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Los Colosos del Baltoro.
Primer intento Mexicano a la Torre Sin Nombre, Pakistán, Asia.
Escrito por Luis Carlos García Ayala.
Septiembre del 2000.

Ya han pasado seis meses de haber pactado el proyecto, en un principio el plan era para 5 personas. Muchas reuniones de hablar y poca acción, que si tu consigues el patrocinio es tuyo, que si yo lo consigo es para mi. En fin a la mera hora los más interesados en ir lo conseguimos. Una amiga logra contactar a los directivos de una página de internet y supuestamente hasta el teléfono satelital. Después de tanto perseverar, buscar y trabajar varios años haciendo currículum, me abren las puertas en la empresa Cementos Apasco S.A. de C.V. Presenté el proyecto titulado "Trango Dos Mil" Un Nuevo Milenio, Un Nuevo Reto. Se les hizo atractivo y viable. De nueva cuenta la CODEME avala otro proyecto más y hasta una rueda de prensa nos brinda.

Esta historia comienza muy reborujada y los que estaban en un principio en el proyecto resultan ser los que no van. Mario, Armando y un servidor fuimos los que tuvimos la oportunidad para visitar el otro lado del mundo; con el fin de escalar la famosa aguja en las Torres de Trango. La empresa de internet no le entra por falta de recursos. Los papeleos del permiso para escalar la Torre ya están hechos.

Antes de partir dejamos una buena suma de dinero por los 6 costales y 8 barriles que traemos de sobre peso. El aeroplano que va a Londres vuela cerca de 11 Horas, provoca que desarrolles mucha paciencia. Al llegar lo primero que hicimos fue guardar el equipaje en el resguardo del aeropuerto, lo que cuesta un varo.

Al día siguiente con la tontería de que falta algo, perdimos el avión con destino a Islamabad y además se tuvo que enviar por vía cargo todos los costales y barriles. Como quien dice otro varo más. Así perdemos dos días mas en Londres, Inglaterra, sólo nos queda hacer turismo por sus calles y disfrutar de su arquitectura.

Está vez nos cercioramos de llegar temprano al aeropuerto y abordar el avión con destino a Islamabad. Pasamos 9 horas de vuelo dentro de la cápsula presurizada a 10,000 metros sobre el nivel del mar. Fuera del aeropuerto nos espera Ali Porik el dueño de la agencia Jasmine Tours y Ali Mohamad el guía y cocinero de nuestra expedición, ellos nos dan la bienvenida. Dejamos nuestros boletos de avión con el Sr. Porik, por seguridad de no perderlos.

El idioma oficial en Pakistán es el Urdu y otros 4 dialectos más, nosotros nos damos a entender con ellos en inglés, su moneda es la Rupia. Abordamos una camioneta, cruzamos por las calles de la CD. de Islamabad y Rawalpindi es un caos, todos tocan el claxon lo que indica que no frenarán, se cruzan sin ton ni son y aveces están apunto de chocar. Las mujeres van cubiertas hasta las orejas y no le dirijen la palabra ni a las moscas, se los prohibe sus costumbres musulmanas. Es más, ni siquiera fotos tenemos permitido hacerles.

Dos días pasamos en la CD. de Rawalpindi, se encuentra fusionada con la de Islamabad. Antes de partir rumbo a las grandes montañas; realizamos el trámite con el ministerio de turismo de Pakistán; este organismo nos ha asignado a un oficial de enlace, el Capitán Muzaffar Hussein de 24 años de edad, quien está encargado de acompañarnos durante toda la expedición. Como es de suponerse, el equipaje llegará después y tenemos que ganar tiempo pues todavía faltan 27 horas de recorrido por tierra hasta llegar a Skardu. La ruta sigue por una carretera en buen estado y en su mayoría corre paralela al río Indus, llamada la ruta de la seda, camino abrupto entre grandes montañas áridas que grandes conquistadores y comerciantes han recorrido durante miles de años; ahora le llaman el Karakorum High Way.

