La Danza del Sol.
Cascada de Basaseachic, Chihiuahua,
México.
Primera Apertura y ascenso en solitario.
V, 5.10-A3+
Poco a poco siento como se calienta
mi piel.
Los rayos del sol la atraviesan
hasta calentar
la sangre que corre por las venas.
La boca
esta reseca y lamento haber olvidado
el litro
de agua en la reunión; me distraigo
con un
pedazo de piedra que baila en
mi boca y continuo
el ascenso. Vaya sorpresa, una
escalera de
tornillos por el camino y una
reunión de
plaquetas hechizas. Conforme
desciendo por
las cuerdas fijas, una leve brisa
de agua
refresca mi cara, proviene de
la cascada
de Basaseachic que al final de
su caída se
encuentra una enorme posa con
agua fría.
La emotividad del paisaje me
lleva a la reflexión.
Solo hay 150 m de cuerda fijas;
al parecer
ya han subido por este único
sistema de grietas
y no hay datos técnicos que confirmen
el
ascenso. Solo rumores de las
personas del
pueblo. Dicen que ya rapelaron
por un costado
de la cascada y unos chavos del
D.F. han
hecho el intento de escalarla
sin éxito alguno.
Más la motivación baja y sube,
aún queda
mas de la mitad de la pared y
existe la opción
de abrir unos largos nuevos.
Al llegar al suelo me dirijo
a el campo base
que se encuentra justo en frente
de la caída
de agua de la cascada entre unos
frondosos
árboles que brindan sombra. Es
finales de
abril y mucha gente realiza la
caminata de
semana santa. Bajan un desnivel
de 500 m.
por una vereda muy definida hasta
la enorme
posa. Ahí disfrutan de su día
de campo y
mucho antes del atardecer emprenden
su regreso.
Dejando algún plástico de recuerdo.
UN PASO ADELANTE.
Es las tercera oportunidad de
viajar a Chihuahua.
Es el estado más grande de la
república Mexicana
y cuenta con un enorme sierra
cubierta de
pinos, madroños y encinas. En
ocasiones es
posible ver volar a la cotorra
serrana y
un sin número de aves. Por las
noches se
escuchan aullar a los coyotes
y cantar a
los búhos bajo un cielo estrellado.
Inducidos por este panorama nos
trasladamos
por vía aérea a la capital del
estado. Una
vez ahí realizamos el abastecimiento
de víveres
y últimos pormenores. Javier
Rodríguez de
la CD. De Chihuahua nos facilito
una camioneta
para transportar todos los triques.
Cecilia
Buil (España) y yo (México) nos
montamos
a la camioneta y tomamos la carretera
# 16
rumbo a Hermosillo.
En la pasada visita a la sierra,
visualizamos
un par de rutas por ascender
en la famosa
cascada de Basaseachic. Pero
esta vez no
iríamos juntos, decidimos adoptar
una nueva
experiencia, una apertura en
estilo solitario.
Es la primera ocasión que intentamos
este
estilo. Por lo cual estamos llenos
de incertidumbre
y muy motivados por vivir esta
experiencia.
El primer paso fue observar desde
el mirador
S. Lorenzo con un telescopio
las rutas por
donde subir. La línea que escogí
es un diedro
muy definido que cruza por toda
la pared
y al parecer hay grietas, lo
que facilitara
el ascenso. Cecilia escoge la
pared mas lisa
con unas fisuras poco definidas
y con una
vista increíble. Estamos muy
motivados pues
ahora tenemos visualizada la
ruta a ascender.
En el entronque de Las Estrellas
vive D.
Rafael Saénz; un serrano de 58
años que conoce
muy bien la sierra y siempre
tiene anécdotas
que contar. Frecuentemente realiza
excursiones
a la cascada de piedra bolada
donde se aprecia
el macizo de roca del Gigante
con sus 900m
verticales. Don Rafael nos ayudo
a contratar
a varios porteadores para bajar
equipo comida
y demás enseres a lo que será
el campo base.
Cerca de medio día nos reunimos
con los jóvenes
porteadores. Cargaron las mochilas
hasta
más no poder y emprendimos la
sinuosa vereda.
Después de que descendimos varios
metros
de desnivel llegamos a un manantial
de agua
cristalina. Ahí hicimos un alto
para cargar
las cantimploras y disfrutar
de un buen trago
de agua. Un colibrí nos visita
dando la bienvenida
volando a nuestro alrededor.
Cruzamos el
río y subimos un pequeño desnivel
hasta alcanzar
un sitio plano. Instalamos el
campo base
entre frondosos arboles, de frente
podemos
observar un pequeño hilo de agua
que se precipita
300 m formando la cascada de
Basaseachic.
Sin perder tiempo vaciamos las
mochilas e
instalamos la tienda de campaña.
