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INFORME ANUAL DE POLÍTICA EXTERIOR Y DERECHOS HUMANOS 2001

 

AMNISTIA  INTERNACIONAL

 

5.5           GUINEA ECUATORIAL

 

SITUACIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS EN GUINEA ECUATORIAL

 

            El hostigamiento a los opositores políticos siguió constituyendo una práctica sistemática a lo largo de todo el año. Continuaron proliferando las detenciones arbitrarias, los malos tratos y las torturas. Los casos denunciados no han sido investigados, por lo que sus responsables permanecen en la más completa impunidad.

            Las elecciones municipales de mayo fueron boicoteadas por los tres principales partidos de la oposición ante acusaciones de fraude. Esto llevó a una clara victoria del partido en el poder, Partido Democrático de Guinea Ecuatorial (PDGE).

 

LA COMISION DE DERECHOS HUMANOS DE LAS NACIONES UNIDAS (ONU)

            En abril de 2000, la Comisión de Derechos Humanos de la ONU examinó el informe elaborado por el representante Especial de la ONU para Guinea Ecuatorial, que había visitado el país en noviembre de 1999. La Comisión instó al Gobierno a respetar la libertad de desplazamiento, asociación y expresión; pidió a las autoridades la adhesión del país a la Convención de Naciones Unidas contra la Tortura y que la jurisdicción militar fuese aplicada exclusivamente en casos en los que el encausado pertenezca al ejército. Tras esta visita, las autoridades impidieron el acceso del representante de la ONU al país, negándole repetidamente el visado de entrada.

            Amnistía Internacional siente una gran preocupación ante el hecho de que se esté encarcelando a personas únicamente por ser miembros de la oposición, pertenecer a la etnia bubi y ejercer pacíficamente su libertad de expresión. En varios casos, personas cuyo único delito era participar en las actividades de medios de comunicación legalmente reconocidos han sufrido ataques y hostigamiento por parte de funcionarios públicos, con el claro objetivo de impedirles el ejercicio de su libertad de expresión.

 

Las condiciones de los prisioneros bubis

            Amnistía Internacional mantiene su preocupación ante la situación de los cuarenta prisioneros de etnia bubi que fueron condenados en un proceso celebrado en 1998 ante un tribunal militar, que careció de las garantías mínimas exigibles. Estas personas fueron trasladadas de la prisión de Malabo a una población a 500 kilómetros de la capital, lo que hizo muy difícil que sus familias pudieran proporcionarles las medicinas y los alimentos que necesitaban para sobrevivir. La mayoría de estos prisioneros habían sido torturados tras su detención y posteriormente mantenidos en condiciones de extrema dureza.

 

Tortura y malos tratos

            Augusto Mba-Sa Oyana, un hombre de negocios con doble nacionalidad española-guineana, fue torturado en la prisión de Black Beach, Malabo. Fue detenido en julio a su llegada al aeropuerto de Malabo, procedente de Yaundé, donde reside. Se le acusó de tener relación con opositores en el exilio. Escapó de la prisión en agosto, pero uno de sus amigos, Jesús Miguel Ondó, fue detenido acusado de ayudarle a escapar. Se han recibido informes que indican que también fue torturado. A finales de 2000, Jesús Miguel Ondó seguía en prisión.

 

Prisioneros de conciencia

            Dos miembros de Fuerza Democrática Republicana (FDR), partido de la oposición ilegalizado por el gobierno, fueron encarcelados. Mariano Oyono Ndong fue condenado en diciembre de 1999 a tres años de privación de libertad, acusado de posesión de “material de dudosa proveniencia”; se trataba en realidad de un documento de Amnistía Internacional de 1998.

            Antonio Engonga Bibang fue detenido por “injurias contra el Gobierno y las Fuerzas Armadas”. Cuatro miembros del FDR fueron detenidos en mayo y según informes, torturados en Malabo, aún permanecían en prisión a finales de 2000.

