

Cables de EFE y DPA dicen que 'en las primeras 48 horas 800 proyectiles arrasarán Bagdad? (una ciudad de 4.500.000 habitantes). Estas agencias citan a la cadena CBS de Estados Unidos, asegurando que 'no habrá un lugar seguro en Bagdad?. También los halcones se deleitan describiendo la capacidad de muerte de las nuevas armas ('las viejas se gastaron en Afganistán, como ocurrió con las anticuadas bombas de 7.000 kilos). 'Un misil Tomahawk dicen- lleva 3 kilos de uranio empobrecido en su punta. ¿Y la radiación que dispersarán, no afectará también a las tropas norteamericanas, como ocurrió en la Guerra del Golfo?

Está previsto que la ocupación se hará sobre tierra arrasada, y un alto funcionario calificó el plan como 'un montón de mierda'.

Por supuesto, en este operativo colonialista, ningún tribunal juzgará excesos de los militares yanquis. Tampoco es probable la intervención de la Cruz Roja Internacional, tal como lo prohibió el comandante aliado general Eisenhower al concluir la Segunda Guerra Mundial.

Que nadie espere fotos o películas con víctimas civiles de los bombardeos. Se cumplirá así lo dado en llamar cambiar sangre por petróleo, aunque ambas cosas las pondrán los iraquíes. Los beneficios del oro negro servirán en primer lugar para que Estados Unidos se cobre sus gastos de guerra, nivele el presupuesto y trate de frenar la por ahora inatajable creciente crisis económica. Todo ello ocurrirá, desgraciadamente, con resultados finales nefastos. Pero los pueblos del mundo claman: no en mi nombre.

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