Mientras
los porteadores suben por otras
cargas. Armamos
el telescopio para observar las
rutas que
se ven mejor desde aquí. El diedro
comienza
casi desde el suelo, traza una
línea vertical
de donde se ramifican varias
otras grietas.
Hay que librar un par de techos
y brincar
a otras fisuras. La roca es de
varios colores
que van del gris al crema y rojo
obscuro.
Es fantástico el relieve; pequeños
agujeros
resaltan como pecas en la cara,
salpicando
gran parte de la pared. Al parecer
los ganchos
serán de varia utilidad.
El sol brilla de nuevo y se deja
sentir con
ráfagas de viento caliente. Llenamos
las
mochilas de equipo y agua; nos
dirigimos
a la base de la pared con la
intención de
subir por un pequeño talud de
tierra y rocas.
Comienzo a escalar esquivando
bloques, nopales
y palmas hasta alcanzar el fin
del corredor.
Ahí instalo la primer reunión
y dejo fija
la cuerda para continuar mañana
el segundo
largo.
Los gegenes son minúsculos mosquitos
que
abundan por estas tierras. Al
picar dejan
una roncha que causa comezón
durante varios
días y son muy molestas. Nos
refugiamos dentro
de la tienda de campaña pues
no queremos
ser víctimas de ellos. Mas tarde
nos dirigimos
a la fuente de agua, para esto
hay que cruzar
por lo que parece un cementerio
indígena;
hasta llegar a el río. Después
de abastecer
de agua el campamento tuvimos
la visita de
Cayetano uno de los porteadores;
viene acompañado
de una familia que hacen una
serie de preguntas
sobre la escalada. Una vez resueltas
sus
dudas nos dirigimos nuevamente
a la base
de la pared, subo por el cable
fijo y ordeno
todo el equipo para continuar
el segundo
largo. Comienzo por un pequeño
diedro con
fisura y me lleve la sorpresa
al encontrar
un tornillo con un par de eslabones,
esto
me hizo pensar. Una es que ya
han subido
por esta pared y al ver que la
fisura se
cierra decidieron bajarse.
Esto es muy confuso pues no hay
rastros de
la primera reunión y ahora este
tornillo.
La noticia me pone un poco triste,
dejo nuevamente
fija la cuerda para continuar
después. Cecilia
solo a avanzado unos cuantos
metros por donde
sube hay que realizar muchas
perforaciones
y esto le cuesta mucho trabajo.
Comentamos
los avances en el campamento
mientras observamos
por el telescopio. Esta situación
no me desmotiva
del todo, ahora más que nunca
quiero continuar
el ascenso. Al día siguiente
subo hasta el
tornillo para terminar el largo,
unos cuantos
pasos en ganchos y alcanzo pequeñas
fisuras
donde colocar equipo. Algún bloque
semi-suelto
se cruza por el camino y lo esquivo
sin tocarlo
no sea que se desprenda y me
lleve un buen
susto. Por fin alcanzo el enorme
diedro y
coloco la segunda reunión. La
brisa de agua
refresca mi cara después de la
jornada de
trabajo.
Ya tenemos varios días dentro
del cañón y
los alimentos se han escaseado
lo que nos
obliga a subir por la penosa
vereda hasta
el rancho S. Lorenzo. Fuimos
recibidos por
varios chicos y chicas de Chihuahua.
Están
muy contentos de ver que se están
abriendo
dos rutas a un costado de la
cascada y esto
les despierta el interés en aprender
la técnica
de ascenso en gran pared.
Resulta que para esta aventura
nos acompañaría
un fotógrafo profesional. El
cual nos quedo
mal y no vino. Además iba a traer
consigo
las cuerdas dinámicas para nuestro
ascenso.
La roca presenta muchos filos
y escalar con
cuerdas para escalada deportiva
resulta ser
peligroso. La espera de estás
a retrasado
el ascenso y no podemos meternos
de lleno
a la pared hasta no tener las
cuerdas resistentes
a los filos de roca. Después
de esta noticia
no perdimos más tiempo y bajamos
por la sinuosa
vereda. Está vez nos acompañan
unos periodistas
de la CD. De Chihuahua que quieren
obtener
información del ascenso a la
cascada.
EL SUBE Y BAJA.
He reunido todo lo necesario
para vivir unos
días despegado del suelo. Botellas
de agua,
equipo, comida, hamaca, ropa
y solo me falta
el perico. Todo esto lo concentro
dentro
de un costal o mejor conocido
como "el
marrano". Verifico que no
falte nada
y ato al cerdo a la cuerda fija
para después
subirlo. Cecilia ha reunido de
igual manera
sus cosas y nos internaremos
a la pared en
un par de días; cada quien por
su ruta. Pero
de nueva cuenta tenemos que salir
del cañón
con la esperanza de que hallan
llegado las
cuerdas.