 

 

POLITICA ESPAÑOLA HACIA GUINEA ECUATORIAL

            En el año 2000, se han mantenido las líneas generales de la política española hacia Guinea Ecuatorial de pasividad ante la pauta sistemática de graves violaciones de los derechos humanos en aquel país.

            El 6 de junio de 2000, en respuesta a la pregunta que le formuló José Luis Centella del Grupo de Izquierda Unida sobre la política exterior española hacia Guinea Ecuatorial, Joseph Piqué, Ministro de Asuntos Exteriores, le contestó “lo que ha sido siempre la posición española en este terreno de procurar que...se respeten lo más posible los derechos humanos, hemos expresado nuestro desacuerdo al respecto a muchas situaciones, de la misma manera que entendemos que hay que progresar muchísimo más en el terreno de la recuperación de la democracia en Guinea” (Diario de Sesiones del Congreso de los Diputados, num 25).

            Las autoridades españolas adoptaron una actitud más activa en el caso de la detención y tortura de Augusto Mba-Sa Oyana que escapó de la prisión el 19 de agosto, tras dos meses de detención, refugiándose en la Embajada española. A raíz de estos hechos, el Gobierno español facilitó las salida de Augusto Mba-Sa Oyana del país, cosa que efectivamente ocurrió a los pocos días.

            En el año 2000 se inició la ejecución del nuevo acuerdo de cooperación suscrito entre España y Guinea en octubre de 1999 (que había dado fin a seis años carentes de relaciones en ese campo). Sin embargo, los programas más vinculados a cuestiones de derechos humanos (que incluían como objetivos la formación del personal al servicio de la administración de justicia, la reforma del sistema penitenciario, la colaboración en las actividades del Centro de Promoción de los Derechos Humanos y la formación de agentes de la Policía Nacional ecuatoguineana) no fueron puestos en marcha aún.

            Amnistía Internacional entiende que debe garantizarse que la ejecución de dichos programas favorezcan de modo efectivo una mejora en la dramática situación de los derechos humanos en Guinea Ecuatorial. Y, en general, que la cooperación española con aquel país tome en consideración dicho contexto de derechos humanos, así como la necesidad de contribuir a la evolución positiva del mismo (Véase el documento de AI: La Política de Cooperación Oficial española en Guinea Ecuatorial: comentarios y recomendaciones. 5 de febrero de 2001).

Miembros de la oposición guineana y asociaciones españolas de solidaridad con Guinea Ecuatorial han criticado la falta de transparencia del Gobierno español al discutir y firmar este documento que, alegan, no contiene una “cláusula democrática” como dispone la Unión Europea para todos los tratados bilaterales entre Estados Miembros y otros países (La cooperación con Guinea se reanuda con sigilo tras seis años de suspensión. El País, 25 de noviembre de 1999). La organización no gubernamental Médicos Sin Frontera (MSF) anunció, a principios de enero del 2000, que se retiraba del país, debido a las trabas impuestas por las autoridades locales para la realización de sus labores humanitarias. MSF criticó la Gobierno español por haber reanudado las relaciones de cooperación con Guinea: “MSF...considera impensable que España pueda fortalecer las relaciones con un régimen que desprecia absolutamente las necesidades de su población y viola sistemáticamente sus derechos” (Guinea Ecuatorial: El Espacio humanitario imposible, MSF, diciembre de 1999).

            El 28 de julio, Amnistía Internacional envió una carta al Director de la Oficina de Derechos Humanos del Ministerio de Asuntos Exteriores, en la que adjuntábamos el documento Guinea Ecuatorial, restricciones a la libertad de Información (Véase el documento AI: Guinea Ecuatorial, restricciones a la liberad de Información) y recordábamos que Guinea Ecuatorial es un país prioritario para la Sección española de AI, habida cuenta de la estrecha relación entre España y Guinea y la grave situación de los derechos humanos en aquel país.

