17 de marzo

10 de febrero de 2003

Una propuesta para evitar la guerra enfurece a Bush

ARGENPRESS

Un plan de Francia y Alemania busca evitar la invasión y guerra contra Irak. Washington, enfurecido, ya decidió atacar al régimen de Bagdad, junto a Gran Bretaña y algunos países aliados. Pero lo de Irak es solo una punta de la crisis mundial porque hay peligro de confrontación nuclear con Corea del Norte y a raíz de nuevos enfrentamientos políticos entre Pakistán y la India, también potencias atómicas.

El mundo parecería caminar por una cornisa exponiéndose, peligrosamente, a un conflicto nuclear. Hay cuatro problemas, el de Irak, Corea del Norte, el conflicto por Cachemira entre Pakistán y la India y los Estados Unidos de Norteamérica.

En Washington, un sector del Partido Republicano, ligado a las multinacionales petroleras y al denominado 'complejo militar-industrial', está decidido a invadir Irak para apoderarse de las fuentes petroleras del Medio Oriente. Son los mismos intereses, que en una época distinta denunció el presidente Dwight Eisenhower, a fines de los años cincuenta y los que habrían presionado para desatar la Guerra en Vietnam en los sesenta.

El problema central mundial es que los científicos y técnicos han determinado que el petróleo no es infinito y en una década o dos, podría dejar de producirse a gran escala, como todavía se obtiene en algunas regiones del mundo. Se están estudiando y buscando nuevas alternativas y una de ellas es el uranio. Con el uranio se produciría una revolución mundial porque las naciones se igualarían, terminaría la dictadura y especulación petrolera.

Pero mientras ello no ocurra, el acopio de crudo es necesario para movilizar la economía occidental, ya que las cuencas petroleras se encuentran en la periferia, en los emiratos árabes, Arabia Saudita, Kuwait e Irak, en Rusia y en Venezuela. El petrogolpe en Venezuela no solo afecta al gobierno de Hugo Chávez sino también a los propios Estados Unidos que se está abasteciendo, curiosamente, a través de la producción de crudo iraquí que es adquirido por los intermediarios privados dentro del plan de la ONU 'petróleo por comida'.

Una guerra petrolera

El viernes último el precio del crudo trepó a casi 32 dólares el barril, encareciéndose para quienes deben adquirirlo y todo parecería indicar que seguirá subiendo mientras dure la contienda y situación caótica. Es el 'mercado' dicen en la OPEP, devolviendo a Estados Unidos algo de su medicina. Por eso, Washington ha decidido cortar por lo sano, invadir Irak, dominar la región y establecerse como un gendarme neocolonial en la zona.

Pero no todo es fácil para Washington. El frente occidental se ha roto. Alemania, el motor económico de Europa y Francia, junto a Bélgica, Rusia y China, están enfrentando a George W. Bush. En las últimas horas se han producido duros cruces políticos entre el ministro de Relaciones Exteriores germano, Joschka Fisher, y el 'halcón' de Washington, secretario de Defensa, Donald Rumsfeld. Este último se enteró por la prensa, especialmente el influyente semanario 'Der Spiegel', que Francia y Alemania preparan para la reunión del 14 de febrero, en el Consejo de la ONU, un 'plan minucioso' alternativo a una confrontación bélica. Según trascendió el proyecto prevería la toma de control de Irak por parte de los Cascos Azules de las Naciones Unidas, además de la prohibición de vuelos sobre todo el territorio iraquí.

Está claro que el secretario general de la ONU, Kofi Annan, no está ajeno a la estrategia para desarmar a Irak y pacificar la zona sin guerra. Los entredichos del gobierno de Bush han alcanzado al Papa Juan Pablo II que condena una guerra unilateral de Estados Unidos. Uno de los funcionarios vaticanos se preguntó en alta voz si Estados Unidos 'no aprendieron la lección de Vietnam'.

Alerta nuclear

Pero no solo es el problema del dilema entre Irak-Estados Unidos. Han recrudecido los problemas entre la India y Pakistán, dos países enfrentados por razones religiosas, políticas y económicas, gobernado, Pakistán por una dictadura militar islámica, y la India, por el partido hinduista ortodoxo, el mismo que hace medio siglo asesinó al Mahatma Gandhi. Tanto en el 2001 como en el 2002, ambas naciones, que cuentan con poderoso armamento nuclear, han estado cerca de una confrontación bélica. Ya hubo, anteriormente, tres guerras entre la India y Pakistán por el conflicto de Cachemira. Pero el problema es que esta vez ambos países manejan armamento nuclear.

Otro tanto ocurre con Corea del Norte a quien Estados Unidos está tratando de aislar y ya funciona una suerte de bloqueo económico. Los comunistas coreanos han decidido seguir adelante con sus experimentos con energía nuclear en razón de que necesitan mantener sus usinas eléctricas. Además, una fuente de recursos, se la suministran la fabricación de bombas y misiles que venden a países extranjeros. Un millón de coreanos ratificaron el apoyo a su gobierno que amenaza con utilizar el armamento nuclear contra las fuerzas norteamericanas estacionadas en Corea del Sur, mientras Washington está movilizando sus fuerzas por mar, hacia la península.

Corea del Norte amenazó reducir a la del sur a 'cenizas', atacando a los efectivos estadounidenses allí instalados, si Washington sigue reforzando su presencia militar en la zona. Bush contestó que 'todas las opciones están sobre la mesa', incluida, claro está, la utilización de armamento nuclear.

En medio de esta grave situación, se conoció un bochornoso informe del gobierno británico de Tony Blair, que incriminó falsamente a Irak ya que los servicios de inteligencia lo habrían copiado de revistas y de un trabajo de un estudiante realizado hace una década atrás, por lo que los datos que incriminaban a Irak no se correspondían a la realidad de estos días.

El mundo parece haberse vuelto loco, incontrolable. Las Naciones Unidas podrían quedar dañadas y Estados Unidos está dispuesto a lograr la hegemonía mundial a sangre y fuego. Hay en juego miles de vidas humanas. Las consecuencias, de una u otra manera, son difíciles de prever pero lo cierto es que nada bueno está por desplegarse en el planeta, en medio de signos evidentes de recesión y depresión económica, sumándose en Estados Unidos el peligro de la deflación.

Tomado de Aporrea

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