31 de enero del 2003
Agustín Velloso
CSCAweb
"Como no se espera que el presidente del gobierno español conteste a estas preguntas que se hacen sus ciudadanos, al menos que sepa que respecto del embargo y la guerra contra Iraq, lo que hagan él y sus amigos, no lo harán en ningún caso en nuestro nombre. No en nombre de los ciudadanos a quienes no se ha informado adecuadamente sobre este embargo genocida que dura ya trece años y a los que no se informa sobre el crimen contra la Humanidad que se nos presenta como necesario e inevitable: la guerra contra Iraq".
Si llega una nueva guerra declarada contra Iraq, ya que de los " [...] bombardeos casi diarios desde 1998 en el norte y sur del país por parte de la aviación de EEUU y Gran Bretaña" -según palabras textuales del Comité Internacional de la Cruz Roja [1]- el Sr. Aznar no dice ni una palabra, conviene que los ciudadanos de un país con una "tradicional amistad con los árabes" conozcan lo que les oculta su propio gobierno.
1. ¿Por qué se inicia el embargo? Antes de 1990, Iraq es un país que, según el mismo informe citado CICR, "[...] exhibía uno de los niveles de vida más altos y las más modernas infraestructuras de Oriente Medio, con hospitales gigantes de estilo occidental y últimas tecnologías y con un sistema educativo desarrollado". Antes de 1990 también se dotó de uno de los ejércitos más poderosos de la zona. Lo uno y lo otro lo pagaba el petróleo. Eso lo saben bien los que hoy le acusan de esconder armamento porque son los mismos que se lo vendieron. En los años 80 no importaba si lo usaba, porque lo hacía contra el número uno de los enemigos de Occidente de entonces, Jomeini, y su exportación desde Irán de la revolución chiíta, con lo cual se desangraban los dos y las ventas seguían creciendo.
Pero un país que destaca en la zona por su progreso económico y militar y por su anti-imperialismo y anti-sionismo, no es del gusto de quien promociona regímenes vecinos prestos a cumplir los mandatos del amo a cambio de ayudas bilaterales y préstamos del Banco Mundial, aunque sean gobiernos dictatoriales, aunque violen resoluciones de NNUU (Naciones Unidas), aunque violen los derechos humanos. No se sabe que el Sr. Aznar haya propuesto o apoyado un embargo contra Israel o Turquía, por ejemplo.
2. ¿Por qué la guerra en el año 2003? El fin de las sanciones era provocar la caída del régimen a manos de la población iraquí, algo más barato y más correcto políticamente que hacerlo mediante una intervención armada exterior. Iraq está sometido al régimen de sanciones más prolongado y exhaustivo impuesto jamás a un país. Lo que denunció al comienzo del mismo el gobierno de Iraq en un documento titulado sin rodeos "Bush asesina a los niños de Iraq" (Ministerio de Cultura e Información, Bagdad, 1991), es decir, el precio que estaba pagando el pueblo y que habría de pagar si se prolongaba el embargo, lo ha reconocido paulatinamente la comunidad internacional mediante decenas de informes sobre las calamidades sufridas por el pueblo iraquí: la Organización Mundial de la Salud, el Unicef, la UNESCO, el Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas y un largo etcétera, eso sin contar las ONG de todos conocidas.
Aunque parezca mentira, el propio Consejo de Seguridad también lo ha reconocido, aunque eso no signifique que entone el mea culpa y menos aún que solicite sanciones para el promotor del embargo ni para sí mismo. En el informe encargado el 30 de enero de 1999 a un panel de especialistas [2] , se lee que " [...] el país ha experimentado un cambio de relativa riqueza a una pobreza imponente, que la mortalidad infantil está hoy entre las más altas del mundo, que al menos el 23% de los recién nacidos tiene un peso insuficiente, que la malnutrición crónica afecta a uno de cada cuatro niños menores de cinco años, que sólo el 41% de la población tiene acceso a agua potable, que el 83% de edificios escolares necesita una importante reconstrucción y que el sistema sanitario está hoy en un estado decrépito".
A pesar de este estado deplorable de Iraq, el pueblo no ha derrocado al régimen. Esto es sencillamente lo mismo que los españoles hubieran hecho si, so capa de mandar a Franco al paro para terminar con la dictadura, EEUU hubiera troceado la península en tres zonas, hubiera bombardeado fábricas e instalaciones, hubiera prohibido la importación de medicinas, de piezas de recambio para la industria, de productos de primera necesidad, todo ello con el resultado de un millón y medio de víctimas civiles, de los que medio millón es de niños, y por último amenazaran con dejar el suelo patrio como un solar.
Así que tras constatar que Sadam Husein ya ha resistido de momento a dos presidentes de EEUU, que el embargo hace agua por todos lados y que la población ha dado muestras de apreciar menos a Bush que a aquél, con buenas razones, desde luego, no queda otra salida que acabar con él. En la lógica despiadada de los gobiernos de EEUU y Gran Bretaña no importa en absoluto que este asalto final lleve consigo la muerte de miles, tal vez cientos de miles, de seres humanos, de la misma forma que las sanciones impuestas para deshacerse de Husein han ocasionado la destrucción de una nación entera, la muerte de más del 5% de su población y un negrísimo porvenir para los supervivientes.