            Ese mismo día nos dirigimos al Subdirector general de Africa Subsahariana del Ministerio de Asuntos Exteriores. En nuestra carta, se rogaba al Subdirector que hiciese suyo, en sus relaciones con las autoridades ecuatoguineanas, el llamamiento hecho por AI al Gobierno de Guinea Ecuatorial instándole a: poner en libertad a cinco presos de conciencia citados en el documento aludido en el párrafo anterior; adaptar su sistema judicial a las normas internacionales; no someter a civiles a la jurisdicción militar; aplicar las disposiciones de su Ley Fundamental y de la Carta Africana respecto a los derechos humanos.

            En la respuesta del gobierno el 14 de septiembre de 2000, a la pregunta del diputado Rafael Estrella Pedrola (Grupo Socialista) pidiendo una valoración de la situación política en Guinea Ecuatorial, se daba fe de la ausencia de observadores internacionales en las elecciones legislativas de marzo de 1999 y se recordaba que “El Gobierno español ha reiterado siempre ante las autoridades de Guinea Ecuatorial la importancia de preservar el Pacto Nacional que se concluyó en abril de 1993, que supone la creación de unas normas democráticas avaladas y consensuadas por todos los partidos políticos, la mayor plataforma desarrollar y llevar a buen término el proceso de transición democrática”(Véase Diario de Sesiones del Congreso. 14 de septiembre de 2000. Serie D. Num. 55).

            Una respuesta en los mismos términos era obtenida ante la pregunta de José Antonio Labordeta del Grupo Mixto, solicitando información sobre las elecciones municipales celebradas en mayo de 2000 (Véase Diario de Sesiones del Congreso, 14 de septiembre de 2000. Serie D. Num. 55)

            El 8 de agosto de 2000, enviamos una carta a Ramón Gil Casares, Director del Departamento Internacional y de Seguridad de la Presidencia de Gobierno, con copia al Subdirector General de Africa Subsahariana, en ocasión de la visita del primero a Malabo. En ella recordábamos nuestra recomendación al Gobierno español en su política sobre Guinea Ecuatorial (Véase Informe Anual de Política Exterior y Derechos Humanos, 2000) y le solicitábamos información acerca de los avances de su visita en el terreno de los derechos humanos.

            En ocasión de la estancia en Madrid, el 23 de noviembre de 2000, del Representante de Naciones Unidas para Guinea Ecuatorial, Gustavo Gallón Giraldo, el Eurodiputado Carlos Carnero González (Partido Socialista Europeo), planteó una pregunta a la Comisión Europea respecto a las líneas de diálogo abiertas por ésta con el Sr. Gallón.

            La respuesta de la Comisión, el 21 de febrero de 2001, explicaba que mantiene contactos regulares con la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos. La Comisión comparte y apoya las posiciones y opiniones del Representante Especial para Guinea Ecuatorial. Asimismo, recuerda que “a raíz del encuentro del Presidente de la Comisión con el Presidente Obiang, se mencionó explícitamente que está previsto realizar una evaluación de la situación en Guinea Ecuatorial en el plazo de un año y que se ha solicitado especialmente la participación del Representante Especial de la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas así como de los ponentes especiales” (Véase respuesta del Sr. Nelson en nombre de la Comisión de 21 de febrero de 2001. E-3982/00ES).

            Ya en 2001, un informe elaborado por la Cátedra UNESCO sobre Paz y Derechos Humanos de la Universidad Autónoma de Barcelona (Nota de Prensa “Campaña Adiós a las armas”: “España vende importantes cantidades de munición a Guinea Ecuatorial”. Bellaterra, 3 de abril de 2001) en colaboración con las organizaciones promotoras de la campaña “Adiós a las armas” (Médicos Sin Fronteras, Intermon Oxfam, Greenpeace y amnistía Internacional), revelaba que en 2000, España había vendido más de 11500 proyectiles a Guinea Ecuatorial, por un importe superior a 182 millones de pesetas (Véase capítulo sobre Comercio de Armas y transferencias militares de seguridad y policiales (MSP) en este mismo informe). Este contrato comercial no incluye ninguna cláusula democrática, como lo exige la Unión Europea.

