17 de marzo

30 de marzo del 2003

Contra la guerra y sus precondiciones

Werner Bonefeld

En domingos o feriados nada hay que me dé más placer,
Como comentar sobre la guerra y los preparativos de la guerra
Que los extranjeros están peleando
Uno se sienta en la ventana con copas y amigos
y ve toda suerte de barcos deslizarse por el río
y entonces los bendice mientras se encamina a su casa
de noche, continuando en nuestros tiempos de paz
(Goethe, Fausto)

El retrato que hace Goethe del burgués consumado, para quien la guerra es un entretenimiento dominguero, tiene en la actualidad un eco pavoroso. La guerra como entretenimiento televisado. Ni siquiera Hollywood puede competir, con este verdadero cine de horror. Desde 1945, las guerras han tenido lugar principalmente en aquellas parte del mundo donde la integración de la población a la sociedad del mercado mundial del capital ha sido precaria, es decir, donde las formas de reproducción social capitalistas se etiquetan como subdesarrolladas.

Entre 1945 y comienzos de la década de 1990, Latinoamérica ha tenido 396.000 muertos en guerra, África 5.3 millones, Medio y lejano Oriente, 1.8 millones, Asia 4.6 millones y Europa 238.000 (Ganzel y Schwinhammer,1995, p.150).El numero de víctimas no ha cesado de aumentar. ¿Cuántas guerras se han librado desde los finales de la Guerra Fría? ¿Cuántas más se pelearán no ya en años próximos sino en los próximos meses? Afganistán ha quedado nuevamente transformado en ruinas, Irak seguirá pronto la misma suerte, ¿y quién les seguirá?

Por otra razón este retrato del burgués consumado que Goethe perfila tiene un eco contemporáneo: aquellos que huyen de la guerra, en condiciones de pobreza y miseria, buscando la paz de los santuarios y el bienestar del asilo, no son bienvenidos. Ellos presentan un espectáculo poco atractivo, hablan una lengua extranjera y viven del estipendio de los beneficios sociales. Todas estas condiciones de vida de los asilado, interrumpe la paz que los Bluncketts del mundo desean preservar tanto en casa como afuera: una paz ruidosamente silenciosa que solo reina una vez que se ha detenido el fuego. La relación entre La guerra y las restricciones aún más extremas sobre los derechos y las condiciones de asilo muestran la relación esencial entre la guerra y la paz. En lugar de darles asilo a aquellos que serán bombardeados, se les pide que se queden donde están; de tal modo que la paz en interna no sea perturbada, y la paz externa pueda ser impuesta apropiadamente. Una película de horror sin cadáveres no sería satisfactoria para el 'espectador'. Como no es un espectáculo apto para todo público siempre se da un preaviso. Algunos 'espectadores' podrán encontrar las imágenes perturbadoras.

La lucha contra la guerra es también la lucha por el derecho de asilo y la inmigración. Mas aún: la lucha contra la guerra es la lucha contra las precondiciones de la guerra, para que la paz sea más que la ausencia de guerra, la paz es la condición de relaciones humanas.

Brecht dijo alguna vez: 'Los gobernantes hablan de paz, Hombrecito.Hombrecito, prepárate para la guerra'. La percepción de Brecht ha sido superada por los eventos. Los gobernantes hablan de la guerra y declaran que eso significa paz. El hecho de que la mayoría de las guerras desde 1945 se hayan peleado en lo que se conoce como el mundo subdesarrollado, debería hacemos pensar en la relación entre guerra y pobreza. También debería hacernos pensar en la relación entre a guerra y el acceso y control de los recursos. Ambas cuestiones están interconectadas. Nunca antes en la historia ha habido tal acumulación de riqueza abstracta, y nunca antes en la historia esta estuvo concentrada en tan pocas manos Continentes completos han sido destripados: sus poblaciones viven en condiciones de extrema pobreza y padecen hambre y sus recursos son saqueados para sostener la acumulación futura de riquezas.

Lo escandaloso del capital global es que se está asfixiando a sí mismo sobre las pirámides de fabulosa riqueza abstracta acumulada. Sin embargo, si se consideran las condiciones sociales, y al mismo tiempo se escuchan las crecientes y cada vez más urgentes demandas por mayor flexibilidad laboral, pareciera como si la crisis global fuera realmente a consecuencia de una escasez de capital. Esta es por cierto, la conclusión a la que uno debería llegar al ver la miseria en África, donde millones de niños viven en la pobreza, y en América Latina y Asia. Pero no solamente en aquellas partes del mundo que han sido consideradas como no- esenciales por el capital global, sino también en los centros de la globalización' es decir, en Europa y en EE.UU..

