17 de marzo

18 de enero 2003

Irak: la nueva guerra del IV Reich

Ciudadano Josep
Rebelión

INTRODUCCION

Wilhelm Reich escribió : "Esta sociedad miserable tiene necesidad de un pensamiento científico como en verdad nunca la tuvo antes. Los conflictos armados no harán cambiar un ápice la miseria. Incluso después de la victoria militar lograda sobre el fascismo alemán, la estructura humana fascista continúa existiendo en Alemania, en Rusia, en América y en todas partes. Esta estructura continuará prosperando de manera subterránea, buscará nuevas formas de organización política y conducirá inevitablemente a una nueva catástrofe, a menos que en el mundo entero grupos responsables decidan rápida y enérgicamente proteger y expresar la verdad de la misma manera como hoy sólo la mentira política es protegida y expresada. Esto se puede predecir con certidumbre".("La fuerza productiva viviente", julio de 1944)

Wilhelm Reich no se equivocó en sus predicciones. En los albores del siglo XXI un nuevo intento de construir un gran Imperio sobre la Tierra sustentado en el pensamiento fascista está en auge. Como los anteriores proyectos imperiales está edificándose por medio del único instrumento que puede garantizar su éxito: LA FUERZA.

Este nuevo Imperio no es fruto del desarrollo de un gran movimiento en favor de la vida, ni en favor del progreso generalizado para los habitantes del Planeta, ni a favor de la protección del medio natural que nos permite vivir y continuar el desarrollo de la vida, ni en favor de la asunción de las nuevas necesidades adquiridas en el largo proceso de nuestra humanización, ni a favor de la concordia entre los seres humanos. Es simplemente el desarrollo de un Imperio donde una enorme fuerza de destrucción, de aniquilación y de sometimiento de los ciudadanos se nos impone bajo la justificación de ser el único orden social mundial posible ante la crisis del sistema capitalista.

Frente a la crisis del sistema social vigente que ha alcanzado su mayor estadio de incapacidad para dar una respuesta positiva para satisfacer las necesidades de la sociedad, que representa un freno a las inmensas fuerzas de progreso que el mismo impulsó, que nos está conduciendo irreversiblemente a un callejón sin salida en donde cualquier aspecto de primera categoría en la que se sustenta la vida está al borde de su negación... los sectores privilegiados han elegido el camino de su perpetuación por medio de la política de la fuerza. Aunque ello represente un gran sufrimiento para la Humanidad. Su triunfo solo puede representar la exaltación de la barbarie y la muerte sobre la vida: el pensamiento fascista.

La violencia se ha convertido sin enmascaramientos ni tapujos, como el único método político para el mantenimiento y la perpetuación de un poder secreto, criminal y supranacional gestado y desarrollado a partir de la segunda guerra mundial y organizado en un único Estado hegemónico: El Estado USA.

El IV Reich va tomando forma en un mundo aún organizado en naciones sometidas, en regiones periféricas sin rumbo, en pseudoestados en ruinas, o en uniones económicas cuya hegemonía e independencia solo es una parodia literaria. Bajo la amenaza del Imperio, la desbandada y el "sálvese quien pueda" agita a las naciones y a los pueblos. En la medida que avanza su constitución va llegando la hora de la desaparición de los antiguos Estados-nación, de los organismos internacionales y de las Leyes y normas que los regulaban, de cualquier infraestructura legal y jurídica que daba sentido a un modelo económico basado en el "libre mercado", la "libre competencia", la "inviolabilidad de las naciones", "el derecho de autodeterminación"... Son los residuos de un viejo mundo en decadencia que un nuevo orden a escala mundial pretende sustituir. Pero, el IV Reich, no representa ninguna alternativa diferente. Solo es un centro de poder fundamentalmente político-militar y es exclusivamente en base a él como se construye el nuevo Imperio. Es la última forma, la mas acabada, de la vieja sociedad sumergida en una profunda crisis. Es, como ha sido siempre, la última forma que toman todos los sistemas sociales en el momento de su decadencia.

