APERTURA DE LA RUTA: Yawira Batú.
(El maíz naciente)
LA DIFICULTAD COMIENZA.
Cecilia se encontraba perforando
la reunión
cuando el gatillo del taladro
se fundió.
Intentamos repararlo sin resultado
alguno.
A 100 metros por encima de nosotros
hay un
techo que no deja ver el resto
de la pared.
Por la mañana decidimos con tristeza
rapelar
los cuatro largos. Al llegar
al suelo observamos
los petates suspendidos en un
extraplomo
y me pregunto ¿ podremos continuar?
¿Encontraremos
el sistema de fisuras hasta la
cumbre?.
Al llegar al el río intentamos
comunicarnos
con chris a gritos, ya que las
radios no
funcionan desde hace 5 días.
Andamos río
arriba llegando a un punto donde
aparecía
una vereda y resulto un camino
de vacas.
Después de subir y bajar laderas
durante
cinco horas encontramos una cueva
donde escurría
agua. Gota a gota colectamos
unos tragos,
en la espera pasa por mi cabeza
todo el esfuerzo
que hemos invertido hasta ahora,
todo lo
que ha pasado hasta llegar aquí.
EN BUSCA DE UNA GRAN PARED.
Una estrecha carretera atraviesa
de norte
a sur. Conforme vamos ganando
altitud el
desierto de la llanura se convierte
en bosque.
Nos dirigimos a Guachochi en
cuyo municipio
se encuentra una de las barrancas
mas profundas
de la sierra taraumara. En ella
esperamos
encontrar una gran pared virgen
más grande
que el Gigante.
La barranca de la Sinforosa tiene
un desnivel
de 1,800 mts. El acceso a ella
toma varios
días es final de abril y cada
vez hace mas
calor, por lo que decidimos alquilar
una
avioneta para comprobar la existencia
de
una gran pared antes de bajar
el equipo.
Abordamos el vehículo de aspecto
rural, tras
un precipitado despegue y cortos
minutos
de vuelo nos encontramos por
encima del cañón
intentamos localizar la pared
prometida.
Los repentinos giros del piloto
parecían
cortar las bolsas de aire y por
momentos
sentía que estaba dentro de una
lavadora.
Al fondo vemos el río verde camuflado
entre
enormes árboles. El cañón parece
escalonado
y aunque las paredes son altas
no tienen
la verticalidad que el Gigante.
Bajamos de
la avioneta mareados y no muy
convencidos.
Ese día por la tarde decidimos
marchar a
la barranca de Candameña pues
sabíamos que
ahí hay muchas paredes por escalar.
CAMINO HACIA EL GIGANTE.
La barranca de Candameña pertenece
al municipio
de Ocampo. Rodeada de pequeñas
comunidades
que explotan la madera y extraen
mineral.
Es escenario de numerosas leyendas
y mitos
locales, por lo que todos la
respetan y esta
poco transitada.
La Sierpe es uno de los animales
fantásticos
que habita el lugar. Vive en
posas profundas
en época de crecidas es muy peligroso
pasar
junto a ellas, puede medir mas
de seis metros
y ahoga a todo ser vivo que se
acerca a su
morada.
Los porteadores prefieren no
dormir en el
cañón y cuando lo hacen mantienen
viva una
fogata por temor a los cientos
de vivoras
que viven ahí ( En mas de un
mes no hemos
visto ningúna).
Don Santiago no le importa dormir
en el cañón
pues lo ha recorrido muchas veces
y conoce
muy bien sus caminos. Vive en
Huajumar y
a cambiado las vacas que pastaban
en el invierno
en la barranca, por los turistas
que acompaña
por los mismos caminos. El fue
el encargado
de organizar a los porteadores
que trasladarían
el equipo dentro del cañón.
DEBAJO DE LOS PIES DEL GIGANTE.
Partimos una mañana fresca del
mes de Mayo
rumbo a el cerro de la Yegua,
este es el
puerto mas corto de entrada a
el cañón, aunque
él más escabroso. Al llegar a
el río localizamos
el campo base donde enormes maples
y álamos
brindan buena sombra, una fuente
cristalina
desemboca en una posa, posible
morada de
la Sierpe. En frente vemos el
enorme Gigante,
a su izquierda la cascada de
piedra volada
que cae casi quinientos metros
hasta desembocar
en el río Candameña.
