A UNA MUJER ESDRÚJULA
Eres un tósigo
mujer narcótica.
¡La furia erótica
siento por ti!
Yo soy un lúgubre
joven romántico,
con un Atlántico
dentro de mí.
Piedad al náufrago
mujer esdrújula,
sé tú la brújula
de mi vivir.
Mira esos túmulos
del orden jónico . . .
Serán un tónico
para sufrir.
No me creas frígido
porque esté apático,
soy poco táctico
doncel de amor.
Siento en mi cóncavo
pecho volcánico,
fuego satánico,
devorador.
Soy un idólatra
de tu aire anónimo,
de amor sinónimo,
nuncio de bien:
Dale ¡ay! un ósculo
dueño beatífico
será un edén.
Si no a un sarcófago
me eclipso rápido,
su pecho lápido
me cubrirá.
O en un patíbulo,
por más patético
mi amor frenético
terminará.
|
|