27 DE MARZO DE 2003
El mundo en sus manos
Modesto Emilio Guerrero
especial para ARGENPRESS.info
Existe el riesgo de que una acción militar turca, por un lado, una reacción del pueblo y el Estado sirio por otro, modifiquen el curso de la guerra. De allí los apuros y aprestos del comando llamado 'aliado' que lleva adelante esta guerra.
Esto, y la apertura de un frente ofensivo en el norte, explica el sorpresivo desparramo de más de mil paracaidistas en el Kurdistán, así como la ocupación del clave aeropuerto de la región autónoma. Es una acción en paralelo, bloquear al inquieto ejército turco y abrir una avanzada sobre el norte de Bagdad, donde se encuentran las principales fuerzas leales del régimen de Bagdad.
Uno de los graves temores del comando militar norteamericano en el frente norte, es que la desesperada inquietud turca se transforme en su ingreso a la guerra. Aun en calidad de ocupante 'pasivo' en el frente norte iraquí, donde controlaría las poblaciones kurdas y les sacaría el manejo del comercio de combustible, además de ganarse el acceso a las segundas fuentes de crudos de Irak, resultaría tan tormentoso y complicado para los invasores como las arenas que se revuelven furiosas sobre la capital iraquí.
Los reportes de los corresponsales extranjeros en el Kurdistán, las declaraciones de Colin Powell y Donald Romsfeld, tanto como los análisis de expertos, coinciden en señalar que el ingreso turco sería un polvorín. No sólo porque provocaría una explosión social y militar en el Kurdistán, comenzando por su burguesía comercial que perdería su casi única fuente de riqueza, el negocio del combustible. Es que además, se prevé que casi la mitad de la Liga Árabe dejaría de mirar con ojos norteamericanos esta guerra, y podrían recuperar su mirada panárabe e islámica. Esa la primera luz intermitente.
La segunda es Siria. Este país, de ubicación político-geográfica sensible por sus lazos conflictivos con Líbano, Israel e Irak (al que le hizo la guerra en 1991), acaba de sentarse sobre una bomba de tiempo social y financiera.
Cuando el martes fue tomada Um Qsar y Nasiriyah, el gobierno sirio sintió que lo habían metido en el conflicto de un solo porrazo. Por ese puerto y esa zona salían los barriles de petróleo iraquí a bajo precio que le garantizaban dos beneficios: seguridad energética y financiamiento de su economía. Siria, haciendo gala de su papel tradicional de Estado intermediario, hizo las 'paces' con Saddam y comenzó a comerciar a mediados del 90. Compra petróleo barato a la bloqueada Irak y vende el suyo en el mercado libre de crudo a pecios 2 a 5 veces mayor, según la estación y el comprador.
Es esto lo que explica que el Partido del Renacimiento Islámico, BAAS, se lance a las calles al frente de miles de manifestantes a protestar contra la 'guerra'. El asunto es que la clave siria de la guerra es vista por otros movimientos árabes como puntal del rechazo a la invasión anglo-norteamericana, y salen en nuevos países en cantidades crecientes.
De todas maneras, la clave no militar del conflicto sigue estando en lo que haga o no haga, el movimiento de masas pacifista de EEUU, España, Inglaterra y Australia, Italia, entre otros. Los datos de la oposición en España por encima del 91 por ciento es mucho más que un aliento que sirve a la derrota de los invasores.
Falta saber qué pasará en las calles de Bagdad. Allí, la batalla no pertenece solamente a la Guardia Republicana, dependerá de hasta dónde sea motivado el pueblo de la capital en la defensa para conocer el rumbo de la guerra.
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