Estudié Economía en la Universidad Católica. Mientras estudiaba, trabajé un tiempo como recepcionista en el hotel Alcázar --no recuerdo sí antes o después de Teddy del Aguila--, y como operador de larga distancia internacional en la Compañía de Teléfonos. Uno de mis compañeros de trabajo era Darío Rosas. Lo he visto muy poco después de ese tiempo.

En 1975 entré a trabajar en la Oficina de Proyectos de Inversión en el entonces flamante Ministerio de Alimentación. Allí conocí a mi esposa, Carmen, con quien me casé en 1978.

Después de un año de trabajo, me llamó Juan Isla para ofrecerme un trabajo en la Dirección General de Artesanías del Ministerio de Industrias. El puesto de Asesor del Director General venia de ser ocupado por el doctor Parodi. Encontré un lugar muy agradable en el cual desarrollé mi interés por vincular a empresarios pequeños con el mercado. Los pobres no necesitan ayuda, necesitan oportunidades. Obtuve grandes satisfacciones --de tipo emocional, no de tipo económico. Ocupé varios puestos diferentes hasta 1979 en que pasé a la Empresa Peruana de Promoción Artesanal - EPPA Perú como Gerente Comercial. Trabajé duro pero fue un trabajo que disfruté mucho. Como se imaginarán, aprendí muchísimo. Me dediqué bastante a la exportación, lo que sirvió para que me invitaran a formar parte del Fondo de Promoción de Exportaciones, donde entré a trabajar en 1981.

1982 es un año importante para mi vida pues, como mencione anteriormente, es el año en que nació mi hijo Eduardo. También es el año en que murió mi padre Eduardo. Un Eduardo reemplazó a otro. Hasta ahora me parece increíble como un hijo hace que salgan a la superficie capacidades que uno no sabía que tenía. Es un buen incentivo para mejorar.

En 1984 me invitaron a trabajar en la Oficina Comercial en Milán. La Oficina dependía de la Embajada en Roma y teníamos presupuesto propio. Por ello, no teníamos mayor ingerencia de la gente de la Cancillería, que en general, son unos engreídos poco informados --excepción hecha de nuestros queridos Héctor, Arturo, y algún otro Santarrosino que pudiera trabajar o haber trabajado en el servicio exterior. Italia es muy bella y agradable. Los italianos son gente simpatiquísima.

En 1985 regresé para encargarme de las sucursales del FOPEX en otras ciudades del Perú, además de seguir con la artesanía. Linda época! Viajé por todo el Perú de manera seguida y sostenida. Le agarré el gusto al Perú. A fines de 1986 el FOPEX pasó a formar parte del discutido Instituto de Comercio Exterior. Me encargaron la promoción de productos mineros, metales, la industria de bienes de capital y metal mecánica, la industria maderera, alpaca y otras actividades económicas. Lo disfrute. Me sirvió para conocer lo que no conocía --y no estoy seguro si quería conocer. Pero participé en cientos de comisiones para repartir de todo: dólares, cuotas de zinc, reservas forestales, etc. El sueño dorado de un burócrata.

El famoso ICE se fue politizando cada vez más (esos apristas...!!!), y decidí aceptar la invitación de la Sociedad Nacional de Industrias (SNI) para ocupar el puesto de Gerente de Desarrollo Industrial. Prefiero no comentar esa época, pues aunque hice muchos amigos y aprendí bastante, también perdí cualquier rasgo de ingenuidad que me quedaba.

En 1991 me invitaron a encargarme de establecer una empresa del grupo Ferreyros en Iquique, Chile. Experiencia muy interesante, en un país que tenía entonces muchos años más de apertura que el Perú. Los chilenos son una gente muy amable y con un nivel de cultura muy bueno. Me trataron muy bien. Una cosa que me llamó la atención fue su mayor homogeneidad cultural. Su estructura étnico-social es igualita a la nuestra, o sea, hay mucho mestizo, cholito, chinito y blanco. Pero ellos no son conscientes de esas diferencias étnicas, como si somos nosotros los peruanos. Por supuesto que esa homogeneidad los ayuda muchísimo a su desarrollo económico. Nosotros todavía tenemos que superar esas taras racistas que retrasan nuestro desarrollo.

La gente de la SNI, que parece se acordaban de mí, me propuso a ONUDI para ocupar el puesto de Coordinador Nacional de Perú en el Programa Latino Americano de Automatización Industrial. Regresé al Perú y disfruté de 18 meses de un trabajo muy satisfactorio. No sólo tenía mucho que aprender sino que tuve que viajar a varios países latino americanos y europeos.

Pero la plata se acababa y los venezolanos se peleaban con los colombianos y los brasileños por la sede y el Programa se veía un poco incierto. Carmen vio en el periódico un aviso que, según Carmen, describía mi perfil de trabajo y experiencia. Como tuve que viajar a Chile, ella lo envió. Era un trabajo en la A.I.D., que para mí significaba Agencia para el Desarrollo Internacional, pero como descubrí después, es la Agencia de los EE.UU. para el Desarrollo Internacional. Gran diferencia entre una agencia multilateral, mas una cooperativa, y una agencia del gobierno de los EE.UU. Aquí trabajo desde hace seis años. Ya me aprendí casi todos los trucos burocráticos --no se puede conocer todos porque la burocracia está siempre en reestructuración. He aprendido a escribir con gran facilidad en Inglés. He encontrado un lugar donde puedo trabajar con gusto con la gente que me gusta más: lo s que tienen más deseo de mejorar que son los que menos tienen. También son los que mejor reconocen lo poco que reciben. Tengo contrapartes con las cuales estamos construyendo una nueva forma de trabajar con los pobres: tratándolos como clientes, no como "beneficiarios".

Carmen sigue conmigo después de veinte años: gran capacidad para el sufrimiento! Eduardo termina el colegio este año. El Santísimo Nombre de Jesús es un colegio con unas monjas antipatiquísimas, pero que tenía muchos alumnos hijos de ex-alumnos del Santa Rosa. Me lo recomendó el papá de Aquiles Lanao. Desde el día que Eduardo lo conoció no quiso dejarlo. Le ha ido bien. Se dedica a la "música", si se puede estirar el concepto tanto. Estudia japonés como tercera lengua y es un buen hijo. Carmen es la Presidenta del Comité de Promoción del salón de Eduardo y está en todas las actividades. Igual que algunas señoras del colegio que recordamos.

Espero haber sido lo suficientemente amplio. Sin embargo, cualquier duda o comentario será siempre muy bienvenido.