México D.F. Lunes 24 de marzo de 2003
Washington y Londres sufrirán choque y pavor, asegura el ministro de Información
Guerra de desementidos sobre bajas Cerrar filas, pide Bagdad a las "masas árabes"
ROBERT FISK
ENVIADO ESPECIAL THE INDEPENDENT
Bagdad, 23 de marzo. Los iraquíes dejaron atónitos a estadunidenses y británicos la noche de este domingo al transmitir un video que mostraba a soldados estadunidenses capturados y a otros muertos; una verdadera pesadilla para Bush y Blair. Pudo verse el cuerpo de un soldado estadunidense con una enorme herida roja a un lado del cuello, al tiempo que dos de sus compatriotas prisioneros aparecían en la pantalla. Uno decía que él sólo "cumplía órdenes".
El soldado, al parecer de Kansas, dijo que él "no tenía nada contra el pueblo iraquí". Su compañero rehusaba hablar. Ambos fueron entrevistados por reporteros de la televisión iraquí, aparentemente en el lugar donde se llevó a cabo una emboscada, cerca de la ciudad de Nassariyah, en el sur de Irak. Todo el día los iraquíes han hecho alarde de la captura de los soldados estadunidenses, aunque nadie les creía.
Este domingo, miles de iraquíes también se reunieron a las orillas del río Tigris cuando elementos de seguridad daban caza a dos pilotos estadunidenses que salieron expelidos de su nave, que fue derribada sobre Bagdad. Los civiles estaban a todo lo largo del río y sobre los puentes, mientras buzos buscaban los cadáveres en el agua.
Las imágenes transmitidas por televisión incrementarán el apoyo interno a Saddam Hussein, pues se les considerará pruebas de que cumplirá sus promesas sobre esta guerra: que las fuerzas anglo-estadunidenses serán vencidas y el régimen de Saddam sobrevivirá. El presidente Hussein dijo, apenas unas horas antes de que se transmitiera el video, que los prisioneros serían tratados de acuerdo con la Convención de Ginebra, aseveración que fue considerada una mera formalidad hasta que la cinta se empezó a mostrar repetidamente en la televisión estatal iraquí.
Durante todo el día Bagdad se sintió como Kuwait en 1991, después de que los iraquíes prendieron fuego a los pozos petroleros, pues desde el sábado arden los pozos que están alrededor de Bagdad. Independientemente de que estas hogueras puedan o no influir en los sistemas de navegación de los misiles cruceros, es un hecho que el humo ha formado sobre la ciudad un siniestro y oscuro dosel. Los tejados se han vuelto negros, y el cielo, gris. Sólo mirando directamente al cielo puede verse un poco del sol. El Tigris fluye lento bajo una neblina parduzca. Si hasta hace unos días los habitantes de Bagdad podían fingir que la guerra no existía, este domingo vivían ya bajo su sombra.
Durante todo el día se escucharon explosiones. El eco de un estallido proveniente de los suburbios, el sonido de aviones supersónicos y otra explosión. Posteriormente, y como es normal en una guerra como ésta, un autobús de dos pisos seguía su ruta y cruzaba un puente sobre el Tigris en dirección a Qadamiya. Y es que para estar enterados de las realidades, o lo que según los iraquíes son realidades estratégicas, había que aventurarse hasta las instalaciones donde el general Hazim Al Rawi estaba dando una conferencia de prensa matutina, al estilo Tommy Franks.
De hecho, el general Al Rawi nos está prometiendo más encuentros con la prensa que Tommy Franks, práctica que suponemos continuará hasta que el comandante Franks acepte la rendición de Al Rawi o, lo que es más improbable, que Al Rawi acepte la de Franks.
El puerto de Um Quasr aún resistía, según nos dijo el general iraquí. "Irak se convertirá en un atolladero para los estadunidenses. También me gustaría decirles que antes de venir a la conferencia de prensa hice una llamada a nuestra división 51, en el sur de Irak. Se le conoce como Sarial Al Jebel o división Rápida de Montaña. Nuestros oficiales me afirmaron que uno de sus comandantes y su principal lugarteniente han sido capturados. Y no es verdad lo que dicen sus agencias de que miles de nuestros soldados se han rendido."
Con esto, el general iraquí trató de desmentir reportes emitidos el sábado por la BBC de que 6 mil soldados iraquíes habían sido capturados. "Sus reporteros en Basora -prosiguió el general- pueden hacer entrevistas en vivo con los comandantes de nuestras fuerzas y enterarse de la verdad. Nuestra división 51 sigue infligiendo serias bajas en las tropas enemigas. Estas mentiras sobre nuestros hombres son parte de una guerra sicológica."
Después siguió una parte ya conocida de toda guerra árabe: las afirmaciones sobre aviones derribados. "Nuestras heróicas y valientes fuerzas han derribado hasta (sic) cinco aviones cazas y dos helicópteros. Un artillero fue derribado cerca de Bagdad y otro cerca de Mosul, un tercero cayó en Akhtar Rashid, un cuarto en el distrito de Taji y otro más en Basora. Un helicóptero fue derribado en Mosul y otro en la zona de Samara." Como dicen los reporteros, "no hubo confirmación independiente de estas versiones".
El ministro iraquí de Información se mostró lleno de desprecio por estos día de guerra. "La llaman táctica de choque y pavor", sostuvo Mohamed Said Al Sahaff. "Pero parece que quienes están sufriendo el choque y el pavor son ellos. Usemos su propia terminología, si bien no es lo que yo prefiero."
A esto siguió un amplio comunicado del vicepresidente Taha Yassin Ramadan. Buena parte del texto se enfocaba en demandar el apoyo de las "masas árabes", esa voluble comunidad que nunca da ningún respaldo a Irak ni a nadie más. El llamado, sin embargo, era de una retórica amedrentada y pasada de moda. Se interpretaba que, independientemente de lo que hicieran los líderes árabes, correspondía a "las masas" cerrar filas en "las trincheras". ¿Y qué tendrían que hacer "las masas" una vez ahí? "Cada ciudadano árabe y cada musulmán debe ser una bala apuntada hacia el pecho del agresor, hasta que deje esta tierra de los árabes esta tierra del Islam."
También hubo varias bravuconadas en respuesta a las afirmaciones angloestadunidenses sobre sus avances en el terreno. "Dicen que han penetrado entre 160 y 180 kilómetros. Me gustaría decirles que avancen 300 kilómetros. Pero en el momento en que topen con cualquier ciudad o poblado, correrán la misma suerte que están corriendo en Um Quasr. Ustedes pueden ver la destrucción de sus tanques en Suq ash-Shuyukh."
El vicepresidente Ramadan aseguró que los estadunidenses que traten de llegar a Bagdad sufrirán un destino similar. La grabación que se transmitió esta noche seguirá siendo mostrada por los iraquíes como fundamento de esta amenaza.
ŠThe Independent
Traducción: Gabriela Fonseca
La televisión iraquí muestra entrevistas con soldados estadunidenses capturados por el ejército de ese país FOTOS REUTERS
Tomado de La Jornada
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