3. ¿Qué pinta el Estado español en todo esto? Eso es lo que también se pregunta el gobierno iraquí. El vice-primer ministro, Tareq Aziz, dijo el pasado 2 de enero en Bagdad a una delegación de solidaridad del Estado español opuesta a la guerra y al embargo: "España es un país amigo. Si se mantiene con la ONU, Iraq lo entenderá, pero si se une a EEUU, dejará de serlo" [3] . Claro como el agua, correcto en todo momento. Y añadió: no solamente sería una mala acción en lo moral y lo legal, sino que no le interesa a España. ¿Acaso va a obtener tras la guerra contratos en la industria petrolífera, le dará EEUU participación en los beneficios? A cambio, las palabras de Aznar no destacan por su corrección, ni por su acierto político, ni por su calidad moral ni legal: "En un conflicto, España sabe con quién ha de estar y estará con sus amigos, con EEUU". ¿Acaso no sabe el Sr. Aznar que en todo caso España habrá de estar del lado de la legalidad internacional? El Sr. Aznar no es libre de escoger tan malas amistades mientras sea presidente de un Estado miembro de NNUU. Ésta no ha autorizado los bombardeos diarios más arriba señalados.
Tampoco autoriza la partición de Iraq, Estado soberano, independiente y miembro de NNUU. ¿Nos vamos a aliar con un Estado que ha sido ya condenado en una ocasión por la Corte Internacional de Justicia por violar la ley internacional durante la guerra sucia que emprendió contra Nicaragua? ¿Ha olvidado el Sr. Aznar ese pasado delincuente de su amigo y no quiere ver el presente de muy probable reincidencia, a pesar de que NNUU ha mantenido en sus resoluciones la integridad territorial y la soberanía de Iraq? No le resultará fácil convencernos de que es mejor ser amigo de Bush que de la ley internacional, y menos si repite como un papagayo, igual que hace su Ministra de Exteriores, seguramente preparando el terreno de su intervención pública, las banales excusas destiladas por Bush y Blair sobre "armas de destrucción masiva escondidas", "actitud torticera de Sadam", "peligro grave para la paz mundial" y otras historias para no dormir similares. Probablemente no tendrá que hacerlo: la oposición socialista, que creíamos de izquierdas, calla y otorga de lo lindo, se sabe que el Partido Popular cuenta con millones de votos y sobre todo con la pasividad de una mayoría entre insensible e ignorante. Mala suerte para la posición internacional de nuestro país, al traste con cientos de años de "tradicional amistad hispano-árabe", a la porra con nuestro "papel de mediación con los árabes", a la basura los deseos de los ciudadanos de vivir en paz con aquellos que no nos han hecho nada y al margen de las rapiñas de EEUU.
4. ¿Dónde queda la ley internacional, los derechos humanos y la paz mundial hoy? Ya se nos ha informado hasta la saciedad desde los medios informativos oficiales (que pagamos con nuestros impuestos) de lo malo que es Sadam y de lo bueno que es Bush que nos va a librar de él y de lo bien que hacemos en acompañarle en tan importante misión. ¿Es que el Sr. Aznar no va a tener unas palabras de dolor, siquiera de pesar, hacia los niños consumidos por el cáncer causado por el uranio empobrecido arrojado a toneladas en Iraq por los aviones de combate de sus amigos? ¿Son tan malos también esos niños que merecen morir antes de haber alcanzado la mayoría de edad porque su gobierno no puede importar lo necesario para administrarle el tratamiento de quimioterapia apropiado? ¿Acaso ignora el gobierno español que el uso de uranio empobrecido por parte de sus amigos está prohibido por la legislación internacional? Sr. Aznar: ya que alguna vez se ha referido, además de a su amigo, a las decisiones del Consejo de Seguridad, ¿sabe usted que la Carta de NNUU exige que aquel actúe de acuerdo con lo establecido en la Carta y en la Declaración Universal de los Derechos Humanos? Precisamente para evitar las amistades peligrosas, los redactores de ambos instrumentos escribieron bien claro que nadie, ni siquiera el Consejo de Seguridad, puede actuar al margen de la Carta, ni suspender la universalidad de los Derechos Humanos. Ninguno de los dos instrumentos autoriza la muerte de un millón y medio de personas, el sometimiento de un pueblo por hambre y por enfermedad, las guerras preventivas y la destrucción de un país entero para lograr un fin, aunque éste se bautice como el cumplimiento de las resoluciones de la NNUU y la paz mundial.
¿Por qué cuando el Sr. Aznar habla de Iraq sólo lo hace machaconamente de su presidente y no dice ni una palabra acerca de que el artículo segundo de la Convención de 1949 sobre el Genocidio define como tal la imposición de condiciones de vida que se encaminen a la destrucción total o parcial de un grupo nacional, étnico, racial o religioso? Como no se espera que el presidente del gobierno español conteste a estas preguntas que se hacen sus ciudadanos, al menos que sepa que respecto del embargo y la guerra contra Iraq, lo que hagan él y sus amigos, no lo harán en ningún caso en nuestro nombre. No en nombre de los ciudadanos a quienes no se ha informado adecuadamente sobre este embargo genocida que dura ya trece años y a los que no se informa sobre el crimen contra la Humanidad que se nos presenta como necesario e inevitable: la guerra contra Iraq.
Notas:
1. CICR: Iraq, 1989-1999: A Decade of Sanctions. Geneve, 2001.
2. Documento UN S/1999/100.
3. Ver en CSCAweb: Entrevista a Tareq Aziz: 'Cualquier grupo de personas que quiera estar con nosotros durante la agresión, será bienvenido, incluso los estadounidenses'
Tomado de Rebelión
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