17 de marzo

1 de marzo del 2003

Bombardeo propagandístico: Uno a cero para Sadam

Los primeros tiros de la guerra

Wayne Madsen
CounterPunch

CounterPunch 27 de febrero de 2003

Traducido para Rebelión por Germán Leyens

Los primeros tiros de la guerra entre EE.UU. e Irak fueron disparados el 26 de febrero. En lugar de utilizar munición teleguiada de precisión o Scuds, los primeros combatientes -George W. Bush y Sadam Husein- usaron la televisión como medio para tirar los primeros disparos de propaganda.

Bush prefirió utilizar como su foro el Instituto Estadounidense Empresarial (AEI, por sus siglas en inglés), el virulento think-tank derechista que es el nido de los actuales belicistas neoconservadores, lo que la Logia Thule representaba para la ideología nazi en los años 20 del siglo pasado.

Sadam, por otro lado, escogió una entrevista en 60 Minutes II con el presentador de CBS Dan Rather. La Casa Blanca supo con certeza que había sido eclipsada por Sadam. La máquina de distorsión de Karl Rove y Ari Fleischer exigió de inmediato que CBS le concediera el mismo tiempo a un portavoz de Bush. Cuando CBS insistió en que el portavoz tenía que ser o Bush en persona o Colin Powell, la Casa Blanca ofreció a Condoleezza Rice, una portavoz mal informada cuya interminable retórica nerviosa ya ha repletado hasta asquear los shows de los presentadores dominicales con el tipo de estupideces que se puede leer en cualquier comunicado de prensa de la Casa Blanca.

Por suerte, CBS y Rather no cedieron. Sadam se ajustó evidentemente al público estadounidense. Con obvio conocimiento de los numerosos carteles de protesta contra la guerra que se refieren a la falta de agudeza mental de Bush, Sadam desafió al presidente de EE.UU. a un debate internacional televisado moderado por Dan Rather. Sadam también rechazó la noción de que incendiaría sus pozos petroleros y haría volar sus represas -afirmaciones que han sido esparcidas por los cañones propagandísticos de las fábricas de desinformación de la K Street en Washington.

De acuerdo, Sadam es un dictador despiadado que ha asesinado con gas a su propio pueblo utilizando armas químicas suministradas en parte por Donald Rumsfeld. Es verdad que Sadam es un dirigente que tortura y ejecuta a sus opositores políticos igual que los antiguos aliados de EE.UU., como Marcos, Mobutu, Somoza, Papadopoulos, Noriega, Reza Pahlavi, Suharto, y Pinochet, que torturaron y ejecutaron a su propia gente. Sin embargo, el llamado televisado por la paz de Sadam que vino sólo horas después de que se revelara que Bush quería asesinarlo en contravención a una Orden Ejecutiva presidencial promulgada por el presidente Ford y reforzada por los presidentes Carter, Reagan, Bush y Clinton, hizo que Bush II apareciera como una especie de acosador psicópata.

Pero la aparición de Bush ante el AEI para hacer retumbar los tambores de la guerra no difiere en mucho de los discursos anuales de Hitler ante nazis entusiastas en Nuremberg. Tom Brokaw de NBC llegó calificar al AEI de "venerable institución". Rather ganó en la categoría de las descripciones mesuradas cuando dijo que Bush prefirió dirigirse a un público "políticamente amistoso".

El AEI es la cloaca en la que se encuentra gran parte del dogma nacionalista anti-árabe, anti-francés, anti-alemán y pro-Bush que infiltra a diario los discursos de los principales funcionarios de la administración Bush.

Lynne Cheney utiliza su posición privilegiada en el AEI para re-escribir la historia de EE.UU. para mostrar la superioridad de los europeos blancos sobre los salvajes no-cristianos que o habían poblado ya el continente antes de la llegada de Colón o de los esclavos no-cristianos que fueron llevados al continente contra su voluntad. A Cheney le gustaría que todos los consejos escolares adoptaran sus canciones infantiles sobre la historia estadounidense como si fueran palabra divina.

Gran parte de la propaganda para la política exterior de la administración Bush, que es presentada como "investigación erudita", proviene de personas como los eruditos propios del AEI, Richard Perle y Michael Ledeen, ambos antiguos funcionarios de la administración Reagan. Tanto Perle como Ledeen siguen la línea de Ariel Sharon y Binyamin Netanyahu de que después de Irak, los próximos objetivos militares deben ser Irán, Siria, Libia, y otros más. Sus discípulos están encastrados en las estructuras que preparan la política del Pentágono, del Departamento de Estado, y del Consejo de Seguridad Nacional. Incluyen a Paul Wolfowitz, Douglas Feith, Dov Zakheim, Peter Rodman, Elliott Abrams, Lewis "Scooter" Libby, Eric Edelman, y John Hannah.