Skardu, es un pueblo pequeño de 300 habitantes aproximadamente y se encuentra a 2,300 metros sobre el nivel del mar, es el punto de partida para el Glaciar del Baltoro. Aquí tenemos que esperar un par de días por el equipo y la comida. La cual tenemos que repartir en cantidad de 25 Kilos, que es lo máximo que cargan los porteadores. Ali contrata a 36 hombres y compra los últimos alimentos en el bazar del pueblo, que está bien folklórico. Tiene un campo de Cricket y uno de Polo, deporte nacional de influencia Británica, todos los días se ve gente practicando.

Algo que nos llamó la atención fue ver caminar por la calle a los hombres tomados de las manos. Lo primero que pensamos: es que estos son maricones; entendimos que al haber tanta represión con las mujeres, se estrecha el contacto entre ellos; y por si las moscas, guardamos distancia.

Cerca de las seis de la mañana montamos todo a los dos Jeeps que nos transportarán sobre una terracería durante 8 horas de recorrido. Apenas salimos de Skardu y un hermoso valle con pastos verdes y tierras de cultivo nos dan la bienvenida. Durante el trayecto se observan varios poblados con casas hechas de piedra y muchos árboles frutales. Cambiamos de Jeeps un par de veces, ya que un trozo de carretera se ha deslavado y un río arrasó con el puente. Por fin logramos llegar a Askoli, pequeño poblado de porteadores que se encuentra a 2,500 metros sobre el nivel del mar. En este punto se encuentra una estación militar donde se dio parte de la expedición. A partir de este aquí comienza la caminata rumbo al campo base.

LOS PRIMEROS PASOS.

El cambio de horario se hace sentir con las 11 horas de diferencia, sumado a todo el movimiento que hemos realizado desde nuestra llegada a Pakistán y la paliza que nos espera hasta el Campo Base. Partimos muy temprano junto con todos los porteadores, 46 personas en total. Recorremos una planicie ascendente, alrededor de seis y media horas cargando en nuestras espaldas cerca de 20 Kilos hasta Sasachu que se encuentra a 2,900 metros sobre el nivel del mar. Acampamos en este punto, poco a poco nos vamos internando en el enorme Glaciar del Baltoro.

A mi parecer no es necesario cargar tanto peso durante la aproximación, ya que cuando llegas a CB. estás algo cansado siendo que se puede contratar a otro porteador. En cada estación venden galletas y refrescos los cuales son muy caros, a pesar de ello compramos una Pepsi que nos costó cinco dólares ¡Vaya capricho!.

Cuesta trabajo comenzar a caminar. Después de un tramo plano cruzamos una morrena, que nos hizo subir y bajar hasta llegar a un río. Tenemos que cruzarlo apoyado de un compañero, el agua está tan fría que casi me hace llorar. Una hora más y llegamos a Payu, segunda estación de trekineros y alpinistas. Esta jornada nos tomo 6 horas. Los trekineros hacen este tramo en dos días. A partir de este punto se observa el interminable Glaciar del Baltoro que llega hasta el paso Gondogoro.

El clásico desayuno, chapati (tortilla de harina), té verde y mermelada. Poco a poco emprendemos la marcha rumbo a la enorme gravera. Sólo 6 horas más y llegaremos al Campo Base (CB). Una enorme masa granítica asoma sobre el borde de una loma, es la Gran Torre de Trango y a su izquierda la Torre Sin Nombre. Un grito de júbilo y aceleramos la marcha, sin alcanzar a los porteadores más fuertes que van en la punta. Son rápidos y están bien aclimatados. El CB. Se mira solo a 200 metros, en el camino nos reciben un trío de Alemanes y nos sugieren que acampemos cerca de ellos. Los porteadores exclaman un grito de victoria y descargan su peso. Estos no pierden tiempo y se arremolinan alrededor de Ali para recibir su paga y emprender el regreso a Payu.

El CB. está a 4,400 metros sobre el nivel del mar, en el Glaciar de Trango. A cien metros de una pared de granito pusimos cuatro tiendas y la cocina, todo está rodeado por rocas enormes y una Laguna de agua helada. Desde este punto se aprecian diferentes grandes paredes, el Uli Biafho con su hongo sumital que se une a su enorme cresta de hielo perene. El Haina Black que apenas cuenta con una ruta recién abierta por el maestro Schnaider, Brian y sus respectivas esposas, les tomó cerca de 20 días consecutivos de escalada y estadía en pared. Las Orejas del Gato, donde Michael y John trazaron el primer itinerario por una de sus famosas orejas alcanzando la cumbre en tan sólo tres días de escalada alpina. La Gran Torre del Trango Tim y Miles un par de jóvenes Norteamericanos están intentando en estilo alpino, la Ruta Banana Mango Mix abierta hace 9 años por Españoles. La vista es hermosa para cualquier lado que se mire y las enormes avalanchas marcan los sitios por donde caen regularmente.

