24 de marzo de 2003
Colectivo Cayapa de Solidaridad con el Pueblo de Venezuela
La movida antiguerra en España está tomando proporciones interesantes, más allá del pacifismo. El malestar social se hace evidente, aunque en general las fuerzas sociales aún tienen un bajo nivel de compromiso real. Desde nuestro colectivo creemos importante establecer un canal de comunicación directo con el movimiento popular bolivariano para informar de las cosas que ocurren acá, más allá de lo que la prensa tradicional destaca. La revolución bolivariana aquí ha tenido de entrada muchos obstáculos a la hora de ser explicada. Pero de un tiempo para acá cada vez más gente se muestra interesada e incluso comprometida con lo que está ocurriendo en el proceso bolivariano. Pensamos que informando directamente la situación de los movimientos sociales de aquí puede favorecer la solidaridad entre los pueblos, en este caso entre el catalán y el venezolano.
En este sentido hemos preparado esta crónica sobre la última manifestación contra la guerra que se hizo el pasado 22 de marzo. Continuaremos informando en la medida en que ocurran hechos importantes.
Colectivo Cayapa de Solidaridad con el Pueblo de Venezuela.
juancho2112es@yahoo.es
Barcelona, 23 de marzo de 2003. Cayapapress.- Cerca de un millón de personas, según los organizadores, ha vuelto a salir a las calles de Barcelona, capital de Cataluña, para exigir al gobierno de Aznar que detenga la invasión sobre Irak, en lo que ha significado la continuación de las movilizaciones mundiales contra la guerra.
La manifestación realizada el sábado 22 de marzo fue convocada por la Plataforma Aturem La Guerra (paremos la guerra) y recorrió varios kilómetros del centro de la ciudad, hasta llegar a la Delegación de Gobierno, apéndice administrativo del gobierno central en la ciudad catalana, donde culminó sin ningún incidente, salvo un detenido acusado de rociar con spray una cámara de Televisión Española.
El Colectivo Cayapa de Solidaridad con el Pueblo de Venezuela participó en la movilización elevando las banderas de la Revolución Bolivariana junto a las de diversos colectivos solidarios con Ecuador, Argentina y Chiapas. El lema "alerta, alerta, alerta que camina, la espada de Bolívar por América Latina" pudo ser escuchado no sólo en boca de los afines a la revolución bolivariana, sino también por los ecuatorianos y asistentes en general, que mostraban abiertamente su solidaridad y simpatía con el proceso que se adelanta en Venezuela.
De igual modo, se hicieron presentes grupos solidarios con la intifada palestina, independentistas catalanes, colectivos anarquistas, comunistas, pacifistas, ecologistas, universitarios, en lo que ha sido una congregación muy amplia de diversos sectores de la vida política nacional que incluye, además, la participación de partidos políticos, como el PSC (PSOE en Cataluña), Izquierda Unida y Los Verdes, y de las centrales sindicales Comisiones Obreras, CC.OO, y Unión General de Trabajadores, UGT.
Consignas de diversa índole fueron expresadas por los manifestantes aunque quizá la más extendida era "Aznar dimisión". Pancartas que señalan a Bush, Aznar y Blair como asesinos y terroristas, llamados a boicotear productos estadounidenses, carteles exigiendo huelga general, y reclamos a los medios de información como "luego diréis que fuimos cinco o seis", junto a tambores y cantos de diversa índole, salpicaron el recorrido que estuvo estrechamente vigilado por helicópteros de la policía, que volaban a baja altura en clara señal de intimidación.
Si bien la cantidad de manifestantes se mantiene estable en relación a las últimas movilizaciones contra la guerra que se han realizado desde el pasado 15 de febrero, la orden dada por George Bush de invadir a Irak, y respaldada contra viento y marea por el Presidente de Gobierno José María Aznar, pareciera estar acelerando un cambio de actitud en todos los niveles de la protesta.
Por lo pronto, se ha hecho claramente visible la indignación e impotencia de los ciudadanos en contra de la guerra, que según encuestas avaladas por el propio gobierno asciende al 84% de la población. Si bien en la manifestación del pasado 15 de febrero, considerada para entonces como la más concurrida que se recuerde en por lo menos 20 años, se presentaron aspectos de desorganización, en esta oportunidad los manifestantes no sólo marcharon más coordinadamente, sino la postura asumida es claramente distinta hasta antes de haber comenzado la invasión a Irak.
