18 de marzo de 2003
ARTISTAS FRENTE A LA GUERRA EEUU-IRAK
Mario Castro-Hansen
ARGENPRESS.info
El pintor franco-chileno, Mario Castro-Hansen, a partir de un artículo del escritor peruano Mario Vargas Llosa, publicado en La Tercera el 2 de marzo recién pasado, reflexiona y responde al autor de 'Pantaneón y las visitadoras', bajo la convicción de que un artista no puede quedar indiferente ante la realidad mundial.
Jamás en la historia de la humanidad, un fascismo tan cínico, como el de ahora había sido realidad.
Roma antes de masacrar y hacer desaparecer del mapa a Cartago, le ofreció la paz si primero entregaba todas sus armas. Cartago obedeció y no quedaron trazas de su existencia.
Como aquel poder que borró de la tierra a Cartago, Bush y sus secuaces tienen como arma, la mentira hablada y escrita, además de la cinematográfica. Su lenguaje es la violencia sin límites y su arsenal de armas de exterminación masiva es varias veces más grandes que el de todas las naciones del mundo unidas.
Esta fuerza que Bush ha convertido en una fuerza abominable y enfermiza, quiere imponer sus dictados aduciendo engaños visuales y hablados, jamás táctiles, porque ellos se estiman intocables y bien protegidos en sus madrigueras de betón y acero pentagonales, rumiando chiclets hormonales producidos por los laboratorios fast-food, para clonos sádicos y violentos criminales, estériles como los alimentos genéticamente modificados que EEUU pretende hacer consumir al mundo entero, mundo que ya dio su veredicto de paz, contrario a la 'cultura americana', cultura de la polución mental, física y ambiental que ha hecho de la tierra un basural.
Francia, centro de Europa, fortaleza del conocimiento, es un país de una moral históricamente fuerte. Su revolución hizo nacer la Igualdad, la Fraternidad y la Libertad, y con el tiempo estas tres hijas hicieron la trilogía de los Derechos del Hombre, también nacidos en esa tierra fértil en ideas para el bien de la humanidad.
En el último artículo de Mario Vargas Llosa, publicado en La Tercera el 2 de marzo, el escritor pretende ensuciar la imagen de Francia, haciendo cálculos de plata contante y sonante políticamente. Su sospecha opinión liberalista está de acuerdo, primero y antes que nada, con los intereses económicos. Se dice contrario a la guerra pero nunca deja de decir lo necesaria que es y nunca menciona la cultura francesa. Es esa cultura descendiente de Aristóteles y Platón, que hace de Francia el principal país de la oposición a la guerra de Irak. Es esa cultura de Pascal, Descartes, Voltaire, Russeau, Rimbaud, Baudelaire, Flaubert, Balzac, Sthendal, Víctor Hugo, Jules Verne, Camus, Rabelais, Jean Paul Sartre, Manet, Monet, Gauguin, Renoir, Van Gogh y miles de otros, que me enseñó en los 40 años que vivo en París, que en esa tierra fértil, la cultura crece cuidada por todo ese pueblo amante de la paz y la belleza. Paz y belleza reflejada en el mundo entero por el No a la guerra del Presidente Chirac. No que tiene la mayoría de la opinión pública europea con él. La tiene, porque el sentido de la vida es más fuerte que el de la muerte. Es por eso y nada más, señor Vargas Llosa.
El miedo analfabeto que quiere la guerra, es el alimento de los Aznar y Berlusconi, descendientes de Franco y Mussolini, que encontraron un nuevo Hitler y su bufón Tony Blair, adoradores del becerro de oro.
El presidente Lagos no traicionará el honor de Chile. El como Schöeder y Chirac sabe donde se encuentra el límite entre la mentira y la verdad y no será menor que los dos europeos que lo han hecho conocer a la humanidad entera. Eso es coraje, como el de Henry Miller, Norman Mailer, Jonh le Carré y todo el intelectualismo de Europa. Verdaderas culturas democráticas donde los jefes de gobierno no son dinastías como en América, del Norte, Central y del Sur. Jamás un apellido se han repetido en las altas cumbres del poder de Francia, porque en ese país, señor Vargas Llosa, existe una verdadera democracia.
Tampoco es verdad cuando usted afirma que EEUU salvó a Europa de Hitler. Los principales artesanos de ese triunfo fueron Inglaterra y Rusia sobre todo con sus más de 20 millones de muertos. Fue la batalla de Stalingrado que destruyó el mito de la invulnerabilidad nazista.
EEUU en las dos guerras mundiales tuvo alrededor de 400 mil muertos, en un total aproximado de 60 millones de europeos, sin contar la destrucción masiva que dejó en ruinas la 'vieja Europa' como la llamó Rumsfeld, el cínico; Powell, el gorila desteñido; Cheny, el comerciante de cañones, y el mediocre, ex alcohólico Bush, pecador redimido por Satanás. Integrista puritano de la filosofía de los cobardes, filosofía que emplea la fuerza contra los débiles y que se mete debajo de la mesa cuando las cosas van mal. ¿Acaso alguno de estos guerreros, fuera de Powell, hizo la guerra de Vietnam? Ellos sólo conocen las guerras payasas de Bruce Willis, Silvester Stallone y compañía, títeres intelectuales apoyados de músculos de cartón y cerebros vacíos.
Hay una profecía del Medio Oriente que dice 'cuando las torres del bien y del mal toquen el cielo, los pájaros de fuego la destruirán. De los escombros una sola se levantará, si es la del bien, la paz sobre la tierra reinará, si es la del mal, la guerra del anticristo hará morir a la humanidad'.
Para terminar pregunto, como europeo adoptivo que soy, ¿dónde están las voces del intelectualismo chileno? ¿Las voces de sus artistas plásticos? ¿Dónde?
Sumergidas en el silencio oscuro de la codiciosa complicidad, pero nadie puede dudar del no potente venido del más allá. Son las voces de Matta, Neruda, Mistral y Huidobro, los cuatro grandes; grandes porque sabían que la única pasión que justifica todos los excesos, no es la ambición, sino la justicia. Justicia para todos los pueblos de la tierra. Justicia para el pueblo palestino y para el de Irak. Porque como dijo Dostoievsky 'al centro de esta vida impúdica y mezquina una verdad inmortal hace el día y todo se ilumina'.
Esa luz nace de la paz y no de la guerra señor Vargas Llosa.
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