Vivimos una fantasía.
Durante un tiempo, nuestro corazón
fué uno solo.
No tú corazón, no el mio
era entonces; nuestro corazón.
Nunca te conocí,
nunca me conociste,
pero amaba cada una de tus palabras,
cada uno de tus pensamientos.
Mi alma se alimentaba de ellos.
Nunca toque tu rostro,
pero mis dedos acariciaban en el aire,
cada una de tus facciones.
Sintiendo sin tocar, tus ojos,
tu nariz, tus labios.
Te abrazaba con fuerza,
cerrando los ojos,
apoyando mi cabeza en tu pecho
para escuchar latir a nuestro corazón.
El sonido del viento, me traía tu risa.
Arrullaba mis sueños, el sonido de tú voz.
Sandy
Noviembre 1998
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