18 de enero 2003
Antonio Maira
Cádiz Rebelde
Hace unos días nos ha llegado una prueba definitiva de lo que sabíamos todos pero negaban los fabricantes de la "opinión pública": políticos y Falsimedia. Irak no tiene armas de destrucción masiva.
La mencionada prueba fue proporcionada indirectamente por el desarrollo del conflicto de Estados Unidos con Corea del Norte. Corea ha reactivado sus centrales nucleares y Washington ha determinado que una nueva crisis se abría en el mundo. Un país del Eje del Mal reiniciaba una actividad que podía servir de base para la fabricación de armas nucleares. Bush, Rumsfeld y el resto de la camarilla presidencial pusieron el grito en el cielo. El secretario de defensa sin pensarlo dos veces declaró impetuosamente que el Imperio podía realizar dos guerras al mismo tiempo, Irak y Corea, naturalmente, y resultar triunfante en los dos frentes. Sin embargo, y pese a esa salida guerrera de Rumsfeld, las cosas han ido por otro camino. De manera casi inmediata la administración norteamericana corrigió el ímpetu combativo y sus portavoces señalaron que la crisis tendría un tratamiento diplomático. La explicación de este amansamiento innatural en los lobos de la guerra está a la vista. Corea tiene - aunque en una cantidad mínima según los expertos- armas de destrucción masiva, nucleares, y posibilidades de alcanzar con ellas, no a los Estados Unidos, pero sí a sus grandes aliados en la zona: Corea del Sur o Japón. De modo que las pocas armas de destrucción masiva de Corea han disuadido a los Estados Unidos de iniciar una escalada militar.
En Irak ocurre todo lo contrario. La absoluta seguridad de Washington de que Irak no tiene armas de destrucción masiva ni posibilidad alguna de efectuar un ataque nuclear, químico o bacteriológico, sobre su gran aliado en Oriente Próximo, Israel, actúa como condición estratégica fundamental en la decisión de realizar la guerra.
La conclusión de todo esto es la siguiente:
EEUU va a realizar una enorme operación militar de destrucción-matanza en IraK - que no una guerra porque su impunidad es casi absoluta- precisamente porque Irak no tiene armas de destrucción masiva.
Todo lo contrario de lo que nos dicen los políticos y los medios de comunicación social.
La evidencia de que Irak no tiene armas de destrucción masiva es mucho más antigua que el estallido de la crisis larvada de Corea. Sólo hay que recordar que el antiguo equipo de inspección de la ONU, la Unscon, se movió, investigó y husmeó en el país durante más de siete años, con plena libertad de movimientos y de actuación para realizar inspecciones sin previo aviso, con medios sobrados para alcanzar la máxima eficacia: satélites, centros de computación y análisis de datos, y helicópteros, hasta que el equipo de la ONU se convirtió en un instrumento del espionaje de los EEUU. La retirada de aquél equipo de inspectores fue provocada por varios factores. Uno de ellos fue, desde luego, que la información sobre esa instrumentalización de la Unscon al servicio del espionaje de los EEUU y de Israel estalló en los medios de occidente tras la denuncia realizada por uno de sus miembros, el norteamericano Rittler. La retirada fue también la consecuencia, inevitable, de la operación Zorro del Desierto, un gran bombardeo masivo contra Irak ordenado por Clinton y Blair en diciembre de 1998. Después de aquél bombardeo, tras el que Irak denunció el ataque a los lugares que habían sido visitados por la Unscon y se negó a autorizar el regreso de los inspectores, los propios EEUU perdieron interés en la reanudación de un trabajo cuyo objetivo inicial había sido realizado exhaustivamente y cuya instrumentación tramposa había sido descubierta. Por otro lado, el control minucioso del comercio de Irak en cumplimiento de un embargo severísimo cuyo objetivo estratégico va mucho más allá de la vigilancia de las compras de material o materias primas susceptibles de uso militar prohibido, hace totalmente imposible el restablecimiento clandestino de la capacidad para fabricar armas de destrucción masiva.
Todo eso es bien sabido aunque está fuera de la información manejable en el conflicto creado por los EEUU contra Irak. Dentro de algunas semanas caerá también del lado de la información inmanejable por Falsimedia, la de que los inspectores de la Unmovic, después de cuatro semanas de rastreo, no han detectado ni el menor rastro de la puesta en marcha por Irak de programas de desarrollo o fabricación de armas de destrucción masiva, o de la existencia de almacenamientos clandestinos..
Así pues, las evidencias, antiguas o inmediatas, están al alcance o a la vista de todos los que tienen la responsabilidad de informar o de manejar públicamente información para decidir en nombre de todos. Falsimedia y los políticos, sin embargo, no tienen memoria ni percepción para determinada información, la que se sale del guión propagandístico que para la guerra han establecido los EEUU.
Las deficiencias absolutas de memoria y de percepción vienen acompañas, según parece, de problemas graves de racionalidad. La evidencia que salta de la simple comparación de los comportamientos de EEUU en las "crisis" de Corea y de Irak: Irak no tiene armas de destrucción masiva, tampoco es "reconocida" por los políticos y los medios.
El conflicto de Corea ha sido muy iluminador incluso en escenarios muy lejanos. Ya hemos explicado que ha resuelto el problema que trae locos a los inspectores de la Unmovic. Pero eso no ha sido todo. Entre otras cosas ha demostrado de nuevo -por si alguien tuviese alguna duda- que la "política de paz" de los EEUU es un fraude gigantesco. La no aceptación de un acuerdo de no agresión que fuese formalmente ratificado ante todos los países del mundo, y que garantizase además la paralización definitiva de los programas militares nucleares de Pyongyang, señala donde se sitúa el fiel de la balanza de Washington: Corea debe desarmarse pero los EEUU conservarán todas las posibilidades de agresión a un país al que, por si fuera poco este riesgo, han situado en un lugar peligrosísimo: el Eje del Mal.
Tomado de Cádiz Rebelde
Regresar