"El silencio se empieza a disfrutar, cuando te das cuenta de que no existe..."
[una lágrima]
Esa inevitable expresión de un sentimiento
tan profundo que no cabe en el cuerpo...
y brota una lágrima...
Es la sangre del alma...
el líquido del que está lleno nuestro interior...
La única verdadera expresión de nuestro verdadero ser...
Quisiera tocar una lágrima tuya y saber de qué estás hecho...
Pero las lágrimas que brotan de mis ojos...
Solas, se pierden dejando un sendero por mi mejilla, hasta que desaparecen...
Esas lágrimas que al evaporarse lo hacen por ir a buscarte,
impulsadas por el suspiro de no tenerte...
Esas lágrimas que junto con el suspiro no hacen más que quedarse en el intento...
Ese intento por encontrarte...
[trotamundos]
Y aquí estoy... ausente por tu recuerdo,
por un adiós que ni siquiera pronuncié...
Por los miles de kilómetros que nos separan,
por las miles de palabras que disimulo.
Esas que, en pequeñas dosis, reparto dentro de un suspiro...
Y estoy mirando por mi ventana,
siento el viento húmedo que toca,
ese viento que mueve, que provoca.
Puedo sentirlo, y creo fielmente
que en una borrasca pronta
me traerá noticias tuyas...
Pero no es así...
el viento recoge ahora las lágrimas,
ésas que emergen de mi alma...
las lleva en un vendaval
con tu nombre escrito como destinatario...
Y esa misma borrasca llega a acariciar tu mejilla.
Sientes algo especial que te hace pensar...
extrañar un sentimiento que no experimentas
desde que te fuiste.
Un suspiro que el aire carga en su equipaje,
siempre buscando a los mismos destinatarios...
También el aire empacó mi despedida,
la despedida de tus ojos claros...
esa despedida que tuve que ofrecer desolada
el día que me dispuse olvidarte.
Corriente trotamundos, lleva contigo estas palabras
que, aunque llenas de dolor, son ciertas...
[¿será así?]
Miro por mi ventana, el suave susurro de las gotas golpeando lo que encuentran a su paso. Son dueñas del viento, se convirtieron en dulces, tintes tiernos del día más triste y gris. Les contesto con un suspiro, ese beso al aire que suelo mandar a quien aún no encuentro...
Cada gota significa un pedazo de cielo que ha decidido ser parte de este mundo loco, me pregunto por qué. Por qué bajar a este mundo después de ser un pequeño trozo de ese cielo hermoso, sólo para venir a visitar mi ventana...
Esta lluvia hermosa pinta de un color extraño el día: melancolía, ese color que le da a los ojos una profundidad absoluta; esa tinta que delimita la realidad de los sueños; ese tono que te hace susurrar esa canción en tu cabeza, que te permite repetir ese verso... ese momento, ese sueño...
Mi ventana es lo único que me separa de las hermosas piezas de cielo. Las cuento una a una sólo para pasar el momento, pero siguen escurriéndose en mi ventana sin permitirme ver en el exterior a las demás, rebotando por el suelo. Y mis suspiros son cada vez mayores, pero estoy segura que cada uno de ellos me acerca a mi búsqueda eterna... ¿Será así?
Réplica y comentarios a la autora: kathychapa@mail.com
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