Diversos sectores sociales, ubicados al margen de los partidos políticos y de la dirección de las centrales sindicales obreras, reclaman un cambio de estrategia inmediato en la movilización en vista de que las marchas no han logrado el objetivo de parar la guerra.
Al tiempo que los organizadores convocan a actividades como un cacerolazo que se realizará el próximo 26 de marzo, conciertos y acampadas contra la guerra, además de una consulta ciudadana el próximo fin de semana donde se preguntará si se está de acuerdo con la guerra, algunos sectores de base exigen la huelga general inmediata como instrumento de los trabajadores para detener la producción y combatir las causas reales de la guerra. El pasado 20 de marzo la plataforma que aglutina a múltiples sectores sociales convocó un paro de 15 minutos y para este miércoles se ha invitado a "no asistir al trabajo", pero tales acciones individuales, reclaman otros sectores, no surtirá efecto alguno dada la convicción del gobierno central de apoyar la invasión.
En la tarima ubicada en el punto final de la manifestación de este sábado, un grupo de personas intentó tomar los micrófonos, pero tal acción fue impedida bajo el argumento de que la asamblea de la Plataforma Aturem la Guerra no había acordado tal acción, es decir, otras voces. Los organizadores más bien invitaban a no permanecer en el lugar y a dispersarse para evitar enfrentamientos con la policía y permitir el acceso de los que no habían llegado aún, lo cual era considerado por algunos grupos de base como un llamado a la desmovilización.
De igual modo, diversos grupos han expresado públicamente un rechazo contundente al hecho de que el único detenido de la manifestación, un joven acusado de rociar con spray una cámara de televisión, haya sido sometido y entregado a la policía nacional por el propio servicio de orden de la plataforma.
Las críticas a lo interno de la plataforma Aturem la Guerra son cada vez más visibles en vista de que se sostiene que los partidos políticos y la dirección sindical, junto a ciertos grupos sociales, están utilizando el momento únicamente con objetivos electorales y evaden tocar los puntos sensibles del capitalismo español sobre el que descansa la estrategia bélica. En escritos publicados en http://barcelona.indymedia.org/ se acusa directamente a los partidos políticos de estar infiltrados dentro de la plataforma para controlar la asamblea e impedir que la situación se desborde ante el creciente descontento social.
Mientras tanto, el gobierno central firme en su posición de apoyo a la invasión a Irak, ha dado orden de reprimir manifestaciones pacíficas como ha ocurrido especialmente en Madrid, en donde tanto el viernes como el sábado la policía ha atacado y disuelto violentamente a manifestantes pacíficos, dejando decenas de heridos y varios detenidos. Un ejemplo, incluso tímido, del nivel de agresión policial puede constatarse en un vídeo que se encuentra en http://www.nodo50.org/paremoslaguerra/images/agresionpolicial.wmv
Por su parte, el ministro de Interior Ángel Acebes, en rueda de prensa celebrada en el Palacio de la Moncloa, ha defendido la actuación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y asegura que "minorías violentas usan las movilizaciones contra el conflicto de Irak para agredir los derechos y las libertades de los ciudadanos, alterando la seguridad y creando situaciones de riesgo con manifestaciones ilegales que no han pedido autorización". El ministro sostiene que "estas minorías violentas no pueden, en nombre de la paz y la tolerancia, cortar calles, plazas y carreteras de manera ilegal, apedrear sedes de partidos e instituciones, quemar contenedores, impedir el tráfico de peatones y vehículos, insultar, amenazar e incluso agredir físicamente a los miembros de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad".
Mientras tanto, en declaraciones concedidas a una televisora, la ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacios, afirma que la prueba de que el gobierno está actuando correctamente en su apoyo a la invasión es que "ha subido la bolsa y ahora los españoles pagamos más barata la gasolina".
Mientras todo ocurre, los canales de televisión transmiten en directo y en horario estelar las bombas cayendo sobre Bagdad, las víctimas civiles y militares de la invasión, y el nerviosismo evidente en los funcionarios de Washington reconociendo su sorpresa ante la resistencia iraquí.
Tomado de Aporrea
Regresar