17 de marzo

22 de marzo de 2003

CONTRA LA GUERRA IMPERIALISTA

Testimonios desde Bagdad sobre la masacre iniciada por Bush

RESUMEN LATINOAMERICANO

Sobhi Haddad, corresponsal del Servicio Árabe de la BBC en Bagdad

"La noche del viernes fue la noche más terrible que Bagdad haya vivido durante los últimos veinte años. Aún durante la guerra Irán-Irak o la Guerra del Golfo en 1991 jamás cayeron tantos misiles y bombas sobre la ciudad.

Las fuertes explosiones, no muy lejos de la casa, hicieron que se rompieran los vidrios de las ventanas.

Acabo de hablar por teléfono con mi sobrino, que vive en el noroeste de la ciudad. Me dijo que la mayoría de las zonas vecinas fueron bombardeadas. Todos los vidrios estallaron, pero tomaron precauciones. Colocaron cortinas pesadas y mantas sobre las ventanas y las cubrieron con cinta adhesiva; eso les salvó la vida

Mis dos hijas no pueden dormir, están asustadas y se despiertan a la medianoche gritando.

No son sólo las explosiones de los misiles y las bombas, las defensas antiáereas también hacen un ruido terrible.

Encima de mi casa, un proyectil antiaéreo interceptó un misil de crucero, que explotó cayó en mil pedazos cerca de mi casa.

No hay un sólo distrito de Bagdad que no haya sido atacado.

Los que pueden irse ya se han ido, hace unas dos o tres semanas muchos se iban cada día a Siria, pero eso ha cesado.

Y hay otro problema, la gente teme que si deja su casa, será destruida o robada. Eso me pasó a mi. En 1991, el primer día de la guerra, subí a mi familia a un auto y la llevé al norte de Irak, unos 270 Km. al norte de Bagdad, a la zona kurda, que era la más segura.

Volví a Bagdad y trabajé desde un hotel. Cuando fui a mi casa había sido vaciada y destrozada. Lamentablemente algunos se aprovechan de estas situaciones".


Neriman Haddad, esposa de Sobhi y madre de dos hijas de 11 y 4 años

"No sabía que hacer, porque me agarró de sorpresa, no pensé que las explosiones serían masivas, porque las noches anteriores el bombardeo había durado una o dos horas.

Mi hija de 11 años se acuerda de 1998, cuando un misil pasó cerca de la entrada de nuestra casa. Y desde entonces tiene pesadillas. "Teníamos miedo. Corría de un lado al otro, tratando de calmar a mis hijas.

Ayer fue muy valiente, y quería subir al techo con su padre a ver qué estaba sucediendo.

A mi hija más pequeña tuve que darle Valium. Sólo tiene cuatro años y su corazón latía tan rápido que yo me asusté mucho. Tuve que darle algo, y se calmó un poco.

Pero cuando su padre bajó del techo, y lo vio, no quiso irse a dormir a menos que su padre la abrazara. Le pedía todo el tiempo que la abrazara fuerte. Quería sentirse segura.

Recen por nosotros".

Tomado de RESUMEN LATINOAMERICANO

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