            En febrero de 2001, el alcalde de Madrid, Alvarez del Manzano, visitó Malabo. Por este motivo, AI le envió una carta el 1 de febrero donde incluía varios puntos relativos a la situación de los derechos humanos en Guinea y le pedía su intercesión ante el Gobierno guineano. No tuvimos respuesta a dicha carta, pero sabemos que el Sr. Alvarez del Manzano se entrevistó en Malabo con miembros de la opsición democrática guineana, aunque desconocemos los temas tratados en dicha reunión.

            El presidente Obiang se entrevistó el 4 de marzo de 2001 en Madrid con el presidente Aznar. Por este motivo, Amnistía Internacional hizo público un comunicado de prensa bajao el título: “Sr. Aznar: ¿Va usted a hablar de tortura con Obiang?”. En el mismo, la organización hacía hincapié en la trágica situación de los derechos humanos en Guinea Ecuatorial y en especial el recurso generalizado a la tortura. Se recordaba al presidente Aznar que el acuerdo de cooperación entre España y Guinea Ecuatorial no contiene una “cláusula democrática” de respeto a los derechos humanos, como dispone la Unión Europea para todos los tratados bilaterales entre estados miembros y terceros países. Asimismo, el comunicado instaba al Sr. Presidente a que solicitase de su homólogo guineano la puesta en práctica de medidas encaminadas a la erradicación de la tortura, el control de las fuerzas de las fuerzas de seguridad, la liberación de personas arrestadas por sus actividades políticas pacíficas o su origen étnico y la mejora de las condiciones de los presos; todo ello de acuerdo con el informe de Amnistía Internacional: “La Política de Cooperación Española en Guinea Ecuatorial: comentarios y recomendaciones”, presentado el 9 de febrero ante las autoridades españolas.

            En abril tuvo lugar un encuentro entre el Presidente Obiang y Miguel Angel Cortés, Secretario de Estado de Cooperación Internacional. En un artículo del diario ABC de 13 de abril que llevaba el título: “España ayudará a Guinea en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU”, el señor Cortés aseguraba que: “el Gobierno guineano está dando pasos en la buena dirección”, por lo que, según el artículo, el informe que sobre ese país debe dar el Gobierno español ante la Comisión de Derechos Humanos “no será excesivamente desfavorable”.

 

 

RECOMENDACIONES AL GOBIERNO ESPAÑOL

            Como se ha afirmado en las ediciones anteriores del presente Informe, Amnistía Internacional entiende que los vínculos existentes entre España Y Guinea Ecuatorial hacen que el Gobierno tenga una responsabilidad específica en relación con la situación de los derechos humanos en aquel país. Es obligación del Gobierno español ejercitar su influencia a favor de una mejora de dicha situación de un modo activo, y no limitándose únicamente a los casos en los que los intereses españoles estén implicados.

            En este sentido, Amnistía Internacional recomienda que el Gobierno español interceda ante el de Guinea Ecuatorial para:

 

El Gobierno español debe, a su vez:

 

En relación con el Acuerdo de Cooperación firmado entre Guinea Ecuatorial y España:

 

El respeto a los derechos humanos en Guinea Ecuatorial debe medirse en relación, al menos, a una serie de recomendaciones concretas, y el gobierno español deberá informar a la opinión pública y al Congreso de los Diputados, sobre las gestiones realizadas ente el Gobierno de Guinea Ecuatorial.

      Una mención especial merece la situación de los bubis, grupo étnico de la isla de Bioko, sobre el que trabaja activamente el Grupo de Mahón

 

 

Transcrito por Celestino Okenve Ndo. Departamento Africa Asociación Pro Derechos Humanos.