El importante partidario de la guerra en el Departamento de Estado, John Bolton, Secretario Adjunto de Estado para el Control de Armas y la Seguridad Internacional, fue vicepresidente sénior del AEI. El asistente de Bolton en el Departamento de Estado, David Wurmser, fue un miembro sénior del AEI.

El antiguo jefe del Comando Central de EE.UU., el general Anthony Zinni, un italiano de Filadelfia que no se anda con rodeos, definió a Perle en forma bastante exacta en el nuevo libro de Dana Priest, "The Mission". Cuando Priest le preguntó a Zinni sobre Perle, el antiguo general de los Marines, respondió, "¡Perle! ¡Ahá! Un recorte de prensa fue su mayor combate."

El discurso de Bush ante el AEI fue un auténtico ejemplo de una cadena de redundancias. Gran parte del discurso provino directamente de los estudios de propaganda del AEI. Fue interesante que Bush haya omitido a Arabia Saudí cuando habló de derrotar a países que apoyan económicamente a los atacantes suicidas. Aunque Sadam ha enviado dinero a las familias de los atacantes suicidas palestinos, es evidente que Arabia Saudí ha suministrado millones de dólares más a través de canales gubernamentales y de caridades islámicas.

Bush habló de democracia para Irak. ¡Seguro que hay grandes oportunidades para la democracia en la situación actual! Estados Unidos parece haber decidido autorizar que tropas turcas penetren en el sector kurdo casi-independiente del norte de Irak y que Arabia Saudí juegue un papel en el sur chiíta de Irak. El pasado historial de los turcos respecto a los kurdos y de los fanáticos wahabíes sauditas con los chiítas sugiere que un Irak posterior a Sadam controlado por un pro-cónsul estadounidense dependiente del apoyo militar turco y saudí verá un baño de sangre que avergonzaría hasta a Sadam.

Bush habló del estado palestino. Es una bandera falsa. Ante la probabilidad de que un rey hachemita podría ser restaurado al trono en Bagdad, no es inconcebible que la derecha israelí sugerirá que ya que Jordania e Irak tendrían un régimen monárquico, los palestinos en Cisjordania podrían ser fácilmente reubicados bajo el protectorado de su antigua esfera real, queriendo decir cualquier parte de un "Irak democrático". Muchos palestinos tienen estrechos lazos con Irak, por haber trabajado allí desde la diáspora palestina. El concepto de traslado en masa de personas está arraigado en el modo de pensar de los neoconservadores del AEI y de sus aliados. Cuando Wolfowitz fue embajador de EE.UU. en Indonesia, no pestañeó cuando la dictadura trasladó a cientos de miles de musulmanes javaneses a áreas de mayoría cristiana en Timor Oriental, Sulawesi, las Molucas y Papua Occidental. El resultado fue una sangrienta guerra religiosa y el incremento de los grupos musulmanes fundamentalistas aliados con Al-Qaeda. Y como Secretario Adjunto de Estado para Asuntos del Este Asiático y del Pacífico, Wolfowitz no dijo ni pío ante el traslado forzado de grupos minoritarios por el gobierno militar de Birmania y la introducción masiva por China de chinos de etnia han al Tibet para convertir a los tibetanos en una minoría en su propio país. Con un Bush tan endeudado con los ideólogos del AEI, podría simplemente aceptar una migración forzada de palestinos. Incluso podría utilizar algún pasaje bíblico para justificar sus acciones.

Pase lo que pase, después de la primera vuelta de la confrontación entre Sadam y Bush II, gana Sadam. Bush tendrá que continuar trabajando duro ante su público y en su mensaje. Sadam debería mejorar su inglés. Admitió ante Rather que posee una cierta fluidez en inglés. Para Sadam, la próxima presentación debería ser con Larry King, donde probablemente se le formularán algunas preguntas difíciles como, "¿Cuál es su comida preferida?" "¿Se ha interesado por el juicio de Robert Blake?" y "¿Qué piensa usted realmente de George W. Bush?"

Wayne Madsen es un periodista investigativo y columnista de Washington, DC. Escribió la introducción para Forbidden Truth [La verdad prohibida].

Su correo es: WMadsen777@aol.com


Tomado de Rebelión

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