Por cierto que estas últimas vienen trabajando arduamente, aunque tal vez les hace falta extender su actividad allí en donde los intereses creados son enormes y se imponen irracionalmente a la preservación de la vida vegetal, animal y humana. En este sentido, es digno de mención el hecho de que Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales, clausuró en esta semana un total de 18 industrias, así como un desarrollo turístico en 10 estados del país; la razón: estos lugares no cumplían con las normas establecidas por la Ley General de Equilibrio Ecológico.

No obstante, seguimos siendo testigos de innumerables vehículos con el giro de Servicio Público Federal, cuyas emanaciones de humos y gases son tan evidentes como evidente es la corrupción que les hace pervivir. Sabemos también de industrias aparentemente observantes de la reglamentación ecológica, pero que en las noches abren sus chimeneas y desagües para vomitar veneno.

¿Qué sucede? ¿Por qué la ciudadanía en general no pone un hasta aquí? Bueno, hasta el mismísimo Partido Ecologista, víctima de la extrema politiquería interna, parece haber olvidado sus nobles fines, aunque de alguna manera culpan al gobierno (como siempre) de su debilidad ante el ánimo del electorado.

Es doloroso constatar, a guisa de ejemplo, la apatía e indiferencia de la sociedad civil en su conjunto, frente al cuidado que necesariamente merecen los millones de árboles que las autoridades han sembrado a lo largo y a lo ancho de calles, camellones y jardines. Alguno argumentará que esto es de la incumbencia del gobierno, pero en nada nos perjudica echar una mano, como se dice por acá, para cuidar y propiciar el crecimiento correcto de estos benéficos seres.

No podemos soslayar que el tiempo es un factor en el que no podremos influir si ahora echamos en saco roto la observancia de medidas tan sencillas como regar, podar, aflojar la tierra y hasta medicar a las plantas en caso de plagas. Es lo mínimo que podemos todavía hacer para presentar la pareja ambiental y hasta estética de nuestro hábitat.

Sabido también es que ante la campaña de un día sin auto, infinidad de personas optaron por adquirir un vehículo más. Como alguien decía en una conocida canción "yo no estoy contra el progreso, si existiera un buen consenso...". Esto es lo que viene faltando, consenso ciudadano, conciencia actuante que nos mueva a fortalecer lo alcanzado y a promover nuevas maneras de limpieza y preservación ambiental.

Una estricta y rígida aplicación de las leyes en la materia, acompañada de una todavía más estricta, consecuente y entusiasta vocación por la vida, la propia y la ajena, es lo que tenemos que exigir y exigimos ya, ahora. La cuestión ecológica tiene que trascender los carteles y los filmes, para arribar en lo concreto a nuestros patios, aceras, jardines, baldíos, bosques, ríos, lagos y mares, etc. Autoridades y ciudadanía tienen que recordarlo y reivindicarlo sin descanso... está en juego la propia supervivencia.

Derecho a réplica y comentarios: Salvador Ordaz Montes de Oca