Ya no existe ninguna ley económica en la que la sociedad del Dinero pueda sustentarse ni desarrollarse. Su agotamiento es irreversible. La ley de la FUERZA la ha sustituido. Legiones de bucaneros pertrechados con las armas de destrucción más modernas han tomado el mando de la nueva sociedad arrinconando del poder a los antiguos sectores económicos industriales creadores de la vieja sociedad del Dinero. Su objetivo no es otro que el pillaje y la desposesión de las riquezas del mundo para su despilfarro en los centros privilegiados del Imperio... "Por lo tanto, sin la posibilidad de someter a las razas inferiores, el pueblo ario no habría podido nunca realizar las tareas que han conducido a la Humanidad a la civilización... los arios tienen claramente su camino señalado: han de conquistar y someter a los hombres de raza inferior y organizar sus actividades según sus propias decisiones y conforme a sus propios intereses..." (Mein Kampf).

DEMASIADAS COINCIDENCIAS...

Demasiadas coincidencias para creer que son fruto del azar.En poco menos de seis años (1933-39) Adolfo Hiltler condujo a Alemania, hundida en una profunda crisis económica y social, por el camino de la violencia política hacia un intento imperial en donde la agresión y la expansión se desarrollarían sin límites. En un corto espacio de tiempo la FUERZA y la ACCION violenta se impuso a los derechos, leyes, verdades, o grandes ideales sobre los que estaban construidas las sociedades occidentales. El terror y la crueldad política los sustituyó.

El decreto de suspensión de las garantías constitucionales "en defensa del Estado y el pueblo alemán" tras el incendio del Reichstag, la ley de "los plenos poderes", la retirada de la Sociedad de las Naciones, la creación del "Ministerio para la educación del pueblo y de la propaganda", la organización de la Gestapo, la creación de tribunales excepcionales, la dependencia y subordinación de las actividades industriales a la producción armamentista, la reglamentación de las actividades financieras por medio del estricto control del Reichbank, el dirigismo de los sectores político-militares de la economía (directamente por el Führer incluso en los tradicionales dominios del Parlamento) y de los asuntos legislativos, administrativos, judiciales o culturales, etc... prepararon la guerra que desoló Europa y extendió la destrucción por el mundo. Su triunfo hubiera supuesto hacer realidad el viejo sueño de los poderes dictatoriales: el gran Imperio sobre los hombres.

Bush quiere volverlo a intentar. La limitación de las garantías institucionales e individuales con la promulgación del "Patriot Act", la ley del "Fast Trak" que da plenos poderes a Bush para establecer directamente acuerdos comerciales sin pasar por el Congreso, la creación de un macrodepartamento de Seguridad Interior, la puesta en marcha de tribunales excepcionales y secretos al margen de cualquier control legislativo y judicial, los escollos y la abierta oposición a la Corte Penal Internacional, el boicot a cualquier resolución internacional (Convención sobre la infancia, prohibición minas antipersona, Protocolo de Kioto, declaración sobre el derecho a la alimentación, declaración sobre la diversidad biológica, declaración sobre el control de armas químicas y bacteriológicas, etc.), la subordinación presupuestaria a los intereses de la gran industria militar y armamentista, el control de los grandes aparatos financieros mundiales (Reserva Federal, Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional, Organización Mundial del Comercio, etc.)... y sobre todo la política de los hechos consumados en la línea perfectamente definida por Henry Kissinger en su libro "Los escollos de la Jurisdicción Internacional"y llevada a cabo escrupulosamente desde prácticamente 1890 (las 134 sangrientas acciones militares en 53 lugares distintos del globo) desvelan de sobra el objetivo de este proceso.

DEMASIADAS DIFERENCIAS...

Demasiadas diferencias para no comprender que estos dos intentos imperiales tienen lugar en momentos históricos distintos y se desarrollan de manera dispar.

Los periodos de crisis periódicas o cíclicas del sistema capitalistas a lo largo del siglo XIX y XX, aunque algunas de ellas fueran muy agudas, pudieron resolverse. La sociedad del Capital podía aún ensanchar su mundo hasta límites insospechados. En el proceso de su propia reproducción, crecimiento y concentración, la guerra entre las burguesías por la primacía de los mercados y de las materias primeras sería crucial. La Gran Guerra y la Segunda Guerra Mundial tuvieron este significado. La potencia derrotada, Alemania, y las potencias vencedoras, los EEUU y la URSS se disputaron la hegemonía del mundo. Era la supremacía necesaria para emprender los nuevos horizontes del desarrollo capitalista.