Muy temprano aparece uno de los integrantes del primer grupo Alemán y nos dice que ayer por la noche alcanzaron la cumbre al igual que los Suizos. Los alemanes han fijado cerca de 800 metros de cuerda por la ruta Llama Eterna y los Suizos 200 metros por la Eslovena. El segundo grupo espera por una ventana de buen tiempo para subir por las cuerdas fijas y escalar los últimos cuatro largos que llevan a la cumbre.

Armando ha sufrido de dos enormes ampollas en los pies. No debía caminar por que las heridas estaban en carne viva. Mario, Ali, Muzaffar y yo cargamos nuestras mochilas con 15 kilos de peso y emprendimos por primera vez la aproximación por el enorme corredor de rocas, con un desnivel de 1,000 metros. Después de 5 horas arribamos al Campo 1 (C1), se encuentra a 5, 200 metros. Vaciamos las mochilas y permanecimos tan sólo 1 hora bebiendo y admirando el paisaje. A unos cuantos metros por debajo de una pared extraplomada, había dos tiendas colocadas sobre repisas pequeñas. Una es de los Estados Unidos y la otra de los Alemanes. Cuando emprendimos el regreso, ya estaba el trío de Alemanes en C1. Dicen estar dispuestos llegar al C2 y esperar su turno de ascenso. Les deseamos la mejor de las suertes y continuamos cuesta abajo. Nos tomo 2 horas descender el enorme corredor y llegar al CB.

Una noche estábamos todos dormidos, un gran estruendo en medio de la lluvia y gritos por parte de Ali nos hicieron salir de las bolsas. Vemos entre sombras y escuchamos el enorme deslizamiento de rocas que la lluvia ha ocasionado. El ruido no paró por cerca de 20 minutos. El boulder más grande casi llega al campamento. Cada quien se mete a su tienda, tomó un rato conciliar el sueño. El clima es inestable y no pasan más de 8 horas con buen tiempo. Para nosotros es importante aclimatar y relacionarnos con el entorno. Sobre todo, tenemos en cuenta que estamos rodeados de grandes colosos que están estáticos y a su vez parecen moverse. Cada montaña desprende una avalancha de nieve o rocas ocasionalmente y vale la pena saber a que hora y por dónde cae.

Por la mañana hicimos una carga más hasta el C1. Esa vez nos tomo 3 ½ horas subir por el enorme y casi interminable corredor. Al regresar nos topamos con Tim y Miles que se han bajado de la Gran torre de Trango por mal tiempo. Los invitamos a comer y a que nos platicaran de su historia. Piensan darle otro pegue más, a ver si se deja.

Seis de los ocho barriles que trajimos tienen comida, los demás vecinos saben de ello y frecuentemente nos visitan. Esto le molesta un tanto Ali el cocinero, en parte por que sólo se acercan por la comida y otra por que es mas trabajo para él. Por la tarde los tres oficiales de enlace y los cocineros juegan un partido de volibol. Una tormenta cae y la nieve cubre casi todas las montañas.

EL PASITO TUN TÚN.

Ya han pasado cerca de 8 días. Armando ha sanado de sus heridas y está listo para ayudar a colocar el Campo Dos (C2). Para esto uno de los escaladores Alemanes nos propone cambiar las cuerdas que están fijas sobre el hombro, por las nuestras. Fue una decisión difícil, consultamos entre los tres ya que esto implica no tocar los primeros 8 largos de la ruta. Acabamos por la opción de subir por las cuerdas fijas e instalar el C2 que se encuentra a 5,600 metros. Esta labor nos tomó 4 días y cuando llegamos al hombro los Alemanes retiraban sus cuerdas que llegaban casi hasta la cumbre. Recogieron su C2 y se marcharon con la cumbre en la bolsa.