Los días siguientes nos dedicamos
a explorar
las paredes que rodean el Gigante.
Pero la
estética de este nos atrajo.
La larga línea
de liquen amarillo que recorre
el espolón
izquierdo nos llamo la atención
desde el
año pasado mientras abríamos
Simuchi. Observamos
un claro sistema de fisuras que
comenzaba
a partir de un gran techo, a
trescientos
metros de la base.
Dedicamos dos días a estudiar
la línea a
seguir mientras le explicamos
Chris por donde
pensábamos pasar para que él
pudiera fijar
sus cuerdas.
Concentramos víveres, equipo
y agua en la
base.
Cecilia comienza el primer largo
la cuerda
forma un signo de interrogación,
protege
entre enormes costras y por debajo
de un
inmenso bloque marca la reunión.
El paso del águila es una travesía
de treinta
y cinco metros que cruza grietas
introduciéndonos
a el cuerpo del Gigante, asoma
a doscientos
cincuenta metros de altura y
nos expone al
vacío. Dejamos fijo el segundo
largo. Tomamos
tres días de descanso mientras
Chris se dirige
a la cumbre para fijar sus cuerdas,
los días
de descanso resultaban monótonos
y aburridos,
a no ser por la visita de don
Santiago que
no desaprovechaba la oportunidad
de pescar
en la enorme posa. Sacaba de
su bolsillo
un pequeño anzuelo que lo unía
a un hilo
y este acualquier vara que se
encontraba
en el camino. Me sorprendió al
verlos regresar
con cinco apariques en la mano,
nosotros
intentamos pescar en los días
de descanso
y después de pasar muchas horas
no pescamos
ningúno.
Los porteadores recogieron el
campamento
base el día que nos subimos a
la pared. Yumareamos
los dos largos y costaleamos.
Cecilia traza
el tercer largo. La zona minada
es una travesía
que pasa entre enormes bloques
como cuchillos.
Una caída al final del largo
seria catastrófica.
Aquí pasamos el primer vivac.
El miedo no anda en burro es
un refrán típico
de México. Siento la fragilidad
de los ganchos
en cada paso mientras avanzo
sobre una gran
placa desplomada roja. Las fisuras
se cierran
caprichosamente hasta cruzar
una arista.
Aquí colocamos el segundo vivac.
Por la noche
a pesar de que tenemos por encima
la protección
de un gran techo, la caída de
tierra sobre
el vivac nos inquieta ante el
posible desprendimiento
de piedras. Durante algúnas horas
nos mantiene
despiertos hasta que nos dimos
cuenta de
que teníamos hambrientas visitas
corriendo
en busca de la comida en los
petates. Incluso
pensamos que vivía un ratón dentro
de uno
y cambiamos toda la comida para
mantenerlo
a dieta.
EL BROTE DEL MAIZ.
Por fin nos encontramos de regreso
en el
cañón ascendemos hasta la base
de la ruta,
esta vez dispuestos a terminarla.
Subimos
por los cables fijos. Cecilia
coloca la quinta
reunión, un largo mas y salvaremos
el enorme
techo. Suspendido como araña
en el vértice
se revela poco a poco el sistema
de fisuras.
Al terminar el largo me emociona
el resto
de la pared y confirmar lo que
habíamos estudiado
con el telescopio. Hacía el sur
se observa
la silueta de un gorila que reposa
su cabeza
sobre un colchón de árboles,
al noreste la
cascada de piedra volada que
tras caer quinientos
metros desaparece en el obscuro
cañón del
mismo nombre. El río Candameña
corre de norte
a sur serpenteando entre enormes
bloques
de color naranja pulidos por
la erosión del
agua. Cuando llegue a la reunión
grite de
alegría al observar la pared
amarilla que
tenía sobre mí pues sabía que
habíamos pasado
lo más difícil.
La pradera es más grande de lo
que parece.
Evitando bloques Cecilia escala
en diagonal
a la derecha entre altos pastos
que utiliza
como agarres (Planta-tracción),
hasta que
encuentra un paso sobre roca
vertical. Colocándonos
en la tercera parte de la pared.
