El mes pasado el presidente Fox, acudió al recinto legislativo con la finalidad de rendir cuentas a los mexicanos sobre el funcionamiento de nuestra economía durante el segundo año de su gobierno. Es difícil hacerle frente a la nación cuando se reconoce que no se han cumplido la mayoría de las promesas hechas en campaña, aunque sigue empeñado en observar un balance positivo desde que tomó el poder en el año 2000. Es obvio que el México que percibe el presidente -y gran parte de su gabinetazo- dista mucho de la realidad. Asimismo, estamos entrando en una etapa preocupante por las amenazas del terrorista mayor, el junior Bush, con lo que seguramente va a empeorar la situación de su economía y la del mundo. Vayamos un poco a los hechos.

Logros

Cuando Vicente Fox estaba -¿o sigue estando?- en campaña, algunos de los retos que se plantearon fueron los siguientes: crecimiento acelerado y sostenido de la economía mexicana del 7%; plena independencia del Banco de México; disminuir la inflación al 3% en el cuarto año; fomentar las inversiones extranjeras; incrementar la competitividad de las pequeñas y medianas empresas; déficit público de alrededor de 1% del PIB; incrementar las transferencias a Estados y Municipios del 21 al 25%; reforma fiscal tendiente a estimular la inversión y el ahorro; ampliar el TLCAN para el libre tránsito de las fuerzas de trabajo; incrementar los apoyos al campo por medio de créditos de la banca de desarrollo y promoción de la investigación científica y tecnológica para el sector primario principalmente; mayor participación del sector privado en el sector eléctrico y petroquímico.

Entre los logros destacados del gobierno foxista se pueden señalar:

1) La disciplina fiscal y monetaria, con lo que la confianza en los inversionistas nacionales y extranjeros se ha incrementado; esto a pesar de las condiciones económicas adversas internacionales;
2) La reestructuración de la política de subsidios al campo;
3) La reestructuración de la banca de desarrollo;
4) La suscripción de Acuerdos Económicos-Comerciales con Brasil y con Japón, respectivamente.

Con lo anterior se ha logrado que exista una reducción sistemática de la inflación, de las tasas de interés, de una relativa "fortaleza" del tipo de cambio (en la tercera semana de septiembre el peso andaba en $10.30 por dólar y tendía al alza) y de una reactivación del crédito al consumo. ¡Cuidado con el uso de sus tarjetas! Por lo que estaremos muy cerca de llegar a las metas macroeconómicas fijadas anualmente si George Bush o algún otro "Hitler" nos lo permiten. Para cumplir las metas se puede hacer más restrictiva la política monetaria, reduciendo el precio del dinero, por lo que la reactivación de la economía nacional se complicaría.

Podemos incluir también en los aciertos, el que se busque y castigue tanto a los responsables del Pemex-gate, como a los de las masacres de estudiantes del '68 y del '71, aunque la experiencia pasada nos indica que los verdaderos culpables rara vez son o están: a) aún vivos o "sanos", b) encontrados, c) enjuiciados, d) sentenciados, e) encarcelados sin fugarse.

Fracasos

Por otro lado y ante la imposibilidad de construir los consensos necesarios entre el Ejecutivo y el Legislativo para impulsar las reformas estructurales pendientes, los fracasos económicos son más notorios en materia tributaria, de empleo, en los indicadores de pobreza, etc.

Los resultados de la Reforma Fiscal reciente no son satisfactorios debido a que no se ha recaudado lo que se esperaba y cabe aclarar que no se han presentado más recortes al presupuesto porque el precio del barril de petróleo sigue estando por arriba de lo estimado en el presupuesto de ingresos. En cuanto al empleo, el Secretario Derbez reconoce que sólo se han recuperado poco más de 12 mil empleos de los 382 mil -o 600 mil, según el analista- perdidos en el 2001, acrecentando el rezago histórico en creación de puestos de trabajo; sabiendo además que cada mes se incorporan 100 mil personas adicionales en búsqueda de "chamba", por lo que la suma es hasta ahora de 2 millones 300 mil empleos faltantes. Seguimos creando más empleos temporales que formales, por lo que se tiene que redefinir el papel que jugarán los famosos changarros en el futuro próximo, así como replantear si el crecimiento económico del país va a provenir del sector externo o, por fin, nos vamos a concentrar en desarrollar el mercado interno.

