17 de marzo

4 de marzo del 2003

Peculiaridades de una preguerra

Pascual Serrano
Rebelión

Vivimos fechas excepcionales, donde la situación de preguerra con Iraq está creando el ambiente propicio para dejar en evidencia a muchos políticos y medios de comunicación y provocar situaciones internacionales inéditas.

Así, el 26 de febrero el presentador de los informativos de Antena 3, en un alarde de neutralidad informaba sobre la posibilidad de un debate público y televisado entre "el presidente de la superpotencia y el sátrapa de Mesopotamia". No sé como se estará informando en los informativos iraquíes, pero es difícil imaginar una expresión con el mismo nivel de tendenciosidad.

Las reacciones de Aznar y Blair al anuncio del gobierno iraquí de acatar la petición de los inspectores de la ONU y destruir los misiles Al Samud 2 no podían ser más asombrosas: "es una burla cruel de Sadam Hussein". Es evidente que las opciones del presidente iraquí sólo eran dos, aceptar la petición de los inspectores de la ONU o no aceptarla. Al parecer, a los presidentes español y británico les molestó que se decidiese por la primera.

Turquía no deja de ofrecernos situaciones peculiares. Con un 80 % de la población en contra de la guerra, les quieren obligar a que se instalen tropas norteamericanas para invadir a Iraq, al tiempo que se les ofrece la cooperación de la OTAN para defenderles de Sadam Hussein. Si se aceptasen los deseos de la población turca todo sería más sencillo, ni habría tropas norteamericanas ni haría falta que la OTAN les defendiese de nadie. Menos mal, que a diferencia de países como España que fue a la guerra del Golfo y la de Kosovo sin que lo decidiera su Parlamento, Turquía ha resultado ser un país más democrático con un legislativo que ha podido pronunciarse y que no ha aprobado por mayoría absoluta su implicación en la guerra.

Otra de las cuestiones que no dejan de sorprender es la impasibilidad con la que todos los medios informan y los gobiernos asumen de la presencia militar del ejército norteamericano en el norte de Iraq. Eso, sin cobertura de las Naciones Unidas, se llama invadir un país, justo lo que hizo Iraq en Kuwait y por lo que lo bombardeamos.

Y por último, paradójicas las declaraciones del ministro británico Jack Straw, el que dejó ir libre a Augusto Pinochet, pidiendo el pasado uno de marzo que Sadam Hussein sea castigado.

Y es que, a poco que se reflexione, la obviedad y la lógica se asoma por encima de los tambores de la guerra dejando en evidencia a muchos.

http://www.pascualserrano.net/

Tomado de Rebelión

Regresar
Home