12 de marzo del 2003
Modesto Emilio Guerrero
El viaje de 'ablandamiento' de Colin Powell, Secretario de Estado USA, a Guinea el lunes próximo, tiene el objetivo de seducir el voto del canciller de ese país, Francois Fall. Este ejerce la presidencia rotativa del Consejo de Seguridad. EE.UU. e Inglaterra necesitan 9 de sus 15 votos para que nadie los acuse de que su guerra no se ajusta al 'derecho internacional'.
Detrás de Powell irá el canciller francés Dominique de Villepin, este mismo lunes, con el mismo objetivo seductor, pero por Angola, Camerún y Guinea.
Contra lo que muestra esta apariencia, la inclusión de países oprimidos en el Consejo de Seguridad, desde el fin de la Guerra Fría, hizo más vulnerable al que fue, hasta 1991, el organismo clave de la ONU para controlar conflictos internacionales. La seducción de los 'negritos' de la ONU muestra el trance mortal en que se encuentra las Naciones Unidas.
No hay nada más peligroso que la seducción de un imperio. Como dijo William Pitt, un famoso canciller británico a mediados del siglo XIX, 'Gran Bretaña no tiene amigos, sólo intereses'. Powell le pedirá a Fall que apoye el bombardeo contra Irak, y si no, entonces que lo observe desde su banca en el Consejo de Seguridad, en Nueva York.
La actual crisis diplomática dentro y fuera de la ONU por la cuestión Irak, rasgó los pocos velos de ilusionismo democrático que aún esperanzaban a gente de buena fe, que vienen hablando de la reforma de las Naciones Unidas desde 1991, que es como pedirle lo mismo al Vaticano.
No es la primera vez que EE.UU. pasa por encima del Consejo de Seguridad, por no hablar del resto de los organismos, como el Tribunal Internacional o la ACNUR (refugiados). El académico Noam Chomsky ha denunciado esa conducta 'díscola', a veces hasta el aburrimiento, en una decena de libros bien documentados. En el último 'Estados Canallas, el imperio de la fuerza en los asuntos mundiales', rescata la poco conocida declaración del exEmbajador estadounidense en las Naciones Unidas, Patrick Moynihan. Este buen hombre se atrevió a escribir en sus memorias, en 1978, lo siguiente: 'Estados Unidos quería que las cosas ocurrieran tal como ocurrieron y trabajó para conseguirlo. El Departamento de Estado deseaba que las Naciones Unidas aparecieran como sumamente ineficaces al aplicar cualquier medida que decidieran. Esa tarea me fue encargada a mi, y la llevé a cabo con no poco éxito'. (Daniel P. Moyniahn, 'Dangerous play').
Se refería al desconocimiento que hizo Norteamérica de la Resolución del Consejo de Seguridad, en 1975, que exigía a la dictadura de Indonesia el retiro inmediato de Tímor oriental. El resultado fue que un poco más de 200 mil asesinados en Tímor entre 1975 y 1977 'gracias al apoyo militar cada vez mayor de EE.UU. con la colaboración del Reino Unido' (N. Chomsky, 'Estados Canallas', Paidós 2002, pág. 11).
Eso ocurrió cuando las autoridades norteamericanas respetaban algo de las Naciones Unidas.. Eran años de Guerra Fría y Coexistencia Pacífica, entonces el Consejo de Seguridad funcionaba como una suerte de Jefatura Mayor del sistema mundial de Estados. Algo así está por aparecer ante nuestros ojos en Irak.
¿Qué va a hacer la ONU después del 17 de marzo si bombardean y toman Bagdad? Más que 'sumamente ineficaz', la ONU quedará postrada, y quizá, esta vez sea para convertirse en otra cosa.
La ONU se compone de seis órganos centrales, de los que dependen 55 organismos y programas de carácter mundial. Sus tareas son estudiar, elaborar proyectos, investigar, proponer programas de acción, vigilar y controlar la vida política, económica, militar y cultural de todos los estados del planeta.