El incremento dramático en la pobreza y la miseria a través del globo, no ha sido causado por condiciones de escasez económica. Por el contrario, hay demasiado capital, demasiadas mercancías que no pueden ser vendidas para obtener una ganancia. Por un lado hay demasiados trabajadores 'super explotados' y por el otro, demasiados trabajadores que no cuentan con ese 'privilegio'.

Durante las últimas dos décadas, las ganancias así como el desempleo han aumentado. La productividad del trabajo se ha incrementado dramáticamente, y la pobreza ha crecido, los salarios se han estancado y las condiciones de vida se han deteriorado. Marx enfoca bien esta 'constelación', cuando argumenta que 'la sociedad repentinamente se ve transportada hacia atrás a un estadio de barbarie momentánea: pareciera como si el hambre, una guerra universal de devastación hubiera cortado todos los medios de subsistencia; la industria y el comercio parecen destruidos, ¿y por qué? Porque hay demasiada civilización, demasiadas formas de subsistencia; demasiada industria, demasiado comercio. Las fuerzas productivas a disposición de la sociedad ya no tienden a un mayor desarrollo de las condiciones de la propiedad burguesa; por el contrario han llegado a ser demasiado poderosas para estas condiciones, que las encadenan, ya medida en que ellas se rebelan contra estas ataduras, traen desordenes a toda la sociedad burguesa, ponen en peligro la existencia de la propiedad burguesa. Las condiciones de la sociedad burguesa son demasiado estrechas como para contener la riqueza creada por ella.¿ y como es que la sociedad burguesa se sobrepone a estas crisis? Por una parte mediante la destrucción de las masas de fuerzas productivas; por otra, a través de la conquista de nuevos mercados, pero principalmente a través de una aún mayor explotación de los ya existentes' (Marx y Engels, 1996, pp.18-19)

En este proceso perturbador aunque no sorprendente, las ciencias sociales no están excluidas de responsabilidad. Al reclamar que la resolución de la crisis global de la existencia humana a través del reforzamiento del individuo como son ser creador, innovador y autodeterminado contribuyen poderosa y fuertemente a la creación de un nuevo orden mundial capitalista.

El punto de vista hegemónico de las ciencias sociales argumenta que estamos viviendo en una era de modernización, caracterizada no solamente por la globalización, sino también por la emergencia de una sociedad civil global.

Es vergonzante que quienes promocionan el nuevo cosmopolitismo de una sociedad civil global fracasen completamente en ofrecer- en un trasfondo de creciente productividad laboral- una visión sobre cómo la riqueza acumulada en el mundo desarrollado puede ser usada para liberar a los millones, de personas de las condiciones de miseria, pobreza y hambruna, no sólo en las sociedades 'en desarrollo' sino también en 105 mismos centros de la riqueza. Estas condiciones no son sólo la apariencia de las contradicciones de la reproducción social capitalista a una escala global -son las condiciones en sí mismas. Pero son también agudos recordatorios de una concepción del progreso que entraña la barbarie desde sus inicios (Bonefeld, 2001 ).

En el trasfondo de Guerra y pobreza, los teóricos de la nueva modernidad parecen confundir la dura realidad de la sociedad capitalista con un nuevo glorioso comienzo. Giddens (1998) reclama mayor flexibilidad laboral y argumenta que el estado benefactor aprisiona los potenciales creativos. Esta crítica al Estado benefactor es cínica. Pervierte la crítica marxista de un estado benefactor convertido en un estado de guerra en la dirección de los principios neoliberales del trabajo 'flexible', autoconfianza individual, 'auto-responsabilidad', y lo que es más corrupto, 'la auto-determinación' individual. El otro aspecto de la requerida liberación del trabajo de la prisión del estado de bienestar es la demanda de mayores esfuerzos educativos por parte del 'nuevo' trabajador, para hacerlo empleable.

