El año pasado (2002) no se lograron las metas propuestas en los Criterios Generales de Política Económica tanto en crecimiento económico, como en inflación para el año 2002, pero en términos generales, estuvo un poco mejor que en el 2001, además de que la economía norteamericana ya empezó a recuperarse.
El primer tercio del gobierno foxista pasó de noche. El presidente en su campaña prometió que existirían cambios importantes en materia económica que se traducirían en un mayor bienestar para la población mexicana, y no ha cumplido. Siguen pendientes reformas estructurales en los rubros laboral, energético, salud, y en el aspecto hacendario, que, independientemente del punto de análisis, es imprescindible que se aborden a la brevedad posible por el Congreso de la Unión.
A la par de haber alcanzado un crecimiento económico magro en el 2002, hemos logrado disminuir la inflación y alcanzar un déficit fiscal manejable, lo que se entiende como "estabilidad económica", pero que no ha permitido que se puedan crear más de un millón de empleos anuales necesarios, o que mejoren los servicios de salud y educación, o que disminuya la pobreza, o que se eleve el nivel de desarrollo humano, o que se incremente el nivel de competitividad de nuestras empresas, o que el nivel de recaudación impositiva siga siendo de los más ineficientes.
No quiero ser pesimista, pero el cambio del que habló Fox, difícilmente verá la luz en lo que resta de su mandato; la culpa de esto no es exclusivamente del presidente, sino que también debemos atribuirle un porcentaje importante a la falta de coordinación en su gabinetazo, por lo que es de esperar que en poco tiempo existan "cambios" en su equipo de gobierno en áreas que no han dado el resultado deseado.
Para la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación, existen once puntos que frenan el crecimiento económico y la competitividad que son: insuficiencia en infraestructura hidráulica, eléctrica, de carreteras, puertos y aeropuertos; falta de acceso al financiamiento; elevados costos de los intereses; costo de los energéticos; inconsistencia de políticas públicas; reformas estructurales pendientes; desarticulación de las cadenas productivas; manejo adecuado de la política cambiaria (peso-dólar); insuficiente inversión en investigación y desarrollo tecnológico; política fiscal restrictiva que no promueve el crecimiento; competencia desleal derivada de importaciones ilegales.
¿Qué pasó económicamente en el 2002?
Después de la contracción en el 2001, el ciclo económico de la economía mexicana entró a principios del 2002 en una fase incipiente de recuperación. La debilidad se debió a diversos factores: nuestro principal socio comercial -Estados Unidos de Norteamérica- comienza apenas a despuntar en su crecimiento, aunado esto a su conflicto bélico contra Irak y contra quien no esté de acuerdo con su política imperialista; la volatilidad en los principales mercados accionarios mundiales; la crisis política y económica por la que atraviesan naciones latinoamericanas como Argentina, Venezuela, Ecuador y Uruguay; la falta de tacto para lograr los consensos necesarios que impulsen las reformas que urgen a nuestro país y, la ausencia de una política real para poder desarrollar el mercado interno.
El "manejo responsable y oportuno" de las políticas fiscal y monetaria, nos proporcionó además de estabilidad, altos niveles de desempleo en el sector que comprende a la maquila exportadora, desde septiembre de 2000 hasta marzo del 2002. Mientras el crecimiento de nuestra economía se encuentre anclado al comportamiento de nuestro vecino del norte, seguiremos perdiendo autonomía en decisiones prioritarias. Asimismo, el sector servicios creció en mayor proporción que el sector industrial debido a una mayor disponibilidad y mejores condiciones de crédito al consumo (por estos días, se nos ofrecen automóviles nuevos a crédito "sin intereses" por 24 meses). ¡Aguas!
Con los ajustes al gasto público presupuestal y a pesar de haber privilegiado la canalización de recursos destinados al desarrollo social y al combate a la pobreza, la condición de pobreza y desigualdad en México se vuelve más desfavorable para la población con menores ingresos.
El Secretario del Trabajo, Carlos Abascal, hace unas pocas semanas defendió obviamente el modelo económico vigente, aduciendo que sólo se crearían unos 200 mil empleos permanentes en todo el año 2002, debido a "causas externas", cuando la demanda es "apenas" del ¡650 por ciento! mayor a esta cifra.
¿Qué se espera en el 2003?
Lo establecido en los Criterios Generales de Política Económica (CGPE) de 2002 no se cumplió, destacando que el gasto en inversión fue menor al estimado. En el Pronafide se establecieron metas demasiado ambiciosas en donde destacan dos escenarios posibles de crecimiento económico para México, dependiendo de si se realizaban o no las reformas estructurales pendientes, pronosticando un crecimiento entre un 3.5 y 4.9 por ciento anual. Ahora se nos avisa que para el 2003 (CGPE 2003) debemos conformarnos si llegamos al 3 por ciento; lo crítico es que la mayoría de los especialistas en la materia no presagian más que un 2% para el año entrante.
Debido a que se estima que la economía norteamericana en el 2003 crecerá por debajo de lo establecido en el Pronafide, disminuyendo del 3 al 2.5%, el gobierno mexicano espera que las exportaciones de bienes y servicios crezcan en una tasa del 10.4%. Asimismo, tanto la inversión pública como la privada, se pueden expandir a una tasa anual de 4.7 por ciento. Con lo anterior, se podría lograr que el ritmo del crecimiento del consumo total se ubicara en una tasa anual del 3.5 por ciento. Otra cifra importante es que la importación de bienes y servicios crecerá en un 8.3 por ciento.
Los ingresos públicos en México dependen en una tercera parte de las actividades petroleras. El precio del barril de petróleo en la Ley de Ingresos es de 17 dólares (actualmente es de 21 dólares) y se podrían obtener y canalizar mayores recursos al gasto social si se aprueba un incremento de uno o dos pesos por encima de lo estimado. Es importante señalar que si Estados Unidos desata una guerra abierta contra Irak, el precio del petróleo se incrementará en una fase inicial favoreciendo a nuestro país, pero podría bajar de manera crítica en la etapa terminal del conflicto, por lo que se debe tener en cuenta este factor para provisiones futuras.
Habrá que estar pendiente de la entrada y repercusiones del apartado agropecuario del TLC, así como de la Reforma a la ley del IMSS que se empezará a plantear como una necesidad dada la problemática de esta institución, representada por la carga financiera del régimen de jubilaciones y pensiones. En este sexenio será muy difícil evitar el deterioro en la calidad de la atención que se ofrece a los derechohabientes a la salud, por lo que habrá que vigilar que el Congreso legisle adecuadamente en la materia.
En este año, seguiremos estando por debajo de lo estipulado en el Pronafide y en el Plan Nacional de Desarrollo en muchos de sus parámetros más representativos y esperamos, que en esta ocasión no aparezcan "recortes, ajustes o ahorros", por lo que considero que el año que comienza será otro periodo más en el que habrá nuevamente que apretarse el cinturón y cuidar la fuente de trabajo. El Congreso de la Unión y el gobierno del cambio tienen la tarea eterna de revisar el Fobaproa, de disminuir la evasión fiscal (800 mil millones de pesos) y la corrupción.
Si Santa Claus y los Reyes Magos hicieron su labor adecuadamente en diciembre pasado, entonces, para la segunda mitad del presente 2003 empezaremos a vislumbrar una recuperación de la economía mexicana que ojalá y redunde en una mejoría de la situación social precaria que pervive en el país.
Réplica y comentarios al autor: jjordian@yahoo.com
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