Debemos de reconocer que una de las doctrinas que más daño han causado al liberalismo, así, sin prefijos ni adjetivos, es y ha sido sin duda el neoliberalismo; sin embargo, una verdad universal nos enseña que las cosas caen por su propio peso y lo que está ocurriendo en Argentina no es mas que la crónica de una muerte no solamente anunciada sino necesaria. En efecto, esa corriente de pensamiento económico auspiciada en la década de los 80's por Ronald Reagan y Margaret Thatcher, que contagió a muchas naciones del orbe, hoy, se está transformando en un post-neoliberalismo que actúa como un cancerígeno capaz de provocar una escalada mundial de estallidos sociales de consecuencias incalculables.

Tenemos que decirlo: el más grande riesgo que asumen los gobiernos neoliberales es de colocarse en la tesitura de tener que reprimir los cada vez más numerosos brotes de inconformidad, que sin duda alguna surgirán en el seno de las sociedades lastimadas por esta doctrina. Ya lo estamos viendo en Argentina, país que junto a Chile fueron los más radicales impulsores del neoliberalismo. Los signos se hacen evidentes en la mayor parte de Centroamérica, Uruguay, Paraguay, Perú, y por supuesto, Brasil. Hoy prácticamente Argentina está en quiebra y viviendo un terrorismo de estado. No es nuestro deseo, pero muchas señales nos indican que en el Ecuador se vivirán situaciones semejantes.

En Chile sucede un fenómeno por demás interesante; en el Informe de Desarrollo Humano solicitado por el Gobierno al Instituto Internacional de Gobernabilidad se hace un singular señalamiento... Una fórmula simple, pero reveladora de las paradojas de que la situación chilena podría resumirse así: "un país con un notable desarrollo económico, donde la gente no se siente feliz".

Dicho informe revela que la subjetividad de la gente representa un elemento tan real y significativo como la modernización de las estructuras. En consecuencia, el estilo en que se realizan las reformas es tan importante como su contenido. Y una advertencia de contenido liberal, que no neoliberal: El necesario respeto a la lógica interna de los sistemas debe andar a la par con el debido respeto a la autonomía de los ciudadanos.

Nos dice el Informe sobre Chile que toda visión unilateral es dañina y provocadora de graves consecuencias; que se trata de un desafío fundamentalmente liberal: potenciar a la política en su capacidad de nombrar, acoger, y hacerse cargo de los miedos y los anhelos, de las dudas y motivaciones de las personas.

Argentina y Chile son pues, en el sentido más amplio, dos claros exponentes de los estragos que está causando el neoliberalismo en América.

El mismo Instituto en otro estudio nos dice que cada país es un caso único en cuanto a los factores desencadenantes de una crisis de gobernabilidad, -el estallido social y la subsecuente represión son sólo dos ejemplos de una gama de consecuencias-, pero todas presentan un denominador común: la incapacidad de las instituciones para asumir y procesar democráticamente los conflictos. A continuación me permito mencionar algunas de las condiciones que se refieren como caldo de cultivo ideal para el surgimiento de crisis de ingobernabilidad de las naciones:

Conflictos fronterizos, crecimiento desmedido de las migraciones (miles de los nuestros, intentando cruzar la frontera), aumento de la población urbana, sin la infraestructura mínima, generadoras de marginación y tensión social (nuestras ciudades perdidas), empeoramiento radical de la distribución del ingreso, crecimiento espontáneo del índice de pobreza (más de 50 millones de mexicanos y mexicanas), inseguridad alimentaria (miles de nuestros chiquillos y chiquillas están desnutridos), estancamiento de los indicadores educativos, percepción ciudadana negativa de las condiciones de vida propia, sistema de justicia vinculadas a alta percepción de corrupción, elevación de indicadores de desempleo (más de 250 mil desempleados en lo que va del año), incremento de la violencia y clima de inseguridad, creciente influencia de las organizaciones criminales informales e internacionalizadas, incapacidad real de integración de la heterogeneidad étnica, equivocadas políticas fiscales y monetarias, vulnerabilidad asociada a corrupción del Sistema Bancario (Fobaproa). Descuido grave de la producción agrícola nacional, al privilegiar la importación indiscriminada de granos y alimentos.

Creciente debilidad del Mercado Interno, problemas serios en la administración del Presupuesto Fiscal: mal uso o derroche de los recursos públicos (nombramiento de comisionados, millones en el pago de imagen pública, toallas, etc., etc.), caída severa en los indicadores de productividad, menor integración en los circuitos legales del Mercado Mundial y aumento de la integración en las esferas ilegales de la economía mundial (la percepción de venta clandestina de nuestro petróleo en altamar), peso desproporcionado del Sector informal en la Economía, especialmente del sector dedicado a actividades ilegales, narcotráfico, asesinatos por encargo, tráfico de armas, proxenetismo, mercado negro y retroceso en los Derechos de Propiedad (piratería).

Es importante señalar que este Estudio se realizó en el contexto de diplomacia preventiva integral donde destaca el rol potencial del Sistema de Naciones Unidas y del PNUD como coordinador técnico del Estudio, cualquier semejanza con lo que está ocurriendo en México... es mera coincidencia. El que tenga ojos para ver, que vea.

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