"No os lo perdáis", como dicen los españoles.
Sin duda alguna, el Cine Club del Instituto Cervantes de Estocolmo juega un papel que desborda la misión de promover el castellano entre los suecos. Por supuesto que contribuye al desarrollo del español como segunda lengua entre los muchos capitalinos de Suecia que han elegido este idioma, y que ya desplaza en escuelas y universidades al francés y el alemán. Pero el club, tanto como la biblioteca de la institución, también contribuye a que los inmigrantes de origen iberoamericano fortalezcan la identidad que les une, no olviden sus raíces y se actualicen en los caminos de una de las lenguas más habladas en el mundo: el español.
Un coronel sin pan, más bueno que el pan
El Cine Club viene desarrollando un ciclo de cine y literatura bajo el título de "Entre Líneas". Ya le tocó el turno a la versión fílmica de la obra de Gabriel García Márquez, "El Coronel no tiene quien le escriba", dirigida por el mexicano Arturo Ripstein, y que cuenta con la actuación de actores de primera como Fernando Luján, compatriota del director, una mujer Almodóvar: Marisa Paredes y la veracruzana Salma Hayek. Se trata de una coproducción de 1999 en la que participan México, España y Francia. La película se ambienta en un México de mediados del siglo pasado, y narra la historia de un Coronel anticlerical que vive en la pobreza más absoluta, habiendo servido al estado durante la guerra contra los cristeros. En una pelea por mujeres, han perdido al único hijo, cuyo recuerdo se concentra en un hermoso gallo de pelea que ha dejado el fallecido. La relación que se establece entre el Coronel y el animal nos recuerda mucho la del pregonero Dionisio y su ave, en la película de Roberto Gavaldón, "El gallo de oro" (1964). Pero bueno, entendido como homenaje, el préstamo resultaría valido. Toda la esperanza para salir del agujero económico radica en la llegada por correo de una carta que le informe al Coronel, un hombre digno en su espantosa miseria, de la pensión que merece. El personaje es concebido con tan extraordinaria bondad, que he tenido que consultar a nuestro experto en temas políticos militares, Henrik Jesús Hernández. Le he preguntado si esto es posible; es decir, que el que ha comandado hombres en esa cosa tan espantosa y mortal como es la guerra, devengue en un hombre suave al final de su vida. El colega me ha dicho que sí: que existen investigaciones que dan cuanta de la asombrosa suavidad que adquieren en la vejez muchos antiguos guerreros. Pienso entonces que sea una manera que tengan estas personas de compensarse a sí mismas, desde el punto de vista moral y psicológico por las muertes y desastres que yacen en sus conciencias. En todo caso, para mí se trata de un hallazgo en lo que a concepción de caracteres de ficción se refiere. Debo reconocer que cualquiera que sean los recursos narrativos empleados en la obra literaria, la película cuenta con valores artísticos propios, y que merecen nuestro aplauso.
Como detalle interesante, destaco la capacidad que tuvo el director de hacernos participar del hambre que sufren el Coronel y su esposa, interpretados por el mexicano Luján y la española Paredes de manera insuperable. Un hambre que conocieron no sólo los generales mexicanos venidos a menos tras las guerras civiles que azotaron a México, sino también por una buena parte de la población de la posguerra española. Serán muchos, aquí y allá, los que podrán identificarse con el sufrimiento los dos personajes centrales y sus necesidades, así como con el precio de sus respectivas dignidades.
Tres mujeres y un narcómano
También se ha exhibido la versión fílmica de "Amor, curiosidad, prozac y dudas". Toda una explicación psicoanalítica de la vida sexual de tres mujeres. La película está basada en la primera novela de la escritora española Lucía Etxebarría, publicada en 1997. Fue dirigida por Miguel Santesmases en el 2001 y cuenta con la fotografía de Aitor Mantxola, la interpretación de tres bellezas españolas, cada una en su tipo: las excelentes actrices Pilar Punzano (Cristina), Silvia Marsó (Ana) y Rosa Mariscal (Rosa). Asimismo, cuenta con el respaldo masculino de un par de narigudos y buenos actores: el veterano Nancho Novo (Mikel) y el Depardieu junior, Gillaume, el hijo de la pareja Gérard y Elisabeth Depardieu. El joven actor francés encaja muy bien en el papel de un "Willy" estupefacto ante el descoque de su conquista española.
Es la historia de las hermanas Ana, Rosa y Cristina, cada una de ellas marcadas en la edad adulta por su relación sostenida con el mismo hombre: Mikel, durante la infancia y la adolescencia. Cristina, de niña, fue víctima de estupro, continuado y consentido a manos de Mikel. Ahora, a los veinticinco años, se ha transformado en la mejor amiga de una simpatiquísima anoréxica, además de una ninfómana, incapaz de estabilizarse sexualmente con el chico del que se enamora: Willy, el personaje que interpreta Guillaume Depardieu con un talento digno de su padre. Otra hermana, aparentemente la mayor, es Ana. A pesar de amar a Mikel, fue violada y abandonada por éste, y se convierte en la perfecta ama de casa atiborrada de barbitúricos, incapaz de superar el trauma de la violación y la sustitución por otra. Por último, la despechada, Rosa, la que nunca recibió la atención de Mikel, ha devenido en una exitosa mujer de empresa, feminista y vacilantemente lesbiana, que se siente abrumada por la crisis que muchas mujeres suelen tener al arribar a los treinta. Pero usted no se preocupe, que Mikel paga caro sus crímenes.
Una película muy bien concebida, sobre todo en la caracterización psicológica de sus personajes femeninos. Tres paradigmas cuyas expresiones concretas podemos encontrar en cualquier sociedad contemporánea. Una película que sabe atenuar lo trágico de la historia con suficientes dosis de humos, como ocurre en la vida misma. Una obra que atrapa a cualquier espectador, tanto por su cuidadosa fotografía, como por las interpretaciones, en particular la que nos ofrece, de manera insuperable, Pilar Punzano (Cristina), insertada en un rol que permite explotar hasta el fondo sus indiscutibles capacidades histriónicas. Es una película tanto para reflexionar como para disfrutar, sin duda alguna.
Réplica y comentarios al autor: carlosm_estefania@hotmail.com
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