Mario Armando y yo por primera vez rodeados de los grandes Himalayas. En este punto se pueden ver el Shipton, Gasherbrum 2, Gasherbrum 4 y la Torre de Mustang. Absortos por este paisaje colocamos las tiendas y fundimos nieve. Por la tarde platicamos de nuestro avance, sabemos que hemos llegado tarde en la temporada, el clima ha pegado más fuerte que otros años y las posibilidades de subir son pocas.

Decidimos bajar al CB y para suerte el cocinero tiene una fuerte infección con alta temperatura. Una tormenta se ha desatado y los Yanquis han tenido que bajarse de la pared. Los Alemanes alistan sus cosas ya han terminado con la expedición. Al día siguiente Mussafar, Kamal, Armando y Mario acompañan Ali hasta Payu, se encontraba vario mal. Con este imprevisto se han perdido cuatro días mas.

En este lapso visité el campamento de Shipton, es una amplia pradera con mucho pasto y un riachuelo que es alimentado por las montañas de a su alrededor. Como una enorme punta de flecha, La pared de Shipton se yergue entre dos glaciares. En ese momento Michel y John la ascienden en el más puro de los estilos, en tan sólo 4 días, son el segundo ascenso de esta pared. Una ventana de buen tiempo nos sorprende, Tim y yo salimos disparados para el CB. Al llegar los 'compas' aun se sienten cansados y a mí me dio una diarrea de tres calzoncillos sucios. Por una o por otra perdimos la ventana de buen tiempo y yo la esperanza de continuar. Miles y Tim nos piden compartir el permiso de escalar la Torre Sin Nombre y accedemos siempre y cuando los oficiales de enlace lo aprueben para evitar malos entendidos. Los yanquis no pierden el tiempo y se lanzan a darle un pegue en estilo alpino.

Mario y Armando suben al C2. Una vez recuperado de la fuerte diarrea, habían pasado ya cuatro días para que yo los alcanzara. Ellos apenas y pudieron fijar dos pequeños largos. El clima es muy malo y no da espacio al trabajo, tenemos que permanecer varios días dentro de las tiendas lo que es muy desesperante.

Para esto los Yanquis ya le habían dado un pegue a la Llama Eterna y tuvieron que bajarse por falta de ropa para vivac. Después de esperar varios días dentro de las tiendas y cuando paró brevemente la tormenta, intentamos bajar, pero las cuerdas estaban cubiertas por una gruesa capa de hielo. Regresamos a las tiendas y llamamos al Campo Base, contestó Tim y nos dice que no tengamos miedo y descendamos lo antes posible ya que está tormenta va para largo. No lo pensamos ni un minuto mas, tomamos las mochilas y comencé el descenso por las cuerdas congeladas. Sentí algo de miedo cuando se atoraban en el ocho con el hielo y sujetaba con fuerza la cuerda para que no se resbalara. Me seguía Armando y al último Mario, el sentía que lo abandonamos. Fue tan rápido lo que bajé que los dos todavía tardaron en llegar al C1. Reunidos los tres comenzamos el descenso hasta el CB. Nos recibieron los Yanquis, los cocineros y los oficiales de enlace. Hicimos una enorme comida y platicamos de la experiencia tormentosa.

Estos Yanquis insisten en darle otro intento a la Torre Sin Nombre y esperarán una ventana de buen tiempo. Mario y Armando se suben hasta el C2 con el fin de desmontar el campamento. Al segundo día suben los Yanquis al C1 y por la madrugada comienzan el ascenso. Mientras, Mario y Armando ni cuenta se dieron cuando pasaron por el C2. Por suerte los vieron más o menos por el largo 15. Tim sufre una caída de 40 metros y tienen que abandonar por última vez su intento. Sólo sufrió golpes y raspones, la verdad tuvo mucha suerte de que no pasara a mayores. Cerca de las 18:00 horas observo con los binoculares que vienen bajando los cuatro por el tortuoso corredor. Hablo por radio con Mario y me informa de lo acontecido y en acción de solidaridad bajan juntos. No pudieron desmontar el C2.

Primero atendimos las heridas de Tim y al poco rato nos deleitamos de una rica cena. Momo (cocinero de los Yanquis), se muestra muy preocupado y a su vez contento de que sus integrantes se encuentren con bien. También sabe que han dado por terminado sus intentos y que pronto regresaran a casa. Por la noche realizamos una pequeña fiesta en honor a todos los que nos encontramos sanos y salvos en esta aventura.