Por la noche saque dos botellas
de agua dispuesto
a disfrutar una sopa instantánea,
al destapar
la primera un olor a huevo podrido
envolvió
el ambiente. Sin opcion hervimos
el agua
y aunque persistía el pestilente
aroma la
usamos resignados.
Una lluvia de tierra cae sobre
de mí, mientras
Cecilia limpia la grieta y llena
sus ojos
de polvo. El viento provoca que
se forme
una nube alrededor de ella. Cierra
los ojos
como si estuviera sumergida mientras
escarba
a ciegas. No veo nada-me dice-en
su cara
escurren las lagrimas mezcladas
con tierra
y toda su ropa esta cubierta.
Me pide unos
gogles amarillos que bromeando
compramos
en último momento y se los pone
satisfecha.
Sigo sin ver- -se ríe-- pero
por lo menos
ya no lloro y continua el sucio
trabajo hasta
instalar la reunión.
Pasamos dos días tranquilos avanzando
a buen
ritmo hasta llegar a la reunión
trece.
Dos tornillos de ¼ de pulgada
y un friend
sostienen nuestro vivac. Esa
tarde invitamos
a Chris a comer una pasta instantánea
y a
disfrutar del atardecer en la
hamaca. Con
cierta duda pregunta la resistencia
de los
tornillos--seiscientos kilos
como minímo-le
respondemos-- el rivet hanger
se ve un poco
fino pero parece que aguanta
-- comentamos
confiados. Un grito interrumpe
la conversación,
es Kiko un guía de las Estrellas
que esta
encargado de ir a piedra volada
para tener
contacto con el exterior por
medio de radios
que no funcionan. Le gritamos
que estamos
bien. A lo lejos una mancha diminuta
se esconde
tras la colina.
Chris también se despide y cuando
se dispone
a Yumarear de repente se nos
cae el suelo.
Quedamos suspendidos por debajo
de la reunión.
Chris colgado de su línea y nosotros
del
resto de la cuerda unida a la
estación. Todo
cuelga de la hamaca. Solo perdimos
el botiquín
y las fotos. El rivet hanger
se rompió y
ahora tenemos que montar nuevamente
el vivac.
Al día siguiente todavía nerviosos
Cecilia
comienza el largo. Un enorme
desprendimiento
que se escucha mas de un minuto
por el rumbo
del macizo de la giganta, esto
nos inquieta
y pone alertas. Después de poner
tres aliens
debajo del techo decide colocar
un clavo.
El techo aunque parece sólido
suena hueco.
Al martillar el clavo un bloque
bajo el que
están colocados dos aliens se
desprende.
Cecilia caé y sostiene la masa
de roca que
a quedado en la cuerda que une
la reunión,
evitando que caiga en la hamaca
o sobre mí.
Me levanto y lo arrojo a el vacío,
nos preguntamos
si tiene algo que ver el número
trece aunque
no somos superticiosos . Es el
segundo vivac
trece en el que tenemos incidentes
con el
Gigante. De momento lo que queremos
es salir
de aquí, por lo que Cecilia con
cara de angustia
continua el largo lentamente.
Después de dos días y tras nueve
en pared
nos encontramos a cincuenta metros
de la
salida donde instalamos el último
vivac.
Es el mas espectacular de toda
la vía. Se
ve el cañon en toda su longitud
y piedra
volada parece pequeña en comparación
de todas
las moles que le rodean. Vemos
los pies del
Gigante a casí un kilometro de
distancia.
Estamos contentos pues sabemos
que mañana
terminara nuestro viaje y disfrutaremos
de
nuevo el mundanal ruido.
El último largo parece sencillo.
Solo tiene
algunos niños* faciles de rodea
por lo que
lo empiezo tranquilo y dispuesto
a terminar
rápido. A mitad de largo me encuentro
con
una gran cueva. En el suelo descansan
enormes
bloques en equilibrio. Una chimenea
asciende
sobre la cueva. Sin pensarlo
dejo el material
y trepo en oposición. Cuando
estoy a diez
metros del suelo al mirar los
bloques mi
cuerpo se estremece de miedo.
Sin posibilidades
de volver a tras pongo un rivet
hanger mientras
observaba con temor la larga
distancia de
mi último seguro. Tras unos gancheos
y un
pequeño off width alcance la
última reunion.