Una vez más la empinada vereda
que cada vez
cuesta más subir por ella. Lo
primero que
hay que hacer es ir en busca
de las mentadas
cuerdas hasta el pueblo de Basaseachic.
La
buena suerte esta de nuestro
lado y la señora
del teléfono nos hace entrega
en medio de
una pequeña discusión; resulta
que ya habían
llegado hace 5 días a paquetería
pero como
la gente es un poco lenta no
nos avisaron.
Los chicos de Chihuahua Rubén,
Juan, Luis,
Mario, Omar, Cecilia y yo jugamos
a las carreras
cuesta abajo, nos tomo cerca
de media hora
recorrer la vereda hasta llegar
a la fuente
de agua. Los chavos están emocionados.
Es
la primera vez que están dentro
del cañón
y gozan de lo lindo. Llegamos
justo cuando
el sol se oculta y los sonidos
de la noche
invaden el bosque. Alrededor
de la fogata
y comiendo una sopa; filosofamos
acerca de
historias verticales. Hablamos
del enorme
potencial con el que cuenta el
Estado de
Chihuahua, que se necesita un
apoyo y cierta
infra-estructura para conservar
los bosques,
pues es una pena que solo quede
el 0.6 %
del bosque original. Hasta la
fecha siguen
talando y solo unos cuantos luchan
tomando
cartas en el asunto.
No hay nada mejor como un desayuno
y un café
en compañía de nuevos amigos.
Juan y Rubén
me acompañaron a la base con
mucho interés.
Nunca han subido más de 50 metros
y quieren
llegar hasta donde terminan las
cuerdas.
Repasamos el sistema de ascenso
y me lanzo
primero para subir el costal
hasta el primer
largo. Me siguen los muchachos
y se turnan
para ver como se instala la polea
por donde
subo el costal, así hasta llegar
al tercer
largo donde dejo todo listo para
regresar
al día siguiente.
TERCERA LLAMADA.
Nos despedimos de todos los chavos
deseando
la mejor de las suertes. Cecilia
sube por
su cuerda y se desprende del
piso. Ahora
si que cada chango a su mecate.
Solo mantendremos
contacto por radio hasta salir
de la pared.
Después de subir por las cuerdas
fijas organizo
todo el equipo y comienzo el
cuarto largo.
Es una grieta muy definida que
me obliga
a poner la reunión debajo de
un techo, sirve
de protección de cualquier caída
de piedras.
Mientras armo el porta-repisas,
un colibrí
revolotea sus alas a un par de
metros, esto
me da ánimos pues son símbolo
de buena suerte.
No hay nada tan reconfortante
después de
un día de escalada como disfrutar
de la vista
y los sagrados alimentos sobre
la hamaca.
Es mi primer vivac solo y esta
sensación
es una prueba de equilibrio emocional;
que
vale la pena vivirla siempre
y cuando se
lleve una visualización y preparación
previa
al reto que nos vamos a enfrentar.
La vida en pared comienza a primera
hora
del día. Un desayuno con varias
calorías,
pinole, chocolate, cereal y un
complemento
alimenticio; proporciona energía
suficiente
para enfrentar el desgaste físico
de las
primeras horas de escalada. Después
de recoger
la bolsa de dormir, la hamaca
y demás enseres
viene de nueva cuenta el ordenar
el equipo
y comenzar el siguiente largo.
Antes pego
un fuerte grito que se expande
en un eco
por todo el cañón para que Cecilia
prenda
su radio. Ha pasado una noche
incomoda y
el avance sobre la pared ha sido
lento y
de pocos metros.
Una mañana brumosa envuelve a
todo el cañón.
El viento no sopla, al parecer
hay un enorme
incendio por la zona de Huajumar
y el sol
irradia todo su poder. Me oculto
por debajo
del techo y cuelgo la coraza
de fierros sobre
mi cuerpo dispuesto a seguir
avanzando por
las cicatrices de este macizo
de roca. Después
de 6 horas intensas de sol viene
la sombra
y cae como el mejor de los remedios.
Un tanto
agotado subo todas las pertenencias
y coloco
el famoso vivac. Faltan solo
un par de días
para resolver este laberinto
y podré gozar
de los placeres mundanos.
Apenas veo la cumbre; la marca
un pequeño
árbol que parece que va caer
por el precipicio.
Los gritos de la gente no dejan
de sonar
a lo largo del día y en ocasiones
es un poco
molesto. No cabe duda que cuando
tienen oportunidad
de salir de las enormes ciudades
y se ven
rodeados de naturaleza se cargan
de energía
y se ponen a gritar sin ton ni
son.
