6 de febrero del 2003
Xoaquín Silva
Redes Escarlata
--Entiendo por estado genocida el que contempla el genocidio como instrumento y en ocasiones hace uso de él.
--USA fue siempre un estado genocida. Da pena por gente como Emerson o Whitman -ambos queridos por Martí-, que pensaba que la democracia norteamericana consolidaría y desarrollaría los ideales progresistas -en el sentido ilustrado de progreso- de la revolución francesa, frente a la decrepitud inmovilista o reaccionaria que él observaba en Europa. Algo de eso siempre hubo en la sociedad norteamericana, como reflejan las organizaciones por la defensa de los derechos civiles. Pero el estado USA siempre fue un estado etnogenocida. Prosperó sobre la negación y el exterminio. Practicó la doctrina del "espacio vital" avant la lettre (hoy:"haremos cualquier cosa para defender la libertad y seguridad USA"). Revisitó el cuadro judaico jurídico-religioso-emocional de "pueblo elegido" bajo el epígrafe Destino Manifiesto. Cosas que han sido vividas como derechos étnicos en diálogo con la articulación del estado y la definición del territorio. Es su versión del universo axiológico, las coartadas que dieron a Europa permiso para hacerse con el mundo. Estas cosas facultaron la expansión letal hacia el oeste sin crisis de legitimidad, sin quiebras en la vivencia de la "democracia". El espíritu de sacrificio y peregrinación prometedora del Mayflower los bendecía y cimentaba moralmente. Hacían república a la manera de los arios que llegaron a la India hace 3500 años, se repartieron el territorio con lo que contenía y fundaron sus repúblicas brahamánicas.
--Los genocidios no son guerras, son operaciones de exterminio total o parcial. Es una impostura hablar de guerra. La primera guerra del Golfo no tuvo lugar. No tendrá lugar la segunda. Será una razzia de exterminio en grado variable sobre un país ya debilitado y, sobre todo, desarmado.
--Siempre el Matón cobarde, el tigre de papel de Mao, temeroso y vencible por la "lluvia y el viento", que en sus campañas se asegura de que el enemigo se halle ausente. El matón tembloroso incapaz de hacer la guerra jugándose el cuerpo. Como mostró en la Segunda Mundial al abrir el segundo frente en Europa cuando la Unión Soviética ya sentenciaba, o en el Pacífico, incapaz de llevar a término la guerra convencional y temeroso de una Unión Soviética que había concluido su cuota de 20 millones de muertos en el oeste. Vietnam , Laos, en fin.
--Queda registrada jurídicamente la superioridad óntica de la ciudadanía americana al haberse establecido, con la aquiescencia que fuere de los estados UE, que naturales USA no podrían ser llevados ante un tribunal penal internacional por delitos cometidos en acciones por cuenta de su gobierno. Esto es un reconocimiento de supremacía. Se vuelve lógico y natural hablar de imperialismo norteamericano en el cuadro de cualquier tipo de discurso. Es una expresión neutra como silla o nube, no ideológica. Son tiempos de imperio explícito. Ya podemos hablar. En fin, podemos aguardar la extensión de la ciudadanía a las provincias mediante un nuevo decreto de Caracalla.. En todo caso, la invasión de patrones nos convierte en opinión pública USAperiférica y nos ayuda a "comprender" la matanza porque nos sitúa en la parte autora. El repertorio de simplificaciones, de tópicos e imágenes propagandísticas reflexiona en nuestro lugar, con sus fobias e indiferencias camufladas o implícitas. Al menos, el crimen se disuelve en el desdén: Irakíes: tipos con bomba en el ombligo: chilaba: ladrones de viejas: inmigrantes con navaja: desconfiables moros aviesos: religión del odio: palestinos más o menos.
--En la estrategia tácita del imperialismo se cubren los destrozos (menores) produciendo destrozos mayores. En este sentido, no es que el ataque a Irak conecte con el arrebato nazi contra Palestina; es que lo cubre y lo deja atrás mientras se sigue realizando, y ahora es un crimen menor. Es como si te peleas con un grifo en la cocina y se te cae el cielorraso del cuarto de baño.