Fox nos dijo que las reservas internacionales alcanzan más de 44 mil millones de dólares -su nivel más alto históricamente. Lo malo de esto es que ha reconocido que no sabe qué hacer con esta cantidad para beneficiar a la población mexicana. También señaló que el ingreso por persona de los mexicanos creció de 5 mil 700 a 6 mil 400 dólares desde que tomó el poder en el 2000 (aunque el año pasado ni siquiera creció la economía). Es notorio que no aclara además la altísima concentración del ingreso que hay en el país en donde el 10 por ciento más rico posee más del 40% de la riqueza nacional, mientras que los 10 millones más pobres se conforman con 1.3 por ciento.

Cuando Fox nos dice que la economía mexicana ocupa el noveno lugar a nivel mundial en "tamaño" es un dato alentador. Lo que no señala es que nuestra "gran" economía es incapaz de crecer (ya no digamos sostenidamente), generar empleo (y que sea formal), distribuir el ingreso, pero que sí tiene la capacidad de generar más pobres, cuya cifra va desde los 54 millones aceptados oficialmente hasta los 73 millones calculados por Julio Boltvinik.

De enero a junio del presente, Fox sostuvo que se captó la mayor cifra en la historia por el país en un periodo similar que fue de 30 mil millones de dólares; lo que no aclara es que la compraventa de Banamex-Citigroup representó 12 mil 500 millones de dólares, otorgándoles mayor poder a los grupos transnacionales financieros.

Entorno económico

En un mundo en que entre los 100 principales poderes económicos existen 29 que no son Estados sino empresas, la libertad económica se pone en entredicho. Aproximadamente 200 compañías importantes controlan la cuarta parte de todo lo que se produce en el planeta.

El contexto internacional aparece complicado. La situación de algunas economías de Sudamérica sigue con problemas, en donde Brasil enfrenta una fuerte devaluación de su moneda; Argentina tiene insolvencia de compromisos en deuda externa y en pagos del "corralito", aunque se espera que el impacto económico en México no sea significativo.

Ha pasado un año del atentado del 11 de septiembre y el presidente de los Estados Unidos (EU), George Bush, amenaza a su Congreso (igual que a la ONU) con vetar cualquier ley que reduzca sus facultades (¿mentales?) para crear una guerra con quien "atente contra la seguridad estadounidense", es decir, contra quien no esté de acuerdo en cuestiones de política, economía o religión que decida este aborto de Hitler. Desde ese martes negro, se agudizó la desaceleración de la economía de EU y del mundo; los mercados de valores del mundo cayeron drásticamente; las aerolíneas más importantes de EU han sufrido pérdidas millonarias; se incrementó el costo del comercio internacional; se perdieron millones de empleos; las exportaciones mexicanas hacia EU decrecieron en casi 5%; el turismo se contrajo 6.8% en EU y 4% en México; el problema migratorio de México a EU ni siquiera está "en agenda".

Es claro que los efectos negativos de ese 11 de septiembre tardarán muchos años en diluirse. Por si le faltara poco a este mundo, tenemos en puerta la guerra de Bush contra Irak, que antes de llevarse a cabo ya está teniendo consecuencias negativas en los mercados financieros y aunque es muy probable que no inicie sino hasta enero o febrero del 2003, parece que los únicos que pueden detener esto son los propios ciudadanos estadounidenses, que al no pronunciarse en contra estarían siendo cómplices, avalando la política de exterminio y dominio de su presidente.

Réplica y comentarios al autor: jjordian@yahoo.com