El desempleo y las condiciones de pobreza no son, para Giddens, una consecuencia de la crisis de la acumulación capitalista y de los efectos destructivos de una más dura explotación del trabajo. Más bien estas condiciones obedecen a una falta de respuesta adecuada por parte de los trabajadores; quienes fallan al no adaptarse a las cambiantes necesidades de la empresa. La pobreza, el desempleo y la precariedad de las condiciones de vida son reformuladas como resultado de los fracasos individuales. Con el trasfondo de millones y millones de personas que trabajan para sobrevivir en condiciones en deterioro, las afirmaciones que Giddens mercadea no son sólo cínicas; son vergonzosas ¿Estaría el proletariado del mundo felizmente empleado si tuviera las capacidades empleables transferibles tan deseadas por los teóricos del crecimiento en la tercera vía? El reclamo de trabajadores con crecientes capacidades transferibles y con una mayor flexibilidad no es sólo un ataque directo sobre las organizaciones colectivas de 'la economía del trabajo' (Marx,1968). Es también un ataque directo a los logros de un siglo de lucha. La idea de Giddens de que una nueva modernidad consiste en la des-tradicionalización de las relaciones existentes es engañosa. El formula su ideas desde el punto de vista del progreso y esconde el contenido social. Rechaza por históricamente obsoletos los logros históricos de la lucha de clases, que en alguna medida había apaciguado 'esa sed vampiresca por la sangre viviente del trabajo' (Marx,1983,p.245) Y agrega a esto, que en vez de la organización colectiva, 'el nuevo trabajador' es impulsado a transformarse en su propio 'empleado!', o como señala Beck (1998), en 'un empleador- de-fuerza de trabajo'.

La nueva modernidad es considerada como una fuerza progresiva en donde las relaciones sociales 'tradicionales'. son modificadas en pos de la opción individual y de la flexibilidad laboral. Entonces, 'el nuevo trabajador' es el trabajador empleable con habilidades transferibles que transporta desde una clase de empleo al desempleo y nuevamente hacia otra clase de empleo. La nueva flexibilidad de la clase obrera significaría que los 'privilegiados' establecidos en el mercado de trabajo ya no estarían protegidos por los 'no calificados' de afuera, con lo que se reduciría la seguridad del trabajo, se ejercería presión sobre los salarios, y se haría del empleo algo más flexible en cuanto al lugar, las tareas, el tiempo y el contexto social. El nuevo trabajador flexible es visto como un 'trabajador a tiempo' siempre listo al llamado del empleador, dispuesto a ser despedido o transferible a donde se le requiera, y dispuesto a hacer lo que se le pida, sin importar las dificultades o el tiempo impuesto. En otras palabras, no se reduce el desempleo. Mas bien, el riesgo del desempleo crece y las condiciones precarias de trabajo se generalizan. la empleabilidad torna invisible el desempleo.

Me refería más arriba a la relación entre pobreza, guerra y el llamado subdesarrollo. No hay duda de que el llamado mundo subdesarrollado se ha transformado en una villa miseria global (Chossdovsky, 1900). Por ejemplo, en Sao Paulo, de sus 14 millones de habitantes, 5.5 millones viven en las Favelas, en condiciones de inenarrable pobreza y desesperación. ¿Podrían mejorarse sus condiciones de vida mediante la educación. la educación y más educación? ¿Qué sucede en las sociedades ricas? En 1999 50 000 seres humanos por día fueron despedidos en la UE. (Véase Negt,2002,p.85). Es esta una cifra tenebrosa. Siguiendo a Giddens es posible preguntarse ¿es esta miseria humana autoinfligida debido a la falta de habilidades y de incapacidades educativas para ser empleable? Beck está de acuerdo con Giddens en la idea de que el trabajo es responsable de su propia empleabilidad. Pero es cierto que él también parece comprender que la educación no es el único camino para salir de la pobreza y de la miseria.

Sugiere, como Giddens, que la nueva 'modernidad' del capital depende de la creatividad, la innovación y de la autoresponsabilidad. Esta nueva modernidad es considerada como siendo socialmente.'autoreflexiva', y así se le atribuye poseer en cierta medida una responsabilidad social más allá del crudo utilitarismo de sus actores 'autodeterminantes'. Beck plantea la idea de un Nuevo Hombre, que combina cualidades empresariales con compromisos comunitarios. Perfila la imagen del 'empleador comunal de bienestar'. Este personaje presenta dos elementos contradictorios: 'es la combinación entre la Madre Teresa y Bill Gates'. (Beck,1998,p.332). Madre Teresa, porque en los confines del monasterio hace al capitalismo humano, y Bill Gates porque invierte con. energía y sentido empresarial. Esta es, la concepción convencional del Hombre flexible cuyo empeño en acumular sobre las pirámides de la acumulación presenta ciertos atributos caritativos.

