4 de Agosto de 2002
Walter Martínez
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Usted no cree todo lo que lee en los periódicos, ¿No es así?" Lo afirmó conteniendo la risa el Secretario de Defensa, Donald Rumsfeld en rueda de prensa esta semana en el US Joint Forces Command, Suffolk, Virginia.
Respondía al Washington Post sobre varios generales que prefieren la política de "contención" a Saddam Hussein en lugar de otra guerra.
Rumsfeld aseguró que muchas de las armas químicas, biológicas y eventualmente nucleares están "profundamente enterradas" en Irak. Esto dificultaría destruirlas usando solamente el poder aéreo. Así remachó nuevamente la idea de una gran guerra en tierra. Agregó: "Un laboratorio biológico puede estar sobre ruedas en un trailer y hacer una cantidad de cosas malas. Es móvil y luce como cualquier otro trailer". Todo parece indicar que los halcones seguirán adelante con un plan de fuerzas conjuntas que supone, para empezar, no menos de 250 mil efectivos. El problema es el costo. La guerra de Papá Bush costó unos 60.000 millones de dólares, pagados en su mayoría por países aliados.
Hoy no estarían dispuestos a hacer lo mismo. Al menos entonces se consiguió frenar una recesión atribuida en parte a la subida de los precios del petróleo.
La picazón del undécimo año. En 1991 Papá Bush logró conformar una coalición internacional y obtuvo un "marco legal" en la ONU. Su Guerra del Golfo recibió aprobación interna; pero no su manejo de la economía. Perdió su reelección ante Clinton. Los Republicanos han vuelto al poder en unas cuestionadas elecciones.
La economía, burbujeante durante el mandato Clinton, se desinfla. Exxon Mobil Corp.
anuncia una caída del 41% en sus ganancias. Consumidores e inversores muestran enorme falta de confianza en los grandes capitanes de la libre empresa y en aquellos que se suponían sus naturales supervisores.
Tal como lo dijo esta semana el propio Secretario del Tesoro O´Neill, la "mano invisible" del mercado no ha funcionado.
Hay 18 súper ejecutivos de las más grandes transnacionales sometidos a la justicia y la lista no ha sido cerrada. Sin embargo, no hay uno solo de la catastrófica Enron. Algunas investigaciones incluyen al Vicepresidente Dick Cheney y enfocan a la Casa Blanca. Bush hijo quiere su propia guerra contra Saddam Hussein. Se acerca el primer aniversario del 11 de septiembre. En realidad ya está en una guerra de escala planetaria por el petróleo y contra el terrorismo. Cuenta con el mayor presupuesto militar de la historia. El recordado Presidente General Dwight D.
Eisenhower, verdadero héroe de la Segunda Guerra, ya advertía contra las desmedidas apetencias de lo que él definió para la Historia, como "el complejo Tecnológico Militar Industrial".
Este miércoles 31 Ari Fleischer, vocero de la Casa Blanca, dijo: "El Presidente piensa que Irak representa un problema para la paz mundial", y todos se fueron de vacaciones.
Condiciones diferentes. Tanto Moscú como París quieren darle una oportunidad a la última iniciativa diplomática de Irak sobre el retorno de los inspectores de armas de la ONU.
China está en la misma línea.
Peter Struck, Ministro de Defensa de Alemania el martes 30: "No hay absolutamente ninguna necesidad de decidir", respecto de una nueva guerra contra Irak. Turquía cotiza su ubicación estratégica mientras mantiene a raya a su opinión pública mayoritariamente musulmana. Londres, y con fuerte oposición interna, se prepara para su acostumbrada solidaridad automática, como Israel. El Senado de USA debate opciones. El patriotismo sigue alto; pero ya no hay cheques en blanco. Cuestionados personajes como el australiano Richard Buttler, ex inspector de la ONU, acusado de trabajar para los servicios de inteligencia de Estados Unidos, vuelven a ser noticia. Pero el cuadro de situación en el Medio Oriente, muy en especial con la confrontación israelopalestina, ha cambiado peligrosamente.
De pronto un cable de AP fechado ayer en Teherán informa que los cancilleres de Irán y Arabia Saudita, Kahal Kharrazi y Saud Al Faisal se oponen a una guerra de USA contra Irak. Sus respectivos países flanquean a Irak al este y al oeste. El Rey Abdullah II de Jordania, en su reciente visita a Londres advirtió que un ataque a Irak alteraría dramáticamente a todo el Medio Oriente y, por lo visto no es la única monarquía en peligro.
Arabia Saudita y Kuwait tienen serios problemas con la edad y salud de sus gobernantes, a lo que se suma las acusaciones de entreguismo a Occidente.
En Irán el problema es la represión de los conservadores en contra de las demandas de apertura. The Time of London (julio 29) cita a Abdullah II apoyando a Collin Powell: "El es el hombre que entiende lo que debe ser hecho en el Medio Oriente. Es una de nuestras mejores armas para llevar la paz y la seguridad al área". Se sabe que Abdullah II ha dicho que el actual gobierno estadounidense tiene una verdadera "fijación" respecto a lanzar una guerra contra Irak y que sólo Collin Powell entiende el tamaño y las enormes consecuencias de ese desafío. Si el monarca jordano jugó a la opción de los "internacionalistas" de Powell frente a la de los halcones o "americanistas", la respuesta le llegó ayer fuerte y clara.
El rechazo vía Powell. El Secretario de Estado tuvo que rechazar de plano la oferta de Irak para que los inspectores de armas de la ONU viajen a Bagdad. Advirtió desde Manila que Washington insistirá en su posición: Saddam Hussein debe abandonar el poder. "El objetivo es desmantelar su capacidad de producir y almacenar armas de destrucción masiva, y ellos saben lo que hay que hacer". Así le cerró la puerta en la cara al canciller de Irak, Naji Sabri y pasó olímpicamente por encima del Secretario General de laONUquien, el 1º de agosto declaró a AlHayat: "No tengo el deseo ni la orden de preparar un ataque contra Irak. Creo que sería una decisión poco juiciosa. La llamada de Estados Unidos a un cambio de régimen en Irak no refleja la política de la ONU". Para complemento Scott Ritter, ex inspector de armas de la ONU quien, a diferencia de Richard Buttler, renunció a su cargo por razones de conciencia, afirmó el martes pasado, según la BBC: "Esta guerra es, nada más y nada menos, que política interna, basada en especulaciones y retórica completamente divorciados de los hechos.
La seguridad nacional de EEUU ha sido secuestrada por un puñado de neoconservadores que aprovechan su posición de autoridad para concretar sus propias ambiciones políticas...
Esta guerra sin fundamentos debe evitarse a cualquier costo".
Tomado de Últimas Noticias
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