17 de marzo

Lunes 7 de abril de 2003

La guerra de palabras expone mentiras en Irak

Robert Fisk
The Independent

¿Por qué contribuimos a difundir las mentiras y la propaganda y nos volvemos cómplices de esta guerra sucia? ¿Cómo es posible, por ejemplo, que ahora sea el "estilo" de la BBC referirse a los invasores angloestadunidenses como "la coalición"? Es mentira: la coalición que nos quieren hacer recordar es la que se integró para expulsar de Kuwait a las tropas iraquíes de ocupación en 1991, alianza en la que participaron docenas de países, casi todos los cuales condenan hoy la aventura del presidente George Bush hijo en Irak. Hay unos cuantos integrantes de las fuerzas especiales australianas vagando por el desierto, por cortesía del excéntrico primer ministro de ese país, John Howard, pero eso es todo. ¿Qué funcionario de la BBC decretó el uso de ese término deshonesto: coalición?

Claro, hay una "coalición de los dispuestos" -para usar la extraña frase de Bush-, pero es una referencia a las naciones que han concedido derecho a los aviones de Estados Unidos de volar sobre su territorio o han dado a Washington apoyo político, pero no militar. Así pues, la frase "fuerzas de la coalición" sigue siendo una mentira.

Y luego están las alusiones históricas para justificar lo injustificable. Cuando Jonathan Charles -un periodista incrustado- informó en los primeros días de la invasión que el ejército británico en las afueras de Basora mantenía vigilancia sobre la frontera con Irán porque los iraníes habían "provocado" una insurrección en la ciudad en 1991, su reporte se basaba en una falsedad. Los iraníes jamás azuzaron una insurrección en Basora. Fue el presidente Bush padre quien lo hizo, al instar a esa rebelión y después traicionar a los musulmanes chiítas que atendieron su llamado. Los iraníes hicieron cuanto estuvo en su mano para evitar inmiscuirse en la revuelta.

Luego estuvo la desinformación sobre el "aseguramiento" de Basora, la cual fue seguida por la admisión de que, si bien los británicos habían "asegurado" la ciudad, en realidad no la habían capturado, cosa que a la fecha aún no logran. Lo mismo puede decirse de los marines que supuestamente habían "asegurado" Nasiriya pero no la capturaron hasta la semana pasada. Y, dada la anarquía que se desató en la ciudad, parecen haberla capturado pero sin hacerla segura. Las fuerzas estadunidenses rescataron valientemente a una soldado de su país que había sido capturada; lo que no entró en la misma información fue que también "rescataron" a 12 compatriotas que ya estaban muertos.

Los iraquíes intentan imitar las operaciones de propaganda del Centcom, aunque con menos sutileza. El intento de presentar un ataque estadunidense con misiles crucero a una oficina de la policía secreta en el distrito de Mansour, la semana pasada, como una acción destinada a destruir un hospital de maternidad -el cual estaba al otro lado de la calle y no sufrió sino la rotura de algunas ventanas- siguió totalmente ese modelo de "los bárbaros que crucifican monjas".

Los comunicados militares iraquíes inevitablemente reportan tan gran número de tanques y vehículos de transporte de tropas destruidos a los angloestadunidenses, que resulta imposible creerles. En Najaf, el comando general de las fuerzas armadas iraquíes (comunicado número 16) afirmó el viernes que las fuerzas iraquíes habían destruido 17 tanques, 13 vehículos de transporte y un helicóptero Black Hawk. Caramba.

Este domingo, según el ministro de Información, Mohamed Sahaf, las tropas iraquíes destruyeron cuatro vehículos estadunidenses de transporte de tropas y un avión.

A veces los comunicados son verificables. Es verdad que un Apache fue derribado por un granjero y el Centcom admitió que un bombardero F-18 fue derribado sobre Irak la semana pasada. Sin embargo, los meros detalles militares que divulgan las autoridades iraquíes -aunque con frecuencia grotescamente exagerados- ponen fácilmente al descubierto las mentiras que los estadunidenses endilgan a los corresponsales en su cuartel en Qatar, dotado de aire acondicionado y de instalaciones de alta seguridad.

Otra disfrutable mentira fue esa afirmación estadunidense de que los trajes antiquímicos proporcionados a soldados iraquíes "probaban" que Irak poseía armas de destrucción masiva. Los iraquíes respondieron con sencillez que esos trajes eran parte del equipo normal, pero, puesto que las fuerzas británicas y estadunidenses cuentan asimismo con ellos, entonces también deben de estar en posesión de armas prohibidas.

La mentira iraquí de que la nación permanece unida en torno a su amado líder apenas si es puesta en duda en las conferencias de prensa que da Taha Yassin Ramadam, vicepresidente iraquí. En efecto, la unidad pudiera ser el único elemento que Irak jamás poseerá bajo sus ocupantes estadunidenses, pero su existencia en el régimen de Saddam ha sido impuesta mediante el terror.

Y luego está la famosa etiqueta "guerra en Irak" que los medios estadunidenses y británicos gustan de promover. Pero ésta es una invasión, no una simple guerra. ¿Y no está volviéndose una ocupación más que una "liberación"? ¿No deberíamos recordar en nuestros reportes que esta invasión carece por completo de legitimidad? Claro, los estadunidenses aseguran que no necesitaban más que la resolución original 1441 del Consejo de Seguridad de la ONU para ir a la guerra. Pero si fuera cierto, ¿por qué Gran Bretaña y Estados Unidos procuraron en vano una segunda resolución?

No puedo dejar de pensar que los lectores y televidentes se dieron cuenta de la mendacidad de todo este juego de manos, y que los periodistas los insultamos al creer que podemos engañarlos. Por eso seguimos hablando de una "campaña aérea" -como si la Luftwaffe estuviera despegando de Cap Gris Nez para bombardear Londres- cuando ni un solo avión iraquí ha dejado el suelo.

Así que, en suma, son "las fuerzas de la coalición"; una guerra, no una invasión; liberación en vez de ocupación, y la toma de ciudades que son "aseguradas" más que capturadas y que, cuando son capturadas, son inseguras.

Y todo esto por las víctimas del 11 de septiembre.

© The Independent
Traducción: Jorge Anaya


Tomado de La Jornada

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