17 de marzo

5 de marzo del 2003

¡Rameras del mundo, unios!

Gabriel Ash
YellowTimes

Traducido para Rebelión por Germán Leyens

Algunos de los más fervientes partidarios de la próxima guerra neoconservadora son cristianos fundamentalistas que esperan nada menos que el Apocalipsis. Deben saber algo que ignoramos, porque ya vivimos prácticamente en el reino de la Gran Ramera. Al preparar la guerra, la Casa Blanca está reuniendo su "coalición de los perjudicados." Se presiona, se soborna, y todo el mundo contempla el strip-tease.

Entre los que se negaron a unirse a la fiesta en el burdel está Alemania, que insiste en oponerse a la guerra. Se rumorea que el Pentágono amenaza con trasladar las bases del ejército de EE.UU. de Alemania a Polonia en represalia por ese imperdonable pacifismo alemán. Parece que Donald Rumsfeld está tratando de organizar una estampida de prostitutas alemanas a la oficina para permisos de trabajo del consulado polaco, dejando que sus clientes alemanes se las arreglen como puedan. Tal vez Rumsfeld cuente con que el Canciller Schroeder sea expulsado de su puesto por una ola de priapismo popular frustrado.

Pero también existe la prostitución a alto nivel. El gobierno turco ha aceptado permitir que las tropas de EE.UU. pasen por Turquía a cambio de 30.000 millones de dólares. Esto convierte al gobierno de Turquía en la ramera más cara que haya jamás emprendido la ronda del revolcón con un ejército antes de una guerra en ciernes.

Doscientos sesenta y nueve miembros del Parlamento turco han mostrado algo de dignidad y rechazaron el acuerdo. Es demasiado temprano para decir si Turquía va realmente a permanecer fuera del vergonzoso trueque, pero hay que aplaudir a esos valerosos parlamentarios por el coraje que mostraron al interponerse entre la inmensa ramera y el peor de sus clientes (algo que no se puede decir al hablar del Congreso de EE.UU., que pronto enviará a los contribuyentes de EE.UU. la cuenta por toda esta impúdica parranda.)

La semana pasada, las noticias de política exterior se asemejaron a muchos de los shows de prostitución que son tan populares ahora en las emisiones en cadena de la televisión como ""Joe Millionaire" y "The Bachelorette."

Propongo mi propio concepto para un show:: "¿Quién quiere satisfacer al Tío Sam?" - un nuevo show-realidad de la televisión en el que delicados diplomáticos de todo el mundo compiten por los favores de un gordinflón rojo-azul de 70 años con una tremenda Bazooka y una bolsa de dólares.

Estoy preparando ese show pensando en Fox News de Rupert Murdoch, ya que creo que le va a gustar.

El programa puede comenzar con otro Fox, el presidente de México Vicente Fox, compitiendo con el rey Abdullah de Jordania. Desde luego, sería mucho mejor tener a Tony Blair en el estreno. Pero no sé si puedo encontrar a alguien que se le parezca. Hay rameras y Rameras mayúscula.

Después de jugar un poco con el concepto, me vi obligado a admitir que, como me pasa con todas mis grandes ideas, alguien ya se me había adelantado. El cineasta yugoslavo Dusan Makavejev comenzó su tragicomedia "Sweet Movie" con una competencia televisada en la que las participantes femeninas, cada cual representando a su país, exhiben sus órganos sexuales a un jurado. La vencedora se casó con un millonario texano con un penis enchapado en oro.

Házte un favor y alquila esa película y mírala. Solía parecer algo exagerada, pero ahora es algo que hay que ver respecto a las "Relaciones Internacionales".

Makavejev es un verdadero genio. ¿Quién podía haber predicho en 1974, mucho antes de que la televisión realidad se hubiese puesto tan de moda, que tantos gobiernos se prostituirían de esa manera ante un George Millonario de Texas y su hábil Dick Cheney [dick=verga (vulg) en inglés, N.d.T.] enchapado en oro?

A propósito, en la película, la virgen que gana la competencia y se casa con el millonario texano termina comiendo excrementos -literalmente. Es una advertencia que es particularmente relevante para los gobiernos árabes que ahora exhiben su vergüenza ante sus pueblos y ante todo el mundo. Tarde o temprano, pagarán el precio por su cobardía.

Sin embargo, en mi propio show, quisiera imaginar un final diferente, más feliz.

Un día todas las rameras se reúnen y deciden que ya les basta. Se confabulan contra el millonario texano, le cortan su penis dorado, y se lo meten en la boca. Música. Corte para la publicidad.

3 de marzo de 2003
[Gabriel Ash nació en Rumania y creció en Israel. Gabriel es editor para el Oriente Próximo de News From the Front de YellowTimes.org, ubicado en el URL siguiente: http://www.YellowTimes.org/nftf.html. Vive en Estados Unidos.] Su correo es: gash@YellowTimes.org

Tomado de Rebelión

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