"No hay nada como el
conocimiento y la sabiduría para perturbar al orden establecido y al
estancamiento basado en el miedo y la ignorancia." Muchas veces me han preguntado sobre mis
creencias, que pienso de esto o de aquello, etc... Es por esto que he decidido resumir en pocas palabras
cual es mi concepto de "satanismo", ya que para mí no representa a
una religión, una forma irresponsable de vivir la vida o la búsqueda de un líder
a quien seguir, sino mas bien una forma de realzar nuestras personalidades para
obtener un carácter único, el cual todos poseemos y debemos por ende
descubrir. Para el satanista, Satanás es la proyección de los deseos, de las voluntades, de los pensamientos de los hombres. Satanás es nuestro ideal particular, ósea individual, ósea privado de todo carácter estable y universal. La búsqueda de ese ideal ha de entenderse en el sentido de las aptitudes innatas. Desarrollar en uno mismo las aptitudes innatas significa aceptar la propia naturaleza, sea cual fuere, en tanto que el fin de las religiones y sobre todo del cristianismo, es el de reformar, enmendar, corregir, transformar la naturaleza humana en el sentido de una ley superior divina. Por siglos se ha usado el temor al demonio para
mantener viva la fe judeo-cristiana, dándole a la naturaleza carnal del hombre
una perspectiva pecadora. El satanismo, entonces incentiva a la
gente a explorar su sexualidad y alejar los tabúes y sentimientos de culpa por
sentir que estaban haciendo algo prohibido. El satanismo te abre la
mente y cambia tus formas de pensar, haciéndote ver que la actividad sexual es
una función tan normal y cotidiana como el comer. Las practicas sexuales
pueden ser masoquistas, con perdida de sangre, con orina, con sodomía, con
excrementos, con armas y cuchillos, pero estas son acciones que ustedes como
hombres libres deben decidir, ya que son las propias personas las mejores
conocedoras de sus limites y pudores. El hedonismo es uno de los
ideales satánicos, considerando al espíritu y al cuerpo como uno solo,
realzando la existencia física por sobre la vida espiritual. El satanista es un elitista y un Darwinista,
destruyendo el mito de que todos somos iguales. La igualdad es símbolo
de apoyo al débil en desmedro del fuerte, traduciéndose en mediocridad, debe
por ende permitirse que la sociedad alcance su propio nivel sin preocuparse de
los incompetentes, realzando a la tecnología y la ciencia, ya que es el único
trampolín que tiene el hombre para llegar a ser dios. El concepto de Satanás con cuernos y pesuñas,
con un tridente y presidente de un infierno ardiente en las profundidades de la
tierra, no tiene ninguna relación con la realidad y esta tan obsoleta como la
creencia en Dios. El satanista cree en la fuerza oculta detrás de
la creación y la evolución, fuerza que a guiado a la humanidad desde sus
humildes principios hasta lo que es hoy en día. Fuerza que podemos
utilizar para convertirnos en individuos creativos y competentes. Es
esta fuerza a la cual el satanista venera, reconociendo en ella la manifestación
del poder, el progreso y la evolución, fuerza a la cual llamamos Satanás.
A través de la practica del Lex Talionis, nosotros seguimos el camino natural
de desarrollo: ser nuestro propio dios, controlar nuestro destino y ser
responsables de nuestros actos. Hoy en día la humanidad tiene la opción de
alterar su ambiente para conformar sus deseos, en lugar de adaptarse a el en su
estado original. Muchas veces la humanidad al manipular el ambiente,
convierte a este en uno perjudicial a la vida. Una tarea del
satanista es neutralizar este error y lograr el progreso tanto en la balanza
medioambiental como en la humana, para lograr así la verdadera evolución.
El camino a esta evolución es inherente a la naturaleza humana y es
decididamente anticristiana. Si hacemos un estudio de la naturaleza
humana, de las leyes que gobiernan nuestro mundo y del curso de nuestra evolución,
veremos simplemente que las únicas verdaderas blasfemias contra nuestro creador
son las doctrinas enseñadas por las religiones judeo-cristianas.
Para finalizar solo quiero decir, que no solamente quiero ser igual a Dios por presumir tener voluntad propia, sino que también quiero ser mayor, queriendo lo que Dios no quería que quisiese y poniendo mi propia voluntad por encima de la voluntad de Dios. Tinieblas
© 2000 Pablo Tinieblas