Por la mañana de nueva cuenta mis dos compañeros vuelven a subir hasta el C2. Ya llevan 5 días intentando desmontar el campamento y por unas u otras no han podido. Sólo nos quedan 2 días para partir y comenzar el regreso de 4 días hasta la civilización. Al día siguiente arriban al CB. Mario y Armando, por fin desmontaron todo y lo dejaron en C1, para que tres porteadores de altura bajen todo. Por la tarde arriban los 18 porteadores que llevarán todas nuestras cosas. Por la tarde y como despedida, la Gran Torre de Trango descarga una enorme avalancha de rocas, que va a dar hasta el corredor por donde subimos varias veces. Provocó una enorme nube de polvo que cubrió todo el campamento y que sin duda llego hasta el Campamento de Shipton.
HASTA LUEGO.

Somos la penúltima expedición en abandonar el Glaciar del Baltoro. Los últimos son Miles y Tim, que partirán un día después que nosotros. Nuestro oficial de enlace se cerciora que no quede basura en el Campo Base y que hayamos bajado todo de la pared. Sin pensarlo dos veces comenzamos el retorno junto con los porteadores. Por último hago un alto frente al enorme coloso de la Torre Sin Nombre; que se encuentra cubierta por un enorme velo de Nieve y hielo. Doy gracias por permitirnos acariciar su textura y con la certeza que un día volveremos con la idea de alcanzar su cumbre.

Tres días nos tomó llegar a Skardu bajo un clima lluvioso. La última jornada fue muy dura, caminamos 7 horas hasta llegar a los Jeeps. Subimos a uno de ellos, le tomó 8 horas de recorrido llegar al hotel en Skardu. Pasamos dos días en el pueblo esperando encontrar boletos de avión para Islamabad, pues no queremos regresar por tierra ya que son muchas horas.

Un día de turismo en el Parque Nacional Deosai donde pudimos observar un valle que se encuentra sobre 4,000 metros de altura. Habitan enormes marmotas, ibec's, vacas y chivos. El día que partimos, esperamos 4 horas antes de abordar el avión. Le estaban colocando una refacción y esperamos que funcione. Nunca sabes como van a suceder las cosas y mucho menos en Pakistán que viven en otra revolución y como dicen ellos, Insha.Allah (si dios quiere).

Por fin Islamabad ciudad como todas, mucha gente, claxon que no paran de pitar y sobre todo mal aire. Con un calor húmedo (38°C) nos depositan en un hotel y ahora tenemos que aclimatarnos a la ciudad. Nos dio la bienvenida Ali Porik el dueño de la agencia que contratamos, nos confirma que dentro de 2 días es nuestra salida para Londres y hay que cerrar el reporte de resultados de la expedición en turismo. Al día siguiente acudimos a la oficina de la agencia y pedí ver los boletos de avión, resulta que teníamos que partir hace 2 horas y hemos perdido el vuelo. La línea aérea dice que hay lugares para dentro de 25 días o formarse en lista de espera. Esto puede ser una pesadilla y no perderemos la oportunidad de salir de Pakistán.

Pagando el exceso de equipaje y un extra en el boleto, abordamos la cápsula voladora. Al llegar a Londres de nueva cuenta perdimos el avión que va a México, sólo nos queda esperar, disfrutar de las bellezas femeninas que circulan por estas tierras y caminar por sus largas calles.

La visita ha sido una gran experiencia al hermoso Pakistán. Ahora conocemos la logística que implica una expedición de esta magnitud. También sabemos que hay que venir en la temporada correcta con un margen de tiempo mayor y que hay que estar muy preparados física y psicológicamente. Hay otras montañas y paredes que esperan por un primer ascenso y que no son conocidas o comerciales. Sabemos que no es necesario llevar tanta comida y que tenemos que hablar con la línea aérea para llegar a un acuerdo con el sobrepeso. Además hay que trabajar duro, buscar la oportunidad para regresar y lograr unas de sus incomparables cumbres. Esto es solo un hasta luego y no más que un triste adiós.

Insha.Allah


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