Me encuentro en un punto donde
se ramifican
tres grietas y decido subir por
la de en
medio. Sigo sin encontrar ningún
rastro mas
del supuesto ascenso. Con cierta
dificultad
trazo el penúltimo largo y monto
la casa
rodante dispuesto a gozar de
la vista, escribir
unas cuantas notas, escuchar
la radio de
onda corta y por supuesto a comer.
Todo esto
al mismo tiempo. Cae la noche
y el cantar
de un búho invade de ondas sonoras
el cañón.
Mañana es mi último día en pared.
Llamo a
Cecilia, me dice que apenas a
superado la
mitad del trayecto y que esta
apunto de terminarse
las baterías. Este detalle hará
su estadía
mas prolongada en pared. Agujerar
a mano
cuesta vario trabajo y no trae
brocas de
repuesto.
Apenas empieza a clarear y los
pájaros a
cantar cuando empiezo a guardar
cosas en
el marrano. Un breve desayuno
y a montarse
los fierros. Solo hay que descifrar
el último
largo y completar el ascenso.
Como todos
los días el sol pega bastante
fuerte y le
puedo ganar unas horas de sombra.
Es un largo
raro que va sorteando rocas sueltas
y filos;
breves grietas se abren y cierran
caprichosamente.
Los sentidos se agudizan al saber
que solo
faltan unos cuantos metros para
salir de
este laberinto. Ráfagas de viento
caliente
corren de abajo hacia arriba,
agitando la
cuerda del marrano. Unos cuantos
pasos en
libre
sobre bloques semi-sueltos me
lleva a una
repisa, solo 5 metros me separan
de tierra
firme. Unas cuantas protecciones
en grietas
irregulares y coloco un gancho
este es el
último paso. Pego un enorme grito
de felicidad
que retumba por todo el cañón.
Es mi primer
experiencia en solitario y me
enorgullece
haber vivido este paso adelante
en mi vida
personal.
Pero esto aun no termina, después
de gozar
la cima un rato coloco la reunión
y bajo
para desenganchar el marrano,
limpio el último
largo y subo el costal. Llamo
por radio a
Cecilia para informarle de mi
salida y me
cuenta que ella tiene problemas.
Se encuentra
a cien metros de la cima y ya
no tiene baterías
para su taladro. Me pregunta
si es posible
que le preste mis baterías y
que alguien
le ayude a limpiar los largos.
Para esto
ya es mas de ½ día y tengo que
salir de la
cumbre y avisar a los chicos
de Chihuahua
para que me ayuden a realizar
las maniobras
de rapel.
Llegue al rancho S. Lorenzo cerca
del anochecer
pues nadie me esperaba al salir.
Me encuentro
con los chicos alrededor de una
fogata me
dan la bienvenida y les comento
lo sucedido.
Todos están dispuestos a cooperar.
Apenas comienza a clarear cuando
salimos
Mario, Rubén, Omar y Luis. Ellos
ayudaron
a sacar las cosas de la cumbre
y en las maniobras
de suministros a Cecilia. Después
de 100
metros. en rapel llego al porta-ledge
de
Cecilia se ve muy cansada, le
da mucho gusto
verme, le doy ánimos para que
siga con su
ascenso, dejo baterías y demás
cosas. Mario
y Rubén se turnan en dormir una
noche en
el porta-repisas, es su primer
experiencia
colgados y no les importa sufrir
un poco
de incomodidades.
Después de dos días, me encuentro
con un
par de lugareños que logro convencer
de que
me acompañen para subir a la
cumbre y sacar
todas las cosas del cañón. Apenas
sale Cecilia
de la pared e inmediato comienzo
mover las
cosas a un lugar seguro. Salimos
corriendo
de la cumbre ya que mañana parte
el avión
que nos llevara de regreso a
México y aún
tenemos que llegar a la CD de
Chihuahua.
La despedida del cañón fue muy
rápida y al
parecer casi desapercibida. Después
de todo
este aprendizaje intensivo me
ha divertido
y ha dejado una clara visión
de la logística
que implica este tipo de apertura
y la experiencia
de la escalada en solitario.
La cual no debes
olvidar o cometer ningún error,
ya que puede
ser muy costoso. La oportunidad
de conocer
a otras gentes y compartir algunos
conocimientos
de la escalada en gran pared.
Por último
solo di gracias a los guardianes
del lugar
por permitirme vivir una experiencia
muy
positiva dentro de este pedazo
de la tierra,
agua, viento y sol. A todos los
escaladores
y personas que se involucraron
en la cuestión
de apoyo moral, a la empresa
particular de
Concretos Apasco S.A. de C.V.
y a la Dirección
De Fomento Económico del Estado
de Chihuahua
que hicieron que esta vivencia
fuera posible
y sobre todo a la naturaleza.
Escrito por Luis Carlos García
Ayala.
Abril del 2000.
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