Bajo tres formas diferentes (la fascista, la democrática o la estalinista) de legitimación y regulación de un mismo sistema económico basado en el trabajo asalariado, se dirimió el destino de la Humanidad. Todos los intentos de resolver por otro camino la crisis del Capital fueron abortados tanto por unos como por otros. Tras la caída de la URSS, los EEUU demostraron su hegemonía total sobre el mundo.

Si bien bajo la forma fascista empiezan a desvelarse los primeros intentos de construcción de una sociedad militarizada, agresiva y expansionista cuyo objetivo primordial era la apropiación de los recursos de los pueblos conquistados y el aumento del beneficio propio a partir de la explotación del trabajo de las ingentes poblaciones sometidas, no se dieron entonces los síntomas de destrucción y aniquilación actuales. Se conquistó con saña y brutalidad pero no se inutilizaron recursos, medios, fuerza de trabajo humana, vías de comunicación, etc. Todo era disponible para el Reich.

A finales de la Segunda Guerra Mundial se dan los primeros hechos de destrucción sin sentido (el bombardeo de Dresde y de otras ciudades alemanas, por ejemplo) que nos anticipan las futuras guerras del Imperio vencedor. En Vietnam, en Yugoslavia, en la guerra del Golfo, en Afganistán y ahora probablemente en Irak se confirmarán las sospechas: cualquier campaña de conquista militar conlleva indefectiblemente una gran destrucción y aniquilación. Mas allá de las riquezas o recursos a desposeer, la DESTRUCCIÓN se convierte en un "fin en si misma".

Cabe preguntarnos, ¿que es lo que está sucediendo?

LA DESTRUCCIÓN COMO SALIDA.

En ninguna época anterior de la Historia se dieron situaciones de tal gravedad como en la actualidad. Nunca tampoco anteriores sociedades habían alcanzado los niveles tecnológicos ni los medios, para solucionar los problemas mas vitales para la subsistencia, como los tenemos ahora. En la cima de su apogeo, la sociedad del dinero nos ha conducido a un callejón sin salida.

Existe un hecho trascendental que ha trastocado por completo los cimientos de la sociedad. La Ciencia y la Técnica desarrolladas al servicio del Capital para la obtención del beneficio privado se han convertido a su vez en la causa principal para que esta ya no pueda ensanchar más sus límites. El trabajo humano empieza a poder ser sustituido por complejos ingenios robotizados que son capaces de realizar con inmensa eficacia las mas complicadas actividades. Nuestra capacidad de producir mercancías, enseres, alimentos, máquinas, nuevos ingenios, medicamentos, etc no tienen más límite que el de los recursos disponibles y la energía necesaria para su transformación. Modernas unidades de producción, no importa en el lugar en donde estén ubicadas, sustituyen con una eficiencia arrolladora las anteriores actividades de miles de hombres, de centenares de talleres y complejos industriales. Ninguna barrera geográfica dificulta ya que lugares antes inaccesibles y lejanos estén fácilmente a nuestro alcance. Podemos fabricar y distribuir más allá del límite de nuestras propias necesidades elementales...

Pero es evidente que existe una gran barrera, un límite estrictamente matemático en nuestra carrera. El "modelo de progreso" impuesto por la sociedad del Dinero no es generalizable. Primero porque nuestros recursos y la energía necesaria para transformarlos son limitados y por tanto agotables. En la medida que nuestra capacidad de transformación aumenta, para que este modelo de progreso pueda mantenerse para ciertos sectores, otros deberán verse cada vez mas excluidos de él. Y este proceso en marcha, además, hará ir aumentando sin cesar e indefectiblemente el número de los sectores que se verán excluidos de él. Segundo, porque en la medida que mayores sectores sociales se ven apartados de la producción (porque el trabajo vivo ya puede ser sustituido) este modelo será cada vez mas inalcanzable para amplias capas de la población de los mismos países desarrollados. Sin dinero nada se puede comprar y ninguna necesidad puede ser satisfecha. Tercero, porque al alcanzar la "ley del valor" su punto más álgido de inviabilidad (el tiempo de trabajo necesario se derrumba como la medida de cálculo del valor de las mercancías) ninguna ley económica puede ya regular la sociedad del Capital. El dinero como vehículo para alcanzar el poder es remplazado por la conquista del poder (por la fuerza) como único medio de mantener la exclusiva propiedad sobre las riquezas.

