17 de marzo

9 de marzo del 2003

CONTRA EL IMPERIO

¿Por qué hay tanta oposición a la guerra?

Ernesto Carmona Ulloa
especial para ARGENPRESS.info, publicado en 'El Periodista'

La explicación del rechazo universal sin precedentes al plan de guerra de George W. Bush no radica en inexistentes simpatías por el régimen de Bagdad, sino más bien en la evidencia de los objetivos petroleros y económicos del mandatario. Hay cierta puerilidad, un toque cándido, en tanto esfuerzo imperial por vender la pomada de una salvación de la infinita maldad husseiniana que el pueblo iraqués no desea nada, entre otras cosas porque hasta ellos saben cómo fue la verdadera redención salvadora de Afganistán.

Cada día más estadounidenses rechazan abiertamente el proyecto, a contrapelo de la maquinaria de propaganda y del aplastante control mediático e informativo. El exponente más honroso de esta corriente es el senador demócrata Robert Byrd, el legislador del partido Demócrata más antiguo en la cámara alta, quien pronunció ante el pleno un solitario pero valiente discurso el 12 de febrero, absolutamente ignorado por los medios de comunicación orbe et urbi.

Escuela de la sospecha y teorías de conspiración

Como la designación de Bush emergió por secretaría, más de un mes después de las elecciones y por una diferencia de 600 votos, significaría - por lo menos- que la otra mitad de los electores lo adversó. Sin embargo, 'las Torres del 11' le dieron el claro respaldo que le negaron los votos, así como el argentino Leopoldo Fortunano Galtieri obtuvo una efímera 'popularidad' entre tirios y troyanos tras la penosa excursión a Las Malvinas de 1982. Lo cierto es que hoy mucha gente duda, incluso hasta de la existencia real de los malvados. 'Esta administración ha fracasado en su intento de encontrar a Osama Bin Laden', expresó el senador Robert Byrd. El periodista francés Thierry Meyssan afirma que un misil -no un avión que nadie vio ni hay fotos- cayó sobre el Pentágono en su best seller La Gran Impostura, disponible en 18 idiomas. El argentino Carlos O. Suárez, autor del libro ¿'Justicia infinita' o genocidio sin límites?, interpreta una sospecha casi universal: el atentado a las Torres fue obra de Washington.

Tantas dudas también tienen una vieja historia. Por ejemplo, en agosto de 1964 Lyndon Baynes Johnson (LBJ) obtuvo mediante engaño la autorización del Congreso para lanzar de frente la guerra aérea contra Vietnam del Norte (hasta entonces se trataba de una intervención clandestina en la guerra interna de Vietnam del Sur) basado en que Ho Chi Minh habría disparado 43 torpedos contra los barcos espía Maddox y Joey Tumer en la bahía de Tonkín. Para mayor alevosidad comunista, era de noche, estaba oscuro y 'sin embargo llovía'. La trascripción de las conversaciones telefónicas entre Johnson y su Secretario de Defensa Robert Mac Namara -ambos del partido Demócrata-, publicadas en abril de 1999 por la Biblioteca LBJ, revelan que el incidente existió pero fue fabricado con operaciones secretas. El jefe de la sección de radar de la CIA, Gene Poteat, dijo después que no terminaba de evaluar los informes del radar sobre el ataque cuando Johnson anunciaba en televisión el bombardeo a Vietnam del Norte. (El 12 de octubre de 2002 el demócrata Mac Namara estuvo en Cuba, participando en un seminario para 'aprender -dijo- de las lecciones de la Crisis de Octubre en 1962, pues hoy continúa en el mundo el riesgo de destrucción por armas nucleares').

Existe una abundante bibliografía inspirada en 'la escuela de la sospecha' y las ' teorías de conspiración' sobre hechos como la explosión del Maine en La Habana en 1898, el hundimiento del Lusitania en 1915, el conocimiento previo del ataque a Pearl Harbor en 1941 y muchos otros episodios que justificaron acciones militares de EE.UU. en el pasado reciente.

El cuarteto guerrero

La paradoja es que las mayores manifestaciones contra la guerra se están produciendo precisamente en los países cuyos gobiernos integran el cuarteto bélico más entusiasta, o sea, en el Reino Unido de Tony Blair (más de 2 millones de personas desfilaron el 15 de febrero), la España que gobierna José María Aznar (5 millones de manifestantes) y la Italia de Silvio Berlusconi (más de 2 millones). En Estados Unidos las protestas son masivas en Nueva York y San Francisco, con atemorizante resguardo policial comparable al de las primeras demostraciones anti guerra de Vietnam de los años 60.

Los aliados de Bush deberán pagar la factura personal que están emitiendo sus electores. La valoración de Aznar en las encuestas de febrero descendió a niveles anteriores a su victoria electoral de 1996, con 40,7% de imagen mala o muy mala del presidente. Un 84% de los encuestados consideran que su apoyo a Bush le restará votos en las elecciones generales opinión que comparte el 80,9% de los votantes que lo apoyaron en los últimos comicios. El gobierno también se deteriora: 32,8% de los ciudadanos tiene mala imagen del Ejecutivo y sólo aprueba a dos ministros, Mariano Rajoy (vicepresidente) y Rodrigo Rato (segundo vicepresidente y ministro de Economía). En cambio, los dirigentes José Luis Rodríguez Zapatero y Gaspar Llamazares, respectivamente del Partido Socialista Obrero Español y de Izquierda Unida aumentaron su popularidad, se cree que por su radical oposición a la guerra.

México y Chile son los únicos países latinoamericanos entre 10 los miembros decorativos temporales del Consejo de Seguridad (CS) de Naciones Unidas (Alemania, Angola, Bulgaria, Camerum, España, Guinea, Pakistán y Siria), donde el poder real radica en las 5 potencias nucleares (Estados Unidos, China, Francia, Reino Unido y Rusia). Los mexicanos dijeron no a la guerra con manifestaciones en casi todas las ciudades y pueblos, para presionar la decisión del gobierno de Vicente Fox en los acuerdos simbólicos del CS. Chile recibió presiones para un voto favorable a Estados Unidos al calor de los acuerdos bilaterales de libre comercio.

Las decisiones del CS son válidas cuando no las veta ninguno de los 5 grandes. Como China, Francia y Rusia no están de acuerdo, lo más probable es que Bush haga su guerra en solitario. ¿Qué pasará con el 'orden' mundial y el futuro de la humanidad? Nadie lo sabe.

Frases del Senador Byrd (12 de febrero)

'...El Senado está, en su mayor parte, silencioso. Ominosa y terriblemente silencioso. No hay debate ni discusión, ni intento alguno de presentar a la nación los pros y contras de esta guerra en particular. No hay nada'.

'En el Senado de Estados Unidos estamos pasivos y mudos, paralizados por nuestra propia incertidumbre, y parecemos apabullados por el remolino de acontecimientos'.

'Y no es que estemos ante una conflagración pequeña. No es un simple intento de neutralizar a un villano. No. La batalla que se avecina, si llega a materializarse, representará un viraje en la política exterior estadounidense y posiblemente un viraje también en la historia reciente del mundo'.

'Esta nación está a punto de embarcarse en lo que es la primera prueba de una doctrina revolucionaria que será aplicada de manera extraordinaria en un momento desafortunado. La doctrina de la prevención -la idea de que Estados Unidos o cualquier otro país puede legitimar el ataque a otra nación que no es una amenaza inminente pero puede ser una amenaza en el futuro- es una variante nueva y radical de la idea de la defensa propia. Parece contravenir el derecho internacional y los postulados de la ONU'.

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