17 de marzo

3 de abril del 2003

El Pentágono desecha los candidatos presentados por el Departamento de Estado

Listo, el "nuevo gobierno iraquí" que encabezarán militares estadunidenses

De entrada, la nueva moneda del país árabe será el dólar Ya hay juntas de "gabinete"

JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES

Washington y Nueva York, 2 de abril. El presidente George W. Bush ha prometido que al concluir la guerra el objetivo de Estados Unidos será instalar un gobierno democrático en Irak, pero lo que no dijo es que ese gobierno será inicialmente estadunidense y que la economía se manejará en dólares.

"El pueblo iraquí administrará Irak", insistió una vez más el vocero de la Casa Blanca, Ari Fleischer, esta semana. Pero aparentemente eso no ocurrirá muy pronto, y aun cuando se intente no está claro cómo se seleccionará a los iraquíes que participarán en esta democracia impuesta por una invasión.

El nuevo gobierno que se prepara para Irak ya se está congregando en Kuwait y será encabezado por el general estadunidense retirado Jay Garner, quien trabajará con un "gabinete" conformado por otros oficiales militares.

El gabinete se reúne cada mañana a las 7:30 horas de la ciudad de Kuwait para discutir asuntos específicos del nuevo gobierno, las funciones de lo que serán 23 secretarías separadas y cómo manejar los detalles de la reconstrucción de la infraestructura destruida por las armas estadunidenses en estos momentos.

Aunque la Casa Blanca subraya una y otra vez que no tiene la intención de "ocupar" Irak, funcionarios estadunidenses reconocieron esta semana que sus planes incluyen la sustitución de la moneda iraquí -con todo y su dibujo de Saddam Hussein- por el dólar estadunidense, y que cada una de las secretarías de gobierno contará con un secretario de gabinete estadunidense y varios subsecretarios (todos estadunidenses). También hay planes para incorporar a algunos exiliados iraquíes a estas secretarías. Originalmente, los funcionarios de la Casa Blanca

habían proyectado que el general Garner estaría en funciones en Bagdad 30 días después de iniciada la guerra, con base en la suposición de que la fase militar de la ocupación ya estaría concluida para ese entonces. Pero ahora algunos funcionarios consideran que no pueden imaginarse que esto suceda tan rápidamente, aunque Garner podría trasladar parte del nuevo gobierno a algún lugar del sur iraquí en un futuro próximo.

Sin embargo, no habrá un gobierno encabezado por iraquíes por un periodo mucho más grande. Los planes para establecer la llamada Autoridad Interina Iraquí, conformada por ciudadanos de ese país, se ha postergado, y varios problemas mayores están floreciendo a raíz de pugnas internas entre diversos grupos del exilio sobre el papel que les corresponde en el futuro Estado "democrático".

Políticos kurdos en el norte del país están más que preocupados por un futuro gobierno dominado por chiítas, mientras que éstos no quieren que ningún miembro del Partido Baaz de Saddam Hussein permanezca en el poder, y, por su parte, los estadunidenses están preocupados porque no contarán con suficientes funcionarios con experiencia gubernamental para administrar los asuntos complejos de las secretarías.

Los varios cientos de funcionarios estadunidenses de lo que será un nuevo gobierno que actualmente se reúnen en Kuwait incluye a un grupo de gobernadores regionales de Irak: el general Buck Walters gobernará el sur del país, y otro ex general, Bruce Moore, el norte. Sólo la parte central quedará en manos civiles, en este caso, las de la ex embajadora estadunidense Barbara Bodine. Un ex marine estará a cargo de "asuntos humanitarios" y un ex funcionario del Pentágono manejará la administración civil.

El general Garner ya ha nombrado, tentativamente, a sus secretarios de gabinete, pero ha estallado una batalla política en Washington entre el Pentágono y el Departamento de Estado sobre quién tiene el mejor conocimiento para gobernar Irak. El Departamento de Estado inicialmente ofreció su lista de candidatos, pero el Pentágono ha rechazado a varios para lograr la instalación de lo que será una administración interina de corte militar.

Mientras tanto, grupos del exilio iraquí se quejan de haber sido en gran parte marginados de este proceso. Aunque el Departamento de Estado ha convocado a varias reuniones entre las agrupaciones iraquíes en el exilio y empresas petroleras estadunidenses ansiosas de invertir en el "futuro" de Irak, ni el Departamento de Estado, el Pentágono, o la Casa Blanca, han estado dispuestos a precisar cuál será el proceso para seleccionar el nuevo liderazgo político de Irak en el periodo posterior al del gobierno de Garner.

Según un funcionario estadunidense citado por el Washington Post, se espera que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) "desempeñe algún papel", pero quedará claramente subordinada a Estados Unidos. El primer ministro Tony Blair ha intentado argumentar, sin éxito, en favor de un papel mucho mayor para la ONU.

El miércoles, Blair comentó en Londres que esperaba que el gobierno interino estadunidense en Irak no permanecería en el poder mucho tiempo y que la ONU participaría por lo menos en las negociaciones para dar forma a un nuevo gobierno iraquí.

A la vez, ya hay críticas a la selección de Garner para gobernar Irak. En 2000, el general fue uno de varios ex altos funcionarios estadunidenses que firmaron una declaración difundida por el conservador Instituto Judío para Asuntos de Seguridad Nacional, que elogiaba al gobierno de Israel por su manejo con los palestinos.


Tomado de La Jornada

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