Solo nos quedaba un peligroso
scrambling
entre bloques y vegetación, que
nos llevara
a hacía el corredor de salida.
Nadie nos esperaba en la cima.
Eran las doce
del medio día y necesitabamos
un transporte
para salir de la zona.
Celebramos con Chris el ascenso
con la poca
comida que tenía en su campamento.
A falta
de un mejor sitio para dormir
nos subimos
a la cumbre y asi disfrutar de
un hermoso
amanecer.
Kiko llego pronto por la mañana
acompañado
del otro chico de la sierra.
El estuvo pendiente
durante todo el ascenso, ayudo
a Chris en
la instalación de los rapeles
y en el transporte
del equipo. Su entusiasmo por
la escalada
se notaba por la atención que
ponia en nuestras
anecdotas.
Descendimos por la vereda del
espinazo del
diablo. Conforme pierdo de vista
la barranca
de Candameña pasa por mi mente
todo el esfuerzo
y entrega que hemos dedicado
estos dos años.
Una vez mas la magia del cañon
nos impregna
de su vasta energía. Dejandonos
recorrer
el enorme cuerpo del Gigante.
Lo básico:
Tipo de cambio: US$ 1 = 9.40
Pesos.
Lengua: Español.
Clave del país: 52
CD. De México: 5
CD. De Chihuahua: 14
Transito:
Puerto de entrada: El paso Texas.
Autobuses
a la CD. de Chihuahua. El paso-Cd.
Chihuahua-Basaseachi.
Si vienes en coche desde el Paso
a Chihuahua
son 5 horas mas otras 4 a Basaseachi
Existe transporte aéreo y terrestre
desde
las principales cds. del país,
desde ahí
parten 3 autobuses al día con
destino a Hermosillo
el costo es de 18 dlls.
Destino:
La barranca de Candameña es uno
de los cañones
más accesibles de la sierra Tarahumara.
Ahí
se encuentran dos cascadas muy
altas: la
de Basaseachi con 247 m. Y la
de Piedra Volada
con 487 m. Estas caídas de agua
corren entre
grandes paredes de roca volcanica.
La región
posee una vasta zona con potencial
para la
escalada artificial de gran pared.
El Gigante
maciso de 900 m verticales cuenta
con 2 rutas.
Por otra parte existe en el rancho
San Lorenzo
una zona de escalada deportiva
con mucho
potencial de equipamiento.
Temporada:
Febrero-Junio. Posibilidad de
nevadas en
febrero y marzo. En otoño puede
ser difícil
cruzar el río para ir a el Gigante
y puede
hacer frío. Después de lluvias
la roca esta
suelta. No recomendable los meses
de Julio
hasta Diciembre.
Alojamiento:
Rancho S. Lorenzo en Basaseachi.
Cabañas
por $ 20 dlls. Por noche con
baño, agua caliente,
cocina y camas. Zona de acampar
$10 dlls.
por día con duchas y baño. Reservaciones:
(14) 146046.
Villa alpina: Cabañas por $40
máximo 4 personas
por noche con baño agua caliente,
camas y
sin cocina. No camping. Reservaciones:
01
(14)164013.
Contactos:
Simuchi@yahoo.com
Divitur @ cts.net. com
www.cts.net.mx/divitur/
Gobierno del Estado de Chihuahua
E-mail: cturismo@buzon.chihuahua.mx.
Comida:
En la ciudad de Chihuahua se
encuentran grandes
supermercados con variedad de
productos;
recomendamos el queso menonita.
En Basasiachi
se encuentran alimentos básicos,
cuenta con
teléfono, algún restaurante y
gasolina a
13 kilómetros de las estrellas.
Equipo:
Material: Trae todo contigo.
Especialmente
si vas a abrir ruta. Ganchos,
abunda el artificial
técnico. Porta ledge obligatorio.
No hay
tienda de montaña en Chihuahua.
Campo base:
Frente al Gigante hay pequeños
claros donde
acampar. No olvides sacar tu
basura fuera
del cañón. Agua potable en manantiales
uso
necesario de yodo. Caída de piedras
en las
bases de las paredes.
Guías y porteadores:
Francisco Saénz (Kiko) en las
estrellas.
Santiago Pérez en Huajumar.
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