17 de marzo

9 de abril de 2003

El asesinato de un niño

"Hice lo que tenía que hacer"

Iraqwar.ru

Traducido para Rebelión por Germán Leyens

Cuando un pequeño muchacho iraquí se agachó para recoger una granada propulsada por cohete [RPG] del cuerpo de un paramilitar muerto, el soldado raso del Ejército de EE.UU., Nick Boggs, tomó su decisión.

Descargó el fuego de su ametralladora, y el niño, piensa que tenía unos 10 años, cayó muerto sobre un pedazo de tierra árida cubierta de basura en Karbala.

Boggs, 21 años, ex guía de caza de Alaska, de hablar suave, dice que sabía cuando entró al ejército hace 18 meses que algún día tendría que tomar una decisión semejante.

Esperaba que nunca llegaría el día, aunque no lamenta haber abierto fuego, pero es evidente que hubiese preferido no haber matado a un niño.

"Hice lo que tenía que hacer. No me causa un gran problema, pero todo el que mata a un niño pequeño tiene que sentir algo", dijo después de duros combates durante el fin de semana en esta ciudad sagrada musulmana shií, que resultaron en las muertes de docenas de iraquíes y de un soldado estadounidense.

A medida que las tropas de EE.UU. sacan la guerra de Irak del desierto y la llevan a las principales ciudades, ven cada vez más niños en su línea de fuego.

Muchos son civiles inocentes en el sitio equivocado en el momento equivocado y los oficiales militares aceptan que algunos pueden haber sido matados por fuego de artillería o morteros, o haber sido alcanzados por soldados cuyo criterio ha sido afectado por la "niebla de la guerra".

Pero parece que otros están siendo utilizados como combatientes o más a menudo como exploradores y recolectores de armas. Los oficiales y los soldados dicen que eso lo convierte en objetivos legítimos.

"Pienso que son cobardes", dice Boggs de los padres o de los paramilitares fedayin que envían niños al campo de batalla.

"Pienso que creyeron que no dispararíamos contra niños. Pero les mostramos que no nos importa. Vamos a hacer lo que tenemos que hacer para mantenernos en vida y seguros."

El niño que mató estaba con otro de aproximadamente la misma edad cuando se acercaron a la RPG y les dispararon. Boggs piensa que el segundo niño también fue alcanzado pero otros soldados piensan que escapó y que se llevó el cuerpo de su amigo muerto.

El jefe del batallón de Boogs, el teniente Jason Davis, dijo que el joven soldado sufre con lo que sucedió aunque no le quedó otra alternativa que disparar.

"¿Si no lo afecta? Claro que sí. Me afecta a mi y ni siquiera apreté el gatillo", dijo. "Me horroriza que puedan poner a sus hijos en una situación semejante."

Aunque Boggs resta importancia a las sugerencias de que el incidente lo haya afectado, también dice que su visión del combate ha cambiado desde el sábado, cuando su batallón fue recibido con intenso fuego de RPG y de rifles desde el instante mismo en que penetraron en Karbala hasta mucho después del anochecer.

Antes -como muchos jóvenes soldados- dice que estaba ansioso de lograr su primera "muerte" en una guerra. Ahora, parece más maduro.

"No se trata de matar gente. Se trata de cumplir una misión... Cuando hablamos no mencionamos lo atemorizados que estábamos. Pero descubrimos cómo se siente uno cuando una RPG da en el muro cercano y piensas '¡maldita sea, yo podría haber estado ahí!'", dijo.

8 de abril de 2003
http://www.smh.com.au/articles/2003/04/08/1049567660897.html


Tomado de Rebelión

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