--Algunos pensamos que no caben remilgos. Hace falta defender a Irak con lo que contiene, incluidos sus dirigentes políticos y, por supuesto, el baazismo. Lo relevante es lo que significan las personas en cada capítulo de la lucha de fuerzas que define el momento histórico siguiente. Y esta vez a Asnar le sonó la flauta (aunque él no lo sabe): "se está con Bush o con Sadam", que hoy significa derechos e intereses soberanos y en otras condiciones tal vez no. Ahora no hay que entrar en la trampa de "defender al pueblo de Irak" y escupir sobre Sadam. Estaríamos dándoles Parte de Razón y entrando en su lógica execrable. Hoy nos muerden el talón con el "tirano" Sadam y mañana lo harán con alguien más cercano a nuestra cultura política de izquierdas.
--Somos espectadores de un combate de boxeo entre una apuesta por ciertas razones de ataque y otra según la que no son suficientes, enchufados a unas máquinas que procesan en cada momento del pugilato las emociones de ganador y perdedor en los asistentes y las envían al Estabilizador Central para que las valore. Para otros esta disputa sencillamente no procede. No procede entrar en estas ceremonias de ajuste de las vértebras ideológicas de Occidente, esa cosa, ese juego apologético-burlesco de felaciones y contrafelaciones en torno a nuestro Ser y Quehacer en el mundo sobre una alfombra histórica que guarda tanta y poderorísima mierda... No procede. De nuevo, en medio del ring, intacto para todos, el fantasma del Maléfico, como aquellas brujas que emplumaban en el Renacimiento. Mañana nos harían lo mismo con alguien más próximo.
--Por otro lado, bajo todos los focos corren las mentiras como siempre, como ostias consagradas o reinas falsamente vestidas ante las que el público genuflexiona, disimula, entreabre los labios pudorosamente. Como en Irak-Kuwait 90-91, antes y durante -fueron recogidas por la televisión canadiense y por Michel Collon en su libro memorable "Mediamensonges du Golfe"-. Como en Timisoara en el 89. Mentiras y montajes. Como en el largo oscuro descuadernamiento de Yugoslavia. Mentiras funcionales, que luego se descubren y no importa. Mentiras en un sitio donde sólo existen las palabras pero no valen un carajo.
--Finalmente, si hay ataque, el gobierno español se destapa como camarilla de asistentes del asesino en masa. No acertaríamos -no lo hacemos ya- con los calificativos que les convendrían. Y el partido que los sustenta sería un sitio lleno de ignominia y mal olor del que hubieran de huir mujeres y hombres que guardasen un gramo de independencia y honradez... La honradez de que hablaba Martí en algún sitio: "... me espanta la ciudad / toda está llena de copas por vaciar, huecas copas / tengo miedo, ay de mí, de que este vino / pócimo sea y en mis venas luego / cual duende vengador los dientes clave / tengo sed, mas de un vino que en la tierra no se sabe beber / no he padecido bastante aún para romper el muro / que me aparta, oh dolor, de mi viñedo / tomad vosotros, catadores ruines / de vinillos humanos, esos vasos / donde el jugo de lirio a grandes sorbos / sin compasión y sin temor se bebe / ¡ Tomad! yo soy honrado / y tengo miedo ¡tomad!".
Claro que las personas no importan mucho en los asuntos del capital. Los procesos de acumulación de plusvalía y reproducción del capital funcionan independientemente de la voluntad de quienes los sirven, meros instrumentos de ese dios a quien espanta la ausencia de beneficio, que "cuando huele un beneficio razonable se vuelve intrépido, con un 20% se entusiasma, con un 50% es temerario, con un 100% desafía toda ley humana y con un 300% no retrocede ante ningún crimen..." ( Marx).
Tomado de Rebelión
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