Estos organismos cumplieron con la exigencia de 'reordenar' el mundo desde finales de la II Guerra. El Consejo de Seguridad es el órgano más activo y mejor financiado. No por casualidad fue el primero entre los organismos creados, en enero de 1946. Al mes siguiente fundaron el Banco Mundial y el FMI. Según datos de la propia ONU, el Consejo de Seguridad se ha consumido, 'más del 70% de sus recursos regulares' (Correo de la UNESCO, septiembre de 1955).
El bautismo de la ONU fue la destrucción de la Nación Palestina en 1948, al crear el Estado racista de Israel 14 de mayo de ese año. Esta primera gestión de la nueva 'comunidad internacional' que regía el mundo, constituía un bastión contra la revolución árabe que había comenzado con la huelga general palestina de casi un año en 1936. Siguió la partición de la India, separando a Pakistán para bloquear el maremoto revolucionario que trajo la descolonización que acaudilló Gandhi. Después organizaron la intervención en Indonesia el mismo año de 1948, continuada por el bloqueo soviético de Berlín oriental entre septiembre de 1948 y marzo de 1949.
En 1951 la ONU se dedicó garantizar la 'seguridad mundial' interviniendo en la Guerra de Corea, dividiéndola en dos, para frenar la amenaza China, país donde se estaba expropiando el capitalismo desde 1949. Un año después, en la Asamblea General de las Naciones Unidas se negocia la cuestión tunecina. Francia, imperio dominante en esa región, había invadido Túnez para evitar 'su descolonización apresurada', como la calificó, sin el menor tapujo, el primer Secretario General de la ONU, el noruego Trigve Lie.
La lista es larga, abarca medio siglo bajo el eufemismo 'control y seguridad de la paz mundial'. La intervención militar, diplomática y propagandística sobre más de 1.700 conflictos, entre los que se registran unas 47 revoluciones sociales, de liberación nacional y guerras civiles. Nunca los Estados dominantes tuvieron a su servicio un organismo tan eficaz, centralizado y enérgico. Como resumiera Boutros Boutros-Galli, el 24 de octubre de 1995 en Nueva York, cuando se celebraron los primeros 50 años de las Naciones Unidas: 'Las naciones contaron con una oficina mundial para arreglar sus diferencias, como nunca tuvieron en la historia, y eso debe ser fortalecido'.
Tomando como fuente el 'Informe a la Asamblea General' de 1995, ofrecido por Boutros-Galli, a quien le tocó el papel de conducir la ONU en la transición desde la Guerra Fría al nuevo desorden mundial, tenemos el siguiente resumen. Desde 1948 hasta 1995, la ONU organizó 47 'operaciones de mantenimiento de la paz': 8 en América Latina, comenzando por Cuba, pasando por Santo Domingo y terminando en Centroamérica. 7 en Asia.
Africa fue un dolor de cabeza del tamaño de un continente. Hubo 17 intervenciones militares con una exigencia desproporcionada, que ellos reseñaron así: 'Excesivos esfuerzos de las Naciones Unidas por el proceso de descolonización', es decir la revolución anticolonial africana que comenzó en el Congo en 1960.
En Europa se cuentan 6 intervenciones militares desde 1991 hasta 1995 y en el mundo árabe 14 intervenciones.
Según las informaciones de la Secretaría General publicadas en la revista de la UNESCO, han sido movilizados alrededor de un millón de soldados en los 50 años de la postguerra. Sólo en un año, 1995, intervinieron con 70 mil soldados en varios lugares del mundo, especialmente en Bosnia. Para eso se inventó la ONU.
A la pregunta qué hará la ONU después de Irak, dos respuestas son posibles: o deja de ser la ONU, como hasta ahora la conocimos, o se dedica a contar los muertos y escribir documentos.
Fuentes:
A) Las Naciones Unidas, orígenes, organización, actividades, ONU, NY, 1969.
B) Cincuenta Años Después, Federico Mayor, Correo de la Unesco, pág 9, octubre 1995.
C) Motivos de esperanza, Boutros Boutros-Ghali, Idem. pág. 5.
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