Algunos llamarían a esto. probablemente de un modo correcto, una corrosión del carácter (Sennet, 2000)

Para los 'nuevos modernistas', los EE.UU. son el ejemplo de una economía globalizada exitosa, que ha logrado el pleno empleo. Es la sociedad más rica del mundo. Dado estos logros, uno tendría que concluir que la lucha contra la Pobreza de Clinton fue exitosa. Sin embargo, cuando se observa con más detenimiento las condiciones de EE.UU., la mencionada guerra con la pobreza se presenta más como una guerra contra los pobres y los miserables. Vulliamy (2002) señala que en EE.UU. 33 millones de personas viven bajo la línea de pobreza. Seis millones son trabajadores pobres, que a menudo tienen más de un trabajo para sostenerse, lo que implica una semana laboral de 70 a 80 horas de trabajo (International Herald Tribune, 6.3.1900). la magnitud de pobreza que persiste dentro de la afluencia de los EE.UU. ha conducido a 1a más desigual distribución del ingreso entre los países desarrollados (Madrick..1995). la deuda privada, el motor de la 'nueva'.economía, ha aumentado del 62% del PB, al 70% entre 1992 y el 2000 (Evans, 2001, p. 35). los comedores comunitarios han aumentado. Según la organización que lucha contra el hambre, Second Ha/Yest, la distribución de población que dependen de los comedores comunitarios para cubrir sus necesidades básicas de alimento son e162% mujeres el 38% niños; e154% jefes de familia de hogares uniparentales y e116% tienen más de 65 años (Frankfurte.r Rundschau,12.3.1998). Alrededor de140% de los que asisten a comedores comunitarios están empleados; son los trabajadores pobres-.Las cifras de la pobreza y los bajos salarios son asombrosos en los EE.UU. -constituyen la otra cara de la muy celebrada economía que se caracteriza por su grado de desregulación y de flexibilización. Sin embargo, hay pleno empleo en los EE.UU.. Se da asimismo el caso de una persona que por trabajar una sola hora a la semana no es registrado como desempleado.-¿Está o no está esta persona empleada? La estadística dice que sí. Los EE.UU. es el país que más ha ganado con la globalización. ¿ y los 33 millones que viven en la pobreza? Muchos tienen miedo a un dolor de muelas-no porque duela, ni por el famoso taladro, sino porque no pueden pagarle al dentista'? ¿Cuánto tiempo puede una persona pobre luchar contra el cáncer? ¿Debe simplemente morir? Se estima que cerca de115% de los pobres en los EE.UU. viven en condiciones de abyecta privación (véase Negt,2001,p.269). De acuerdo con Vulliamy (2002), una cada once familias, uno cada nueve norteamericanos, uno cada seis niños, son oficialmente pobres La proporción de niños sin cobertura de salud ha crecido de un 63.8% en 1992 al 67.1% en el 2000. ¡Cuánta miseria! Wacquant (1998,2000) señala que la principal tarea de la última década ha sido el reclutamiento, el entrenamiento y el empleo de guardias de cárceles. Esto no es sorprendente, ya que desde 1993 a 1998, se construyeron 213 nuevas prisiones. Negt (2001,p.276) indica que Cada semana, desde 1996,se completan cuatro nuevas cárceles. Los gastos en el mantenimiento de prisiones en los estados federales han crecido dramáticamente, y la construcción de nuevas prisiones ha aumentado en 612% entre 1979 y 1990, lo que equivale a triplicar la velocidad del incremento en el gasto militar. En 1990, 600 de cada 100.000 personas estaban presas, comparadas con una cifra de 60 a 80 por cada 100.000 en la Unión Europea. Hay que agregar a esta cifra, los 5.4 millones de personas bajo supervisión judicial. En los últimos 15 años la población carcelaria se ha triplicado. ¿Se debe esta explosión de población carcelaria a la relación entre pobreza )' crimen, o es el resultado de la política pública de criminalización de la pobreza? (Wacquant,2000)? Wacquant sugiere que 28 millones de norteamericanos, esto es, e110% de la población, buscan 'seguridad' tras las rejas de las propiedades privadas. Se gasta más dinero en seguridad pública que en políticas sociales.

Si consideramos la idea de la de-tradicionalización, sugerida por la nueva fase de la modernidad, el viejo apotegma, la prisión educa, parece haber encontrado nueva relevancia- ¿para quiénes? La posibilidad de un americano negro de pasar un año en la cárcel es de 1 en 3, de un hispano, de 1 en 6, y de un americano blanco, de 1 en 23. La prisión tiene color, como lo tiene la pobreza. La pobreza no es independiente del 'color' (Malabre,1991). Finalmente, el alto crecimiento en la población carcelaria no sólo ha ofrecido oportunidades de ganancia a compañías especializadas en la construcción, administración y seguro de prisiones. También constituye la mas expansiva provisión mano de obra carcelaria barata para la industria.

De acuerdo con Wacquant, los prisioneros considerados empleables son 'contratados afuera', en compañías cercanas, tales como IBM y Microsoft..No hace falta señalar que los prisioneros no 'pertenecen' al mercado de trabajo y el trabajo en la prisión está privado de todos los derechos: los prisioneros hacen trabajo forzado.