Solamente con la desposesión del mundo por medio del simple saqueo militar se construye el nuevo Imperio. Solamente con el continuado proceso de empobrecimiento del mundo el poder puede atesorar, despilfarrar o simplemente quemar inmensos recursos y grandes esfuerzos humanos que serían absolutamente suficientes para proveer las necesidades de todos los pobladores de la Tierra.

Por tanto, en Irak, más allá de la guerra por el petróleo (apropiación de una fuente energética hoy por hoy imprescindible) subyace otro objetivo de la mayor importancia para el Imperio: la aniquilación humana y la destrucción de cualquier medio e infraestructura económica que pudiera posibilitar alguna vez que los pobladores supervivientes de la tragedia pudieran usar el petróleo o cualquier otro recurso. Es su vuelta, sin más, a la Prehistoria. Ningún proyecto futuro basado en la tecnología y la Ciencia les será posible alcanzar.

Apropiarse del petróleo y crear un desierto contaminado, sin posibilidades de vida, con poblaciones enfermizas en continuo éxodo, en disputa fratricida, sin medios ni esperanza. Esta es la guerra que el Imperio Bush esta librando contra la Humanidad.

IMPEDIR LAS GUERRAS

Mientras se prepara la nueva guerra, Europa calla. ¡Pobre Europa¡ La cuna de la civilización occidental, la engendradora de los primeros intentos imperiales sobre la Tierra, la patria en donde el capitalismo nació y alcanzó su mas ultimado estadio de desarrollo está en plena decadencia. Su burguesía industrial ha sido ya arrinconada por la nueva élite financiera mundial todopoderosa. Sus líderes parlotean de uniones políticas o monetarias cuando en realidad solo reaniman sus viejos litigios y sus eternas rivalidades en un intento desesperado de salvaguardar la propiedad de sus propias fincas parceladas. La Europa que bajo el mandato del Dios dinero fue la catedral de los pactos, de los conciliábulos, de eternas intrigas políticas, de diplomacia palaciega, de los Parlamentos, ... ve con horror como todo esto se derrumba ante el ímpetu imparable de la diosa fuerza. Nuevos Chamberlain vuelven a arrodillarse ante el nuevo fürher.

La nueva forma que toma la sociedad del Capital iguala el obrero con el tendero, al campesino con el maestro, el licenciado con el albañil. Arruina a la pequeña burguesía y hace quebrar al industrial. Solamente una gran oligarquía financiera mundial enraizada con el poder militar (y en cópula incestuosa con las élites políticas endogámicas y mafiosas), detenta el poder. No hay mas economía ni más política.

Nada más alejado y opuesto a la sociedad constructiva, científica, pacífica y en libertad que necesitamos los ciudadanos... "en donde se proteja y se exprese la verdad de la misma manera que hoy solo la mentira política es protegida y expresada".

Desbaratar sus guerras, detener sus destrucciones y proteger la vida sobre la muerte nos es apremiante. Ningún nuevo proyecto de sociedad es posible si no somos capaces de detener y abortar sus planes.

¡Tocan a uno tocan a todos¡ dicen nuestros conciudadanos argentinos. Es así de sencillo. Solo queda una sola voz y una sola acción: La voz unánime de los ciudadanos del mundo en contra la guerra. La acción decidida y masiva allá en donde está en peligro la vida: en IRAK.

Proteger y escudar a los pobladores irakíes, salvaguardar sus infraestructuras básicas, proteger el Patrimonio de la Humanidad ubicado en aquel territorio, fortalecer los lazos de concordia y fraternidad entre los seres humanos, es la única tarea que puede impedir esta nueva guerra. Los niños irakies deben ser la semilla de nuestra esperanza.

Josep, enero 2003
(otros escritos en http://www.enxarxa.com/G3)

Tomado de Rebelión

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