La teoría sobre la pauperización de Marx, que había sido declarada obsoleta durante la llamada edad de oro del capitalismo, parece adquirir un nuevo tintineo poco confortable. Los profetas de la modernización parecen aceptar esto. Beck (1986,p.61), plantea que todos corremos riesgos, y los riesgos 'no son sólo riesgos, son también oportunidades en el mercado' (Beck, 1986,61). La absurda concepción del Nuevo Hombre que propone Beck -la combinación de la Madre Teresa y Bill Gates- pone este concepto bajo observación. Beck proyecta la imagen del empresario autodeterminado del capitalismo del laissez-faire sobre el nuevo trabajador, y adopta la empatía como recurso de autoreflexión caritativa. Su imagen de la Madre Teresa, no es en realidad una imagen. Es una realidad que ha ganado existencia material en la sociedad más rica del mundo. los comedores comunitarios, en donde tr9bajadores pobres y los que no tienen ingresos son alimentados. La celebrada modernidad de nuestros tiempos pareciera tener poco que ver con la detradicionalización. Pereciera operar a la sombra de Elizabeth, la Reina de la acumulación primitiva.

Si la consideramos seriamente, la negación de la Guerra, es una lucha contra las condiciones inhumanas. Estas condiciones no son fruto de la coincidencia. El capital es necesariamente 'excesivo' en su explotación del trabajo. Lamentamos por esto sería no comprender la constitución social de una forma de reproducción social en donde el Hombre existe solamente como un recurso para la acumulación de riqueza abstracta por la acumulación misma.

La oposición a la guerra y la anti-globalización van juntas. Sin embargo, como ha reflexionado David Cohen (1997,p.15), la globalización no es responsable de la creciente precarización de las condiciones de trabajo, de la pobreza y de la guerra. Es sin duda, la reestructuración del trabajo lo que hace posible la globalización y lo que le da mala fama. Esto significa que la 'anti-globalización' ha de ser crítica de las relaciones de producción constituidas por el capitalismo. Ha de demandar condiciones humanas lo fundamentalmente significa, que la anti-globalización también debe reclamar el pleno empleo como un programa social de paz.

El 'principio de la economía del trabajo' (véase Marx,1968) ha de ser retomado, y la flexibilización -esa conquista destructiva de los átomos de tiempo laboral adicional-ha de ser rechazada. El pleno empleo, como lo testimonian los EE.UU., ha llevado al pleno empleo de los gendarmes, a los comedores comunitarios y para usar la jerga moderna, a los proveedores de servicios sociales: los paseadores de perros y los trabajadores de los Mac Donalds.

Sin embargo, el pleno empleo tiene sentido como una condición de paz en una sociedad en donde el trabajo ya no es un mero factor de la producción y la medida de todas las cosas. El pleno empleo cobra sentido en una sociedad en donde la humanidad existe no como recurso explotable sino como un propósito. Esta es, entonces, la espléndida categoría de pleno empleo en ya través de la emancipación del trabajo, que Marx concibió como la organización democrática de la sociedad en el reino de la libertad. En resumen, el primer principio de la anti-globalización ha de ser el control democrático de la economía del tiempo por el trabajo asociado. A pesar de lo contradictorio de los resultados para el trabajo (Marx,1983), 'la reducción de la jornada es el prerrequisito básico' para la emancipación de la guerra, la explotación y la opresión (Marx,1966,p.820). la organización democrática de las relaciones económicas de la necesidad y la reducción del tiempo de trabajo, se presuponen mutuamente. Cuánto tiempo de trabajo fue necesario en el 2002 para producir la misma cantidad de mercancías que se producían en 1992? ¿El 20%? ¿El 40%, el 50%? Cualesquiera sea el porcentaje, lo cierto es que el tiempo de trabajo no disminuyó, por el contrarío que aumentó. También es cierto que la distribución de la riqueza nunca fue tan desigual. ¿Cómo resuelve, la sociedad burguesa la expansión de las 'poblaciones redundantes', por un lado y por el otro la sobreacumulación de la riqueza abstracta. del capital? La contradicción entre las fuerzas y las relaciones de producción busca una resolución. la destrucción de las fuerzas productivas, desgastando al trabajo a través de la guerra, la pobreza generalizada y la miseria, y todo esto contra el trasfondo de una acumulación de riqueza sin precedentes. la lucha contra la guerra ha de ser entonces verdaderamente la lucha contra las precondiciones de la guerra y esta es, una lucha por la democracia de los